[Cine] El buen patrón (2021)

Cine

El buen patrón (2021; 65/20211024)

Antes de pasar durante unos poquitos días al modo «sólo fotos», voy a dejar resuelto mi comentario sobre el últimos estreno cinematográfico que hemos visto en salas de cine. Sinceramente, no era el que me apetecía ver, pero la escasez de tiempo disponible estos días y los horarios disponibles de las distintas películas en estreno nos encaminó hacia la película seleccionada para representar al cine español en la próxima edición de los Oscar de Hollywood. Y no se trata de otra cosa que una nueva colaboración entre el director Fernando León de Aranoa con el actor Javier Bardem; ya consiguieron un gran éxito con una película multipremiada y muy reconocida en su momento.

No sé dónde se ha rodado exactamente la película. Tal vez en los alrededores de Madrid. Pero podría ser en cualquier lugar de España. Y como estoy a punto de pasar unos días en Sevilla, ilustro la entrada con unas vistas de ciudades andaluzas. Como podría haber puesto de cualquier otra comunidad autónoma a la hora de ilustrar esta película, porque todas son similares en lo que aquí se cuenta. En el encabezado Antequera, aquí Cádiz.

Así pues, nueva película española de director con prestigio nacional, en la que se nos presenta a un empresario, fabricante de balanzas (Bardem), que se suele presentar a sí mismo como un buen empresario, preocupado por sus trabajadores, por la calidad de sus productos y por el prestigio de su empresa, y que opta a uno de esos típicos premios que se multiplican en las comunidades autónomas españolas a la calidad o a la excelencia, aparentemente muy codiciados por los empresarios nacionales, pero que en realidad tienen poca repercusión real en el mundo empresarial y económico. Pero detrás de las bondades con las que se presenta, en los días previos a la concesión del premio, le empiezan a llover los problemas. Los problemas matrimoniales del director de producción que afectan a la calidad de los productos y los envíos, un empleado despedido que monta un chiringuito de protesta frente a la fábrica, una nueva becaria que está como un pan y que «despierta el interés» del empresario, los dimes y diretes internos de la fábrica,… aderezado con un toque de historia colateral de jóvenes fascistas y racistas con tendencia a la violencia. El premio está en el aire.

Con una realización sobria pero eficaz, León de Aranoa descarga en las bondades del guion, que también firma, y en las habilidades interpretativas del protagonista y el resto del elenco la capacidad de la cinta para salir adelante. Y lo consigue. Plantea un conjunto de situaciones que inciden en muchos de los problemas del empresariado nacional, especialmente de empresas medianas, con un bajo nivel de formación empresarial, muchas veces negocios familiares que se mueven por intuición, y con tendencia a arreglar los problemas a base de talonario, de amenazas o de pasteleo con el poder político. Empresas familiares que suelen irse al garete en cuanto el empresario interesado se retira o fallece y sus herederos prefieren embolsarse un buen dinero por la venta de la empresa para vivir del cuento. Empresas que son compradas por otras más grandes, muchas veces no para progresar con ellas, sino para eliminar una competencia modesta pero molesta. Y al final se destruye el tejido productivo y social. No puedo negar que el empresario que magistralmente delinea Barden me recordó a algún «figura» del tejido empresarial que a lo largo de mi vida me ha tocado conocer y que hablaban y se movían de una forma muy similar a lo que se nos muestra en la película. Desgraciadamente para el país, es una película que se basa en una realidad que está ahí, en un conocimiento razonablemente preciso del tejido productivo nacional. Por lo tanto, planteamiento, elementos de la historia e interpretaciones, muy buenos.

Sevilla

Esto en el «haber» de la película. En el «debe» está que, aunque en algún medio la han comparado con el estilo de Billy Wilder, para que la película hubiera resultado en un producto redondo y excelente necesitaba una agilidad, un nervio, un ritmo que León de Aranoa, que es una narrador pausado, no tiene. Por lo que las dos horas de duración transcurren de una forma un tanto morosa, sin que la sensación de agobio que debería de producirse en el empresario de ficción, por el acúmulo de adversidades en pocos días, se traslade al espectador. Con una sonrisa semipermanente en la boca por las cosas que se nos cuentan, vamos transcurriendo de un episodio a otro, pero sin que se produzca la transferencia emocional necesaria para convertir la película en excelente.

