[TV] Cosas de series; calidad coreana más allá de los «calamares»

Televisión

Como ya comenté hace unas semanas, una de los recientes estrenos de Netflix entre los k-dramas, o sea, las series surcoreanas, se ha convertido en un fenómeno mundial, y una de las razones, hay otras, es que tiene una notable calidad, nada que envidiar a producciones de otras latitudes del mundo con más prestigio. Pero no es la única. Hoy voy a comentar tres series, de peor a mejor, siendo una de ellas muy notable y otra, muy sobresaliente. Desde mi punto de vista, con una calidad similar a la de los «calamares». Pero vamos en progresión ascendente.

Uno de los episodios más entretenidos y divertidos de la serie sobre desertores del ejército transcurre en Busán,… así que fotos de esta ciudad.

Algoitjiman [알고있지만, literalmente, ya lo sé pero…], titulada en España Aun así, en inglés Nevertheless (Sin embargo), es un drama romántico entre estudiantes universitarios de una facultad de bellas artes. La protagonista (Han So-hee) acaba de sufrir un ruptura con un novio de más edad, un artista consagrado, está algo quemada. Y entra en contacto con un cínico de las relaciones (Song Kang), un joven atractivo, monógamo secuencial, con un nivel bajo de compromiso con sus novias. Y aun así, comienzan una relación mal definida en su nivel de compromiso por ambas partes. La serie… no es un placer inconfesable como tantos dramas/comedias romanticos coreanos. Es un poco más actual. Se tratan las relaciones con algo más de normalidad que en otros. Incluso se plantea con cierta normalidad, entre los personajes secundarios, una relación homosexual. Y el sexo entre novios o amigos con derecho a roce se asume con más normalidad. Se aleja del conservadurismo en el fondo y en las formas, risible en muchos casos, que plantean estas series del país asiático. A pesar de todo, peca de un exceso de esteticismo y de reflexión, de hacerlo todo bonito, incluso cuando hay conflicto… que resulta un poquito irreal. La chica protagonista es mona y se defiende interpretativamente, aunque sin más. El chico protagonista es un poco limitado, y se limita a poner todo el rato cara de guapo e interesante. Una serie que se sale de lo más habitual entre las series románticas surcoreanas, pero que no termina de convencer. Pero son sólo 12 episodios de 70 minutos y no los 16 episodios de 80-90 minutos que constituyen otras series románticas de este país.

Con esos antecedentes, con cierta reluctancia me asomé a My Name [마이 네임, transcripción en coreano del título en inglés, mai neim, o sea, mi nombre], porque la chica protagonista es la misma que en la anterior, Han So-hee. Su papel es una joven que presencia el asesinato de su padre, presuntamente un mafioso, aunque no sabe por quien, supone que por la policía. Quedando huérfana todavía cuando está en el instituto, pasa a ser protegida del jefe mafioso, se integra en la organización criminal y, con el tiempo, entra en la policía para encontrar al asesino de su padre. Pero las cosas son más complejas de lo que imaginaba, y no todo es lo que parece. El único problema que le he encontrado a esta serie es la inverosimilitud de algunas peleas, en la que una joven de 1,65 de estatura es capaz de derribar a una docena de hombres que le pasan por lo menos 10 cm en estatura y no digamos en corpulencia, a pesar de recibir numerosos golpes. Por lo demás, aunque relativamente previsible, bastante en realidad, es muy entretenida,… y aquí resulta que la actriz protagonista, y en general todo el elenco, muestran un mayor nivel interpretativo. Lejos de entrar en la categoría de placer inconfesable como tantas series surcoreanas, casi me atrevería a decir que es relativamente recomendable si te interesa el género.

Y así llegamos a D.P., acrónimo de deserter pursuit, persecución de desertores; en castellano se la ha titulado D.P.: el cazadesertores. En Corea del Sur, como consecuencia de las tensiones constantes con sus vecinos del norte, hay un servicio militar obligatorio, muy duro, que obliga a todos los jóvenes varones. Sin tener reconocido el derecho a la objeción de conciencia, por lo que hay presos de conciencia en el país asiático. No olvidemos que nunca se firmó un tratado de paz después de la guerra de Corea, sólo un acuerdo de armisticio que se mantiene en nuestros días, 68 años después del final de las hostilidades. Esta serie está basada en un webtoon, género muy popular en ese país, más que en cualquier otro del mundo, y que está sirviendo de material para series televisivas, lo mismo que el manga en Japón. Nos cuenta la historia de un soldado de conscripción obligatoria (Jung Hae-in), muy disciplinado, que no busca meterse en problemas, y quizá por ello acaba siendo destinado a la policía militar. Y junto con un compañero, a buscar y detener desertores de su área de responsabilidad. Desde este punto de vista, la podemos considerar una serie de acción, pero donde nadie tiene habilidades especialidad de lucha, donde todo tiende a ser más chapucero, más realista. Y por otro lado está el verdadero objetivo de la serie, que no es otro que un crítica feroz al sistema de conscripción militar, a la corrupción sea pequeña o grande dentro de las escalas y los rangos del ejército, del problema de las novatadas y de abusos sobre los más débiles, de todos los problemas, vamos, que se han asociado de siempre a estos sistemas de organización de un ejército. Con el agravante de que la tensión política, obliga a un servicio militar más duro que en otros países. La serie no tiene desperdicio. Es concisa, seis episodios de 50 minutos, aunque se esperan más temporadas, tiene ritmo, excelentes guiones, y magníficas interpretaciones; fenomenal el protagonista, pero no es el único. Más en la tradición del buen cine coreano que de las series de televisión habituales. Excelente y muy recomendable. Desde mi punto de vista, tan buena o mejor que los «calamares», pero con un contenido menos popular y no tan vistoso. Me dejó encantado.