Cuando salimos del cine el martes después de ver la sexta de las siete películas del ciclo de cine de Wong Kar-Wai que termina dentro de dos días, caminábamos en dirección a nuestras casas. Tranquilamente, pero con el tiempo justo para llegar antes del toque de queda impuesto por la importante transmisión todavía del maldito coronavirus. Y decíamos algo… no lo comentábamos ni lo discutíamos. Sólo lo expresábamos en voz alta. Desde 2014 hemos ido visitando regularmente los países de Asia oriental. Sólo faltamos en 2015. Y echamos de menos estos viajes. De alguna forma, limpian nuestras mentes de la carbonilla y la borra de vivir todo el año y durante toda nuestra vidas en un mismo entorno. Quizá por ello esta semana he acumulado recomendaciones que vienen de Asia. De una forma u otra. Tenía también un par de libros para comentar… pero lo dejaré para más adelante. No he terminado de digerirlos.

En PhotoBook Journal nos hablaron de Yumiko Izu (instagram). Fotógrafa que nació en Osaka, Japón, pero reside en algún lugar del estado de Nueva York. Y que se reconoce muy influida por la estética de Saul Leiter. Que a mi me gusta un montón. Luego, cuando visito su sitio web, veo que es alguna de sus últimas series la que se ve inspirada por la obra de Leiter. Pero le dedico un buen rato a revisar toda su obra. O al menos la que nos presenta ella en sus páginas.
Me dicen en Clavoardiendo que la Fundación Mapfre de Madrid expone una retrospectiva de la obra de Tomoko Yoneda. Pero no nos dejan ir a visitarla, salvo que vivamos en la capital. Así que, recomendación vana para muchos de los lectores de esta revista en línea. Es una de las tristezas frecuentes de estos días extraños de libertades recortadas. Incluso si son por un bien común, no dejan de ser libertades recortadas. Nos lo ha recordado en The Economist Intelligency Unit en su informe anual sobre el estado de la democracia en el mundo… que va a peor… España todavía está entre las plenas democracias… pero sin mucho margen. Dos de los países que he visitado en Asia oriental estos años han subido de categoría. Japón y la República de Corea, la del sur, han remontado gracias a unas centésimas de ganancia. Están siempre ahí ahí. En el límite entre las democracias plenas y la democracias defectuosas. Y España ha quedado justo entre las dos. Los tres países cierran el grupo de las democracias plenas. Si fuese como en los deportes, estarían en los puestos en riesgo de descenso. Taiwan, un país que no existe formalmente, sin embargo, ha subido 20 puestos, está en el 11º puesto de la clasificación, y es el país más democrático de Asia. También es uno de los que está en riesgo en un futuro de ser absorbido por la República Popular China, régimen autoritario que está entre los 20 países que más maltratan la democracia. Miren lo que pasa con Hong Kong que año tras año pierde puestos en la clasificación, y este año ha pasado de ser una democracia defectuosa a un régimen híbrido a caballo entre el autoritarismo y una democracia limitada. Y no pasa nada, porque nadie quiere molestar al gigante chino. Incluso hay muchos, prensa «democrática» incluida que no oculta su admiración por este estado autoritario. Pero a lo que íbamos… me gustaría visitar la exposición de Yoneda. Me gustan sus fotos. Me gusta la melancolía que desprenden. Me gusta su sencillez.

Ya que me he metido el berenjenal de hablar de la China autoritaria, podemos repasar en Photography of China la obra de Chen Qiushi (instagram), que nos habla de los trabajadores de las fábricas de la industria militar que fueron instaladas en el interior del país, lejos de los objetivos militares extranjeros, y que ahora son abandonadas. Y también son abandonados los trabajadores. Y su familias. Y llega la pobreza. Y la depresión. Y los desequilibrios sociales, económicos y educativos. Y una nueva emigración. Si hace décadas fueron obligados a trasladarse allí, ahora se ven obligados a trasladarse de allí. Los marxistas nos decía que tras la revolución y la dictadura del proletariado se llegaría al paraíso comunista. Pero si uno visita China sabe que a lo que se llega es a un extraño paraíso del capitalismo. La enorme ironía de las revoluciones proletarias… Las fotos de Chen son estupendas.

Hablamos de otra cosa totalmente distinta, sin salirnos de Asia. A finales de los años 50, el paleoantropólogo Louis Leakey puso en marcha un plan de estudio de los primates más cercanos al ser humano, chimpancés, gorilas y orangutanes. Y para ello contó con tres mujeres; Jean Goodal para los chimpancés, Dian Fossey, ya fallecida, muy conocida por cierta película, para los gorilas, y Birutè Galdikas, para los orangutanes. Su trabajo fue y es muy importante para el conocimiento y supervivencia de nuestro amenazados primos hermanos en el árbol filogenético. Se ha hablado mucho de los porqués de Leakey para confiar en mujeres para estos trabajos, y no voy a entrar. Pero me llamó la atención hace unos días en una entrada en Feature Shoot que, en la actualidad, fuera de aquellas iniciativas, sea otra mujer, Mariani «Bam» Ramli, la que lidere a través de la Gibbon Conservation Society, en Malasia, el estudio y la protección de uno de nuestros parientes olvidado u omitido por Leaky, el Gibbon. Y el fotógrafo de naturaleza y fauna salvaje Justin Mott (instagram) le dedicó uno de sus trabajos. Lo cual me parece fenomenal, y por eso lo traigo a estas páginas. Mott tiene una orientación claramente conservacionista en sus trabajos, lo cual siempre es un añadido en los fotógrafos de naturaleza, en unos tiempos en los que tantos «fotógrafos de naturaleza» van simplemente a por la foto espectacular de la que alardear en las redes sociales.