No es una mala película, ni mucho menos. Se deja ver. E incluso diría que es bastante recomendable, para disfrutar del trabajo actoral y para obtener un mejor entendimiento de algunos de los problemas de la economía del país por vía de la comedia. Pero no pudimos dejar de salir del cine con la sensación de «mmmm… está bien… pero qué pena, podría haber sido fenomenal». Otra vez será. O no. Es lo que hay. Dudo mucho que alcance la preciada estatuilla del eunuco dorado.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***
Y un atardecer en Granada, desde el Albaicín.

[Fotos] Con una cámara de la que hace tiempo que quería disponer

Fotografía

Hay cámaras en la historia de la fotografía que son emblemáticas. Que, independientemente a quién se dirijan, profesionales, aficionados avanzados, aficionados entusiastas o simplemente a la gente en general que quiere guardar recuerdos de donde va o de la gente que quiere, independientemente de que se hicieran muchas o pocas, independientemente de su precio… se han convertido en emblemáticas porque eran un acierto pleno para el uso por las personas a las que estaban dirigidas.

Una de ellas es la Olympus Trip 35, fabricada entre 1967 y 1984, de la que se fabricaron más de diez millones de ejemplares. Muy sencilla de uso, el papel que jugaba en el mundo de la fotografía en estos momentos lo cubren las cámaras incorporadas en los teléfonos móviles. Que usa todo el mundo para sus cosas, incluso si no es aficionado a la fotografía. La cuestión es que, al igual que en estos momentos hay teléfonos móviles que tienen cámaras estupendas, aquella cámara, a pesar de sus limitadas pretensiones, su sencillez de manejo, y de ser asequible, tenía una calidad muy muy buena, en su fabricación y en su óptica, proporcionando fotografías de mayor calidad que muchos aparatos similares del momento y de las siguientes décadas.

Recientemente, he adquirido una, totalmente revisada, en perfecto estado y totalmente funcional. Que pienso usar con frecuencia a partir de ahora. Los detalles técnicos los podéis encontrar en Olympus Trip 35, la original, una cámara que siempre quise – Probada con Ilford FP4 Plus 125. Las fotos de hoy son de los primeros rollos de película que he expuesto con ella, para probarla, y comprobar sus limitaciones y peculiaridades. Que ya suponía, pero que conviene confirmar. Estoy encantado.

[TV] Cosas de series; animación japonesa, un histórico y un largo asociado a serie contemporánea

Cine, Televisión

Hoy voy a dedicar la entrada a la animación japonesa, o anime. Siempre me ha parecido un tontá mantener el término japonés, para referirnos a la animación que procede del País del Sol Naciente. Es evidente, que como sucede con otras cinematografías, tiene características específicas diferenciadas de lo que se hace en otros lugares. Pero esto es reflejo de su entorno social y cultural y de sus tradiciones artísticas, y no de que la esencia de los que es la animación sea radicalmente distinta del resto del mundo. Y además… la palabra anime アニメ no es una palabra japonesa en origen. Hay quien dice que procede del francés dessin animé (dibujo animado), y hay quien proclama su origen inglés animation → アニメーション animēshon (animación) アニメ. Y en cualquier caso, procede del latín, animus -i o anima -ae, la fuerza que impulsa los seres en movimiento, en el caso de los seres vivos, el alma. Así que si hablamos un latín vulgar evolucionado, ¿por qué renunciar a nuestro propio léxico, dibujo animado o animación,… japonesa? En fin… vamos a ello.

Ilustro la entrada con algunas fotografías de nuestro segundo y último viaje, por el momento, al País del Sol Naciente.

