Hayao Miyazaki no es conocido como escritor. Ni siquiera como ilustrador. Es conocido como director de cine de animación. En ese ámbito, no sólo es conocido. Es célebre. Y celebrado. Como una de las cabezas de Studio Ghibli, es responsable de algunas de las mejores películas de animación de la historia del género. Hay heroinas y héroes de la animación absolutamente geniales que han salido de su creatividad; Nausicaä, Chihiro, Ashitaka y San, Porco Rosso, Niki, Totoro, Sophie y Howl, Ponyo… Incluso si algunos de ellos son adaptados de obras literarias, les supo dar una impronta especial que los ha hecho especialmente queridos por muchos aficionados al cine de animación o al cine en general. Por supuesto, es escritor también, puesto que ha sido el guionista de sus películas, sean obras originales o sean obras adaptadas. Pero también se ha internado en el terreno del manga, del cómic.

Tengo por casa la historieta gráfica Nausicaä del Valle del Viento, que publicó en 1982, dos años antes de estrenar la película que la adaptaba al cine de animación. Sinceramente, no la he leído entera de principio a fin, pero de vez en cuando repaso algún pasaje o algún detalle de la historia que me interesa. Podríamos decir que, de esta forma, la he ido leyendo a lo largo de los años, desde que la compré poco después de ver en la gran pantalla la versión restaurada de la película con motivo de su 25º aniversario. Muchos piensan que Nausicaä es la primera película de Studio Ghibli, pero no es así. Aunque el estudio de animación tenga o gestione los derechos de la misma, el estudio se constituyó como consecuencia del éxito de la película, para permitir un ámbito de creación dentro del mismo espíritu, como así fue.
Recientemente se publicó en español el libro que nos ocupa hoy y que recibí como regalo esta navidad. Su publicación original, en Japón, data de 1983. Generalmente suele encontrarse encuadrado entre el manga, cómic, historieta o relato gráfico. Y se podría incluir en este género… visto desde un punto de vista amplio. Basándose en una leyenda tibetana, Miyazaki nos cuenta las historia del príncipe Shuna, hijo del rey de un valle en las montañas, remoto, pobre, con problemas para alimentar con sus cosechas a su población, y que parte en un viaje hacia el oeste en busca de las semillas que pueden dar cosechas de grano mucho más ricas y fructíferas que acaben con la necesidad de su pueblo. Pero el viaje no será fácil. Tendrá que luchas con forajidos, con esclavistas… se involucrará en el destino de otras personas, e incluso tendrá que desafiar a los propios dioses. Y recibirá el castigo por ello, aunque las relaciones establecidas por el camino en su pelea con las injusticias darán su fruto y le abrirán el camino futuro.

No pensemos en el libro como un cómic o un manga al uso, en el que cada viñeta nos presenta una escena, con sus diálogos contenidos en los típicos bocadillos, y con la expresividad propia de la acción. Más bien es una sucesión de cuadros, realizados a la acuarela, que de forma ordenada, y con la ayuda de una escueta narración con palabras, nos va desarrollando la acción. Hasta cierto punto parece el esbozo de una futura película que nunca se realizó. Las historia como tal parece inacabada, con un final abierto a futuras aventuras de Shuna con las jóvenes a las que salva y que a su vez lo salvan. Deja con ganas de saber más.
No es difícil ver en Shuna características de otros personajes de Miyazaki. Como príncipe preocupado por su pueblo, vemos rasgo de este personaje tanto en Nausicaä como en Ashitaka. En este último, especialmente, su viaje voluntario alejándose de su pueblo, para el beneficio de este. Y desde luego, vemos los valores habituales que impregnan los personajes y las películas posteriores de Miyazaki. No son héroes/heroínas perfectos/as. Presentan dudas y debilidades. Necesitan crecer, mejorar. Su viaje tiene un fin, pero también es un vieja interior para madurar, para ser mejor, para cambiar. Y todo ello con unas ilustraciones absolutamente estupendas, que hacen que el libro sea imprescindible para el aficionado a la obra de Miyazaki. Desde ese punto de vista, total y absolutamente recomendable. Me gustaría conocer la historia completa, no me importaría nada haberla visto en el cine. Aunque de alguna forma, con el conjunto de sus películas, ya lo hemos hecho.

