[Libro] The Remains of the Day – Kazuo Ishiguro

Literatura

El premio Nobel británico de origen japonés Kazuo Ishiguro es uno de los escritores que más me convencen habitualmente. Me suele gustar cómo escribe y me suele gustar sobre lo que escribe. Me parece un escritor sensible, de prosa clara pero no banal o simple. Sus temas son profundos. Y suelen tener no sólo un componente psicológico o ético, respecto a las reacciones o los comportamientos del individuo, sino que su reflexión ética alcanza el nivel de las decisiones o consecuencias políticas. No es un escritor muy prolífico. En 40 años de carrera sólo ha escrito ocho novelas de las que, con esta que comento hoy, he leído cinco. Pero ha diversificado su actividad literaria. Ha escrito cuentos y relatos cortos, ha escrito guiones de cine, ha escrito letras de canciones. Dos de sus novelas se han adaptado al cine, la que hoy voy a comentar, y la emotiva distopía que tanto me gustó en su momento. La versión literaria; la versión cinematográfica estuvo bien, pero un peldaño por debajo.

Las cortas vacaciones del mayordomo protagonista, Mr. Stevens, lo encaminan hacia Cornualles, donde pasé unos días hace casi 18 años.

Recuerdo muy claramente cuando vi la película que adaptaba la historia de la novela que traigo hoy, dirigida por James Ivory, especialista en rodar con elegancia películas de época, y con las impresionantes actuaciones de Anthony Hopkins y Emma Thompson demostrando que en ese momento ya eran de lo mejorcito que podíamos encontrar en la interpretación británica y mundial. La película, que recibió ocho candidaturas a los Oscar, aunque no ganó ninguno, adaptaba con fidelidad la novela de Ishiguro. Lo tuvo difícil… la del 93 fue una de las mejores cosechas cinematográficas que se puedan encontrar. Fue el año del triunfo de Belle epoque, que se las tuvo que ver con tres candidatas asiáticas (Hong Kong, Taiwan y Vietnam) absolutamente impresionantes. Quizá hoy en día, con unos votantes más sensibles hacia las cinematografías orientales, no hubiese tenido las mismas oportunidades. Estoy dispersándome de lo que quería contaros.

La historia nos lleva, en los años 50 del siglo XX, a una gran mansión aristocrática británica que ha conocido mejores días. En el momento presente de la narración, un adinerado americano es su propietario, y tiene a su servicio un reducido equipo de sirvientes, con un mayordomo que lleva décadas en la casa. Este sabe que los niveles de calidad del servicio no son los que fueron. Y una carta de la antigua ama de llaves, con quien coincidió antes de la guerra mundial durante bastantes años, le hace imaginar que tal vez pueda repescarla para el puesto. Para ello pide permiso para realizar unas cortas vacaciones en Cornualles. Durante el viaje, rememorará los años de gloria de la mansión, y los acontecimientos grandes, de la política mundial, que sucedieron en ella, así como las pequeñas alegrías o desdichas de los que trabajaron en ella en el servicio.

La novela nos cuenta, por lo tanto dos historias, la del presente, un mayordomo ya mayor, tremendamente nostálgico de unos tiempos que idealiza, y la de ese pasado idealizado. Y es un magnífico ejemplo de la narración en primera persona, que suele ser un indicador de un narrador poco fiable. Un narrador que quizá nos engaña, quizá se engaña a sí mismo. Y este segundo caso es el que afecta a la narración. El mayordomo protagonista, obsesionado por su sentido del deber y de la dignidad en el ejercicio de su trabajo, de mentalidad conservadora, incapaz de asumir el concepto que su noble empleador pudiera estar equivocado, tiene los valores sociales y políticos puestos del revés y anclados en un pasado, quizá el de la Inglaterra victoriana, cuando el mundo avanza por otros derroteros. No entiende la política, como tal vez no la entienda su aristocrático empleados,… o quizá sí y es todavía menos inocente de lo que sospechamos en sus flirteos con el fascismo. No entiende las relaciones humanas, y acaba alejando de sí aquellas persona, aquella mujer, que podría haber terminado por dar sentido a su vida. Pero cuando él se ha anclado voluntariamente en el pasado, y la mujer avanza con los tiempos… no pueden caminar juntos.

Ishiguro, después de un par de novelas escritas en inglés, siempre ha escrito en inglés, pero sobre su Japón natal, con esta novela se hizo un puesto indudable entre los mejores de una generación de escritores británicos muy destacados. También he sido asiduo a la literatura de alguno de sus contemporáneos. Aunque algunos críticos lo han situado, aunque escriba en inglés, entre determinados autores japoneses que trasciende fronteras, como otro de mis habituales. La novela tiene un nivel literario alto; pero, como decía al principio, su prosa es clara. Lo he leído directamente en inglés. Y tengo otras novelas de Ishiguro en espera. También en su idioma original. Se confirma como uno de mis autores de referencia, y lo encuentro altamente recomendable.

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