En Netflix es posible ver las dos temporadas de GANTZ, una serie de animación de 2004, basada, como tantas otras, en una serie de historietas con el mismo título. Y en algunos lugares la he visto descrita como un clásico de la animación japonesa orientada a un público masculino, más bien adulto, aunque sus protagonistas principales estén en la adolescencia. La versión no censurada, que es la que se puede ver en la plataforma digital, tiene bastantes referencias o escenas con contenido sexual, más allá del fan service que se ofrece también en las series dedicada a los adolescentes masculinos. Sin embargo, lo característico de la serie es una trama con tintes muy oscuros, con bastante violencia y con poca complacencia con el destino de los personajes protagonistas. Lo de Game of Thrones no es algo original. Siempre hubo producciones cinematográficas o televisivas de acción que no daban por supuesto el final feliz de sus protagonistas, o aseguraban su supervivencia hasta el final, independientemente del destino que les depararan sus guionista.

En esta ocasión estamos ante dos jóvenes adolescentes, amigos de la infancia, que por salvar a un indigente alcoholizado que ha caído a las vías del metro, ante la indiferencia del resto de los presentes, mueren arrollados por uno tren metropolitano, despertando misteriosamente en una habitación con una misteriosa esfera, y otras gentes que también han tenido una muerte violenta reciente. Entre ellas una joven que ha intentado suicidarse, aunque en este caso, un error de quien esté detrás de las resurrecciones, ha generado una copia de la persona aunque el original no ha llegado a morir. A partir de entonces tienen que participar, necesariamente en una serie de misiones para matar alienígenas. Si lo consiguen en un plazo de tiempo determinado, sobreviven, si no… mueren definitivamente. Pero son muchos los que mueren en las misiones, incluso si estas tienen éxito. En los 26 episodios que en total componen la serie, no son muchas las misiones que presenciamos. Creo que dos, o como mucho tres, por cada una de las dos temporadas. Cada misión abarca varios episodios, y hay episodios intermedios que nos hablan de los problemas cotidianos de los protagonistas y los personajes secundarios. Se tratan temas complejos. Como la infidelidad, los problemas de relación de la adolescencia, la violación y el acoso sexual, los abusos violentos a personas vulnerables y otros temas claramente adultos. La serie me ha producido una apreciación global positiva, aunque es irregular, pero yendo de más a menos. La segunda temporada es claramente superior a la primera.

Violet Evergarden es una franquicia de animación que se ha ido emitiendo en Netflix con origen en una serie de novelas ligeras. Comenzó con una serie de televisión, motivo por el cual continúo comentando sus derivados en entradas televisivas, aunque después de la serie ha habido dos largometrajes, ambos estrenados en la misma plataforma digital, pero pensados para su estreno en salas de cine, por lo menos en su país de origen. El segundo de los cuales, el que ahora comento brevemente, Gekijouban Violet Evergarden [劇場版 ヴァイオレット・エヴァーガーデン, Violet Evergarden; versión cinematográfica; en español, directamente, Violet Evergarden: la película] tiene todas las pintas de dar cierre al ciclo de historias iniciado con la serie. Aunque… a saber. La serie me pareció interesante. Con elementos de estética steampunk, nos trasladaba a un lugar imaginario, con resonancias a la Europa de principios de finales del XIX o principios del XX, donde acaba de terminar un conflicto bélico que puede ser una mezcla de elementos de la Guerra francoprusiana con la Primera guerra mundial. Y en esta guerra, Violet es una niña soldado que terminó terriblemente mutilada, con pérdida de dos brazos y un fuerte impacto psicológico y emocional, que poco a poco va recuperandose gracias a unas prótesis, y un trabajo como redactora de cartas bajo encargo en un «servicio postal» con unas características no exactamente iguales a las de los reales.

Aunque con una estética muy propia de las series de época destinadas al público adolescente femenino, la serie no dejaba de tener interés por el alegato antibélico que portaba, y por algunos temas de cierta profundidad que trataba sobre las consecuencias de las guerras en los supervivientes. Las dos películas posteriores… pues la primera era una mera historia de continuidad, un episodio largo, sobre la base de lo narrado en la serie, mientras que la segunda, la que hoy comento… pues bueno… la terminé por aquello de dejar cerrado el tema. Porque en esta ocasión nos «resucitan» al oficial del ejército junto a quien luchó en la guerra, y que la trató como un ser humano y no meramente como un arma más. Y montan una historia romántica, contada en flashback por la nieta de una clienta de Violet cuando trabajó en el «servicio postal». Me costó terminar de verla, y corres el riesgo de atragantarte de melodrama a la vez de sufrir una diabetes por el exceso de romance meloso y dramático. No ver,… salvo adolescentes femeninas, más bien jovencitas y romanticonas. Si me decidiese a incluirla en mi base de datos cinematográfica… al fin y al cabo, fue pensada para su exhibición en salas, mi valoración sería: Dirección ***, Interpretación ***, Subjetiva **.

[Libro de fotografía (y un premio] Paisajes con casita y premio nacional de fotografía

Fotografía

Antes de entrar en materia, las fotografías que ilustran la entrada proceden de uno de los rollos en color que hice en el mes de septiembre. Y que esta misma mañana he comentado en sus aspectos técnicos de forma mucho más amplia en En color de medio formato (que no formato medio) – Olympus Pen EE3 con Kodak Portra 400. Son fotografías urbanas realizadas con la pequeña Olympus Pen EE3, que nos ofrece más de 72 fotogramas en un rollo de los habituales de 35 mm biperforado de 36 exposiciones. Llevo un retraso notable a la hora de ir comentando los rollos de fotografía que voy haciendo, y se me hecha encima un viaje corto a Andalucía y la llegada del revelado de los rollos que hice en el viaje a Italia. Pero ya no doy más de mí.

Recientemente me llegó un librito que me ha gustado mucho. De la editorial Another Place Press. Ya he comentado en varias ocasiones que se trata de un pequeña editorial británica que se dedica a publicar el trabajo de fotógrafos que trabajan el paisaje con un componente humano y de una forma que se aleje por los senderos trillados de las redes sociales y lo «saturadamente» vistoso. El libro de esta ocasión se titula Black Dots y su autor es el fotógrafo inglés Nicholas J. R. White (instagram), de quien ya he comentado alguna cosa previamente. Me gustan sus paisajes.

En esta ocasión, durante tres años se pasea por remotos paisajes de Inglaterra en los que de vez en cuando se encuentran pequeños refugios de pastores, que en inglés se denominada bothies, generalmente en zonas de montaña, abiertos permanentemente para que cualquiera que por allí pase pueda refugiarse si lo necesita. Estos pequeños refugios son los puntos negros (black dots) a los que se refiere el título del libro, ya que muchas veces apenas se perciben en la inmensidad de los paisajes, especialmente en el norte de Inglaterra. Los paisajes son realmente bellos. Eventualmente presenta también fotografías de los interiores de estos refugios, así como retratos ambientales de personas asociados a los mismos. La verdad es que es un trabajo que me parece interesante e inspirador.

Además del libro mencionado, mencionaré también que se ha conocido la ganadora del Premio Nacional de Fotografía 2021. Me he percatado del asunto en una entrada en Instagram de Leire Etxazarra, la autora del estupendo blog Cartier-Bresson no es un reloj, donde supongo que en algún momento publicará algo sobre el tema, pero no de momento. En cualquier caso, luego he visto que otros medios dedicados a la fotografía en español también han comentado algo sobre el asunto.

La ganadora del premio de este año es Pilar Aymerich, fotoperiodista catalana, que ya cuenta con 78 años y se encuentra ya retirada, aunque tengo la sensación de que no inactiva. Su página web da la sensación de que hace mucho que no está actualizada. Tiene un diseño muy antiguo y no hay referencias a acontecimientos posteriores a 2013. En cualquier caso, es fácil que sus fotografías sean familiares para quienes tenemos unos años y tenemos la fotografía, en todos sus aspectos, como afición. No obstante, sin dudar en absoluto de sus merecimientos, ahora que he repasado su obra tiene fotos muy notables como fotoperiodista que trabajó desde el final de la dictadura, me parece que en esta ocasión es un premio muy tardío, y con un fuerte componente ideológico. Ya digo que eso no quiere decir que no sea merecido. Pero los premios, para que tengan el valor debido, hay que entregarlos a tiempo. Y no por la moda de rescatar del olvido a gente que en su momento se lo curró, pero adquirió poca relevancia entre el público general, quedando simplemente como profesionales de prestigio entre los medios y los pocos aficionados que nos intentamos enterar de lo que pasa en el mundo de la fotografía. Pero este país es así.

[Cine] Madres paralelas (2021)

Cine

Titane (2021; 64/20211015)

Hace tiempo que vengo comentando mi bloqueo lector… la falta de concentración en la lectura que hace que sólo en determinados momentos, mis últimas vacaciones, por ejemplo, sea capaz de llevar la lectura de un libro a término. Libro de ficción. Otro tipo de temas, como los profesionales, que no suelo comentar aquí es otra cuestión. Pero realmente también me siento bloqueado en el cine. No dejo de ir. Creo, fundamentalmente, porque los meses de confinamiento y cierre de salas creo una ansiedad por el deseo del lujo perdido de reunirse con dos o tres personas con intereses comunes y pasar un par de horas juntos en silencio contemplando una película, y dedicar 40 o 50 minutos después ante unos cafés, un té en mi caso, o unas cervezas a comentar la película. Pero si hago un repaso mental a lo que viene siendo el cine para mí en los últimos meses, independiente de la «racional» valoración que intente ofrecer en estas páginas, me doy cuenta de que la sensación de genuina emoción ante una película cada vez la siento más esporádicamente. En estos momentos siento una emoción mucho más intensa con la manzana de la variedad ambrosía que me estoy comiendo mientras esto escribo que con la que sentí con la película que aquí comento. Aunque hay entran en acción otros factores… que no voy a comentar aquí.

En algunas ocasiones, Almodóvar ha salido de Madrid para rodar… pero esta no ha sido una de ellas.

Queda claro por la rotunda y frutal afirmación anterior que la última película de Pedro Almodóvar… me dejó muy muy muy frío. Un director que nos emocionó con una certera combinación de saber hacer artístico, transgresión y habilidad para el melodrama, incluso si tomaba la forma de una comedia, sigue mostrando su capacidad para la dirección artística en sus películas… pero no para contar historias. Pero claro… cuando me entero de que en Venecia le dedicaron 9 minutos de ovación. Que le premiaron como director. Que Penélope Cruz se llevó la copa Volpi. Que la academia del cine español a elegido otra película para los Oscar porque confían en la trayectoria del Manchego para salir adelante en los premios por sus propios medios. O eso dicen. Me pregunto, ¿el problema lo tendré yo? ¿El conjunto de neuronas de mi cerebro que me hacían disfrutar del cine ha fenecido o, en el mejor de los casos, ha entrado en letargo? No lo sé.

Como dijo Jack el Destripador, vayamos por partes. Mmmmmm… ¿La película va sobre la maternidad, uno de los temas preferidos del director? Vamos a ver… Sobre los niños/as intercambiados en el hospital… ved la película de Kore-eda sobre el tema. Muy superior. En planteamiento, interpretación, profundidad… lo que queráis. Si queréis reflexionar sobre los niños/as con dos madres, una biológica y otra no, que entran en conflicto… no salgamos de Japón… ni del 2021, año en el que pudimos ver cierta película de Kawase del año anterior. Lo mismo… muy superior en planteamiento, interpretación, profundidad… Lo que cuenta esta película… los vaivenes… No lo sé.

Pero a lo mejor es que no va sobre la maternidad. A lo mejor quería hablarnos de los dramas familiares de la guerra civil, de la memoria histórica y de las fosas de los fusilados, represaliados por el ejército sublevado y el fascismo español. Un tema que puede ser interesante. Pero entonces… ¿por qué apenas nos habla un poquito de ello al principio de la película, para luego soltarnos un publirreportaje al final… con todo el lío de las madres entre medio? Reconozcámoslo. Almodóvar, el antiguo transgresor, lo cual era algo que convenía a la sociedad española en su momento, se ha vuelto en un rey de lo políticamente correcto… cosa que en estos momentos no hace falta a una sociedad española, que necesita que la remuevan, la provoquen, que alguien obligue a pensar, para que no vuelva a pensar que lo del fascismo que he mencionado antes… vuelva de algún modo. No lo sé.

Ya… ni voy a hablar de los dos «romances» que se plantean en la película. En fin. Con unas interpretaciones con oficio, pero convencionales. Penélope Cruz ya tiene tablas, pero se le han visto mejores cosas en las películas del manchego. Y la joven Milena Smit me parece un poquito verde, aunque con el físico perfecto para el papel, si bien le pone interés y salva la papeleta. En fin… que por este lado nada malo hay que decir… pero tampoco nada extraordinario.

La película no es ninguna catástrofe. Se ven todos los días cosas mucho más infames. Pero hacía mucho tiempo que no salía con una sensación tan gélida en el cuerpo por una película que estaba pensada para emocionar. Y al final, ¿qué? Un manual de progresismo para pijos. Ninguna emoción en mí. ¿Seré yo? Tal vez. Probablemente. No lo sé.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

[Libro] Josée, le tigre et les poissons – Seiko Tanabe

Literatura

Hace unas semanas comenté una película de animación, que no está mal, y que está basada en uno de los relatos de esta colección de la autora japonesa Seiko Tanabe. Tanabe es una escritora nacida en Osaka en 1928, que falleció recientemente, en 2019, y que está muy reconocida en su país, habiendo recibido distintos galardones de prestigio a lo largo de su carrera. Sus novelas y relatos cortos tienen la peculiaridad de que suelen estar escritos usando las peculiaridades dialectales del japonés en la región de Kansai, en la connurbación formada por Osaka, Kioto, Kobe y las poblaciones entre ellas. Y por supuesto, la acción de sus relatos suele tener estas ciudades como escenario.

En nuestro segundo, y de momento último, viaje por Japón, nos movimos preferentemente por la región de Kansai… aunque no necesariamente por los escenarios de las novelas de Tanabe, salvo Osaka y algo de Kioto. Pero bueno,… algunas escenas tomadas en la península de Kii valdrán para ilustrar la entrada.

Alguna cosa de esta autora está traducida al castellano, por ejemplo, el relato que da nombre a esta colección y a la película de animación mencionada. Pero no toda la colección de relatos, por lo que, interesado por la autora, acudí a la versión en francés de la misma, que se subtitula Neuf nouvelles romantiques au Pays du Soleil Levant. Nueve relatos románticos en el País del Sol Naciente. No. La palabra francesa nouvelle no significa novela. Es noticia o relato corto. A lo que en España llamamos novela, los franceses lo denominan roman. Independientemente de que sea romántica o no. Pues bien… nueve relatos cortos en los que las protagonistas son mujeres de distintas edades, entre la adolescencia y la madurez. Y en las que se reflexiona de una forma u otra sobre su forma de relacionarse con los hombres.

Estos nunca aparecen como protagonistas. Ni siquiera aparecen bien definidos. Más bien son presentados a través de la visión sesgada de las protagonistas, y en segundo plano. Como ya sospechaba, hablando del relato que da título a la colección y a la película de animación, esta última está modificada en el tono. En el relato la clara protagonista es Josée, mientras que del chico conocemos los escuetos datos que van apareciendo en el relato de Josée (en cursiva porque su nombre real es otro). En la película, podríamos decir que el protagonista es el chico sobre el que inventan una historia que no aparece en el relato original.

En general son unos relatos de gran sensibilidad, que nos presentan unas mujeres con problemas, pero que no se arredran, que pelean por superarlos, que no se condicionan a los hombres, sino que los asumen como algo que quieren en ese momento, pero que podrían no estar sin dejar de tener ellas su vida, y se leen con agilidad a pesar de que no carecen de profundidad precisamente. Creo que me gustaría leer más cosas de esta autora, aunque probablemente tenga que acudir a traducciones a otros idiomas. En cualquier caso, esta colección de relatos es bastante recomendable.

[Fotos] Blanco y negro veraniego con filtro rojo

Fotografía

Fotos del mes de septiembre, paisajes urbanos con película negativa en blanco y negro, con un filtro rojo colocado sobre el objetivo de la cámara para mejorar los contrastes. O eso espero haber conseguido. Creo que sí. Los detalles técnicos en El filtro rojo y su influencia – Pentax MX, SMC Takumar 1:2 35 mm y Kodak T-Max 400. Como de costumbre, aquí, algunas fotos.

[Cine] Titane (2021)

Cine

Titane (2021; 64/20211015)

Tras la vuelta del viaje de vacaciones, me encuentro con una serie de novedades en la cartelera cinematográfica. Novedades sobre cuya calidad no puedo asegurar nada a priori, pero que me atraen por los antecedentes. Como es este largometraje de la francesa Julia Ducournau, que ya hace unos años nos propuso una película peculiar y compleja, que sorprendió bastante. Y aquí nos ofrece una de esas películas que suelen adoptar el calificativo de inclasificables, que ha tenido bastante aceptación en festivales, aunque también se anunciaba como compleja de visualizar.

Según nos cuentan en varios momentos, la acción sucede en algún lugar de la Provenza francesa, por eso he elegido algunas escenas de la ciudad de Arles para ilustrarla

La joven Alexia (Adèle Guigue de niña; Agathe Rousselle de adulta) sufre a los siete años un accidente de tráfico mientras iba dándole la murga en el coche a su padre que obliga a un intervención craneal, por la que tendrá que llevar un implante de titanio en su región temporal derecha. Ya con treinta años se gana la vida con bailes eróticos en un entorno de fanáticos del motor, y tiende a resolver sus conflictos con violencia. Llegando al homicidio. Lo cual le obliga a huir, refugiándose en casa de un jefe de bomberos separado de su mujer, Vincent (Vincent Lindon), que vive con el pesar de que diez años antes desapareció su hijo sin dejar rastro cuando era un niño. Alexia se hará pasar por el niño ausente ya crecido, e iniciará una extraña relación con Vincent.

Como ya he comentado, fácilmente puede asignarse al género de inclasificables. Lo que empieza como una huida de una persona que ha cometido una serie de crímenes como consecuencia de su estado emocional permanentemente alterado, permanentemente dañado, se convierto poco a poco en una reflexión sobre el concepto de paternidad (¿maternidad?), con un fuerte componente de realismo fantástico, es decir, introduciendo elementos fantásticos en un entorno social similar a la realidad. La película es muy potente en los aspectos visual y sonoro, reflejando la maestría de la directora a la hora de manejar el lenguaje cinematográfico. Las interpretaciones de los personajes protagonistas también tiene elementos más que notable, en unos trabajos muy intensos y muy físicos.

¿Cuál es mi parecer sobre la película? Es difícil de decir. Esta es una de esas películas que un aficionado al cine tiene que ver. Pero que supone un riesgo por la complejidad de los conceptos y de los elementos formales del largometraje. No la considero una película para todos los públicos, y no me estoy refiriendo a la recomendación por edades, sino a la madurez cinematográfica y riesgo que está dispuesto a correr el espectador. Globalmente puedo decir que considero que me mereció la pena, aunque reconozco que en el momento de salir de la sala del cine mis sentidos y mis sensaciones se encontraban saturadas y algo abotargadas por lo que había presenciado. Quedáis avisados. En cualquier caso, la película nos habla de cuestiones mucho más profundamente humanas de lo que puede parecer en las formas, y eso es lo que le da buena parte de su valor.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***