[TV] Cosas de series; monstruos, asesinatos en frío y buenrollo tailandés con efecto año 2000

Televisión

Hoy traigo un trío de series muy variopinto. Sin relación entre sí. Pero es lo que he visto últimamente más allá de la animación y mi vicio surcoreano de los fines de semana. Alguna cosa está bien… pero en su mayor parte, como mucho, para pasar el rato sin pretensiones.

No era muy consciente yo de la existencia de un Monsterverse. Un universo cinematográfico y televisivo en el que se mezcla el universo de Godzilla y de King Kong… y no sé si algún otro. Yo sabía que en los últimos años se habían hecho películas sobre ambos monstruos. La de King Kong incluso la vi atraído por su protagonista femenina, que en aquellos momentos prometía mucho. Cuando vi la estupenda recreación del Godzilla original realizada recientemente en Japón, mucho mejor con ventaja que los pastiches de Hollywood, me enteré un poco del rollo de este universo de ficción. Y supe de una serie de Apple TV, Monarch: Legacy of monsters, integrada en ese universo de ficción, apreciada por algunos comentaristas en la red de redes. Así que la vi. Bueno. Vale. Entretenida. Sin más. Narrada en dos líneas temporales que acaban confluyendo, habla de la típica organización secreta que suele haber en estos universos de ficción, algo nada original, de cómo se crea y como llega a ser lo que es, mientras vamos siguiendo las peripecias por todo el mundo de los buenos. Porque Monarch, la organización, tiene sus más y sus menos. Como digo, entretiene, pero es tirando a mediocre, con una flojísima definición de caracteres. Lo cual es grave, porque una serie de televisión tiene menos presupuesto que un largometraje de acción y hay muchas menos secuencias espectaculares de monstruos, que es lo que parece atraer a los aficionados a estas cosas. Entonces… con apariciones monstruosas puntuales, o te interesa lo que les pasa a los vulgares seres humanos que salen en pantalla, o la cosa es… meh.

Islandia es la localización de una de las series de hoy, y allí nos desplazamos fotográficamente hablando.

A murder at the end of the world es una serie de las de Brit Marling, protagonizada por ella y por una de las Dianas de The Crown, Emma Corrin. La vi porque vi una reseña de una fuente que consideraba fiable alabándola mucho. Lo cierto es que no me fijé que era una serie de Marling. Una actriz, directora y guionista que a principio de los 2010 prometía mucho, pero con el tiempo me ha parecido que es alguien que hace producción muy pretenciosas… pero potencialmente muy aburridas. El caso es que una vez empezada, siendo una serie limitada de una temporada, sólo ocho episodios… Sólo diré una cosa. Sin darme cuenta me salté un episodio, el segundo, no me di cuenta hasta que iba por el cuarto… y no lo había echado de menos. Lo cual quiere decir que la historia está muy inflada para lo que cuenta. No es ninguna catástrofe esta investigación de un asesinato en un remoto hotel de lujo en Islandia. Una whodunit propia de una pseudo Agatha Christie postmoderna llena de gente guay, guapa y millonaria, y con inteligencias artificiales. Y si la Christie original me deja frío las más de las veces, imagínate una versión postmoderna. No es ninguna catástrofe. Y se deja ver. Pero como de costumbre en las cosas de Marling, más pretenciosa que otra cosa.

Y finalmente Analog squad. Un serie tailandesa con mucha nostalgia. Lo de squad [equipo] es porque va de un grupito de cuatro personas, en las que uno de ellos, un tipo que ha vivido mucho tiempo extrañado de su familia, contrata a los otros tres para fingir que son su familia, esposa e hijos veinteañeros, para ir a visitar a sus padres mayores, ya que su padre ha sufrido un percance de salud que lo tiene al borde la muerte. Lo de analog [analógico] es porque la acción transcurre en las semanas previas al fin de año de 1999, con los miedos al efecto 2000, cuando las fotos se hacían con rollos de película fotográfica, lo que ahora se llama fotografía analógica, y el señor enfermo tiene un estudio de fotografía.

Las series sobre familias ficticias, si están bien llevadas, tienen mucho interés. Véase por ejemplo la opera prima de un prestigioso director español, para mí su mejor película, o por lo menos la que mas me interesó realmente. Y en esta serie lo importante es que los integrantes de esta familia, verdadera o falsa, acaban importándote. Porque todos tienen sus problemas. Con sus familias. El «padre de familia» perdió su familia de origen, sus padres, y luego la propia, su esposa e hijos, por la forma en que llevó sus negocios y se relacionó con malas compañías, y desde entonces es un resto de un naufragio. La «madre de familia», una atractiva mujer madura que fue novia del anterior en su momento, vive sola, y con diagnóstico a sus espaldas que la envuelve en el pesimismo, al mismo tiempo que intenta sacar adelante este peculiar encargo con cierto entusiasmo… porque sigue enamorada del «resto de un naufragio». El «hijo menor» es hijo de una madre soltera, famosa en el país por haber sido modelo de fotografía erótica, una sex-symbol reconocida por cualquiera, lo que ha marcado al chaval, a pesar de que están muy unidos. Y la «hija mayor», lesbiana, tiene una padre que aparece y desaparece por negocios, poco presente en sus vidas, pero con quien se siente muy unida, hasta que una tragedia le hace ver que su padre llevaba una doble vida, y que tiene una familia real más extensa de lo que esperaba.

Está bastante bien. Y está bien considerada. Conforme avanza la serie tiende demasiada tendencia al sentimentalismo fácil. Hay sus buenas dosis de «tele cebolla». Pero como ya digo, los protagonistas se hacen de querer, y los no protagonistas también, y se ve bien. Con agrado. Lo mejor de lo que traigo esta semana, aunque su «exótico» origen probablemente desmotivará a muchos suscriptores de Netflix, donde se puede ver. Hubiera querido que la hija real del protagonista hubiera tenido más protagonismo, y su arco argumental un poco más de miga. Pero bueno… es que todo es muy buenrollista al final en esta serie. Muy optimista el final.

[Televisión] Cosas de series; entre músicos, ángeles y familias ruidosas

Televisión

Con la llegada de las navidades he terminado de ver con unos días de diferencia dos temporadas de series ya conocidas y la primera temporada de una serie presentada por sorpresa y que ha producido bastante revuelo. Aunque no opiniones unánimes.

Hace unos días Amazon anunció que ponía a disposición de sus clientes Premium el servicio Prime Video. Los clientes Premium son aquellos que pagan una cierta cantidad de dinero al año, que no llega a 20 euros, y a cambio reciben sus compras sin gastos de envío, además de otra serie de ventajas, como espacio ilimitado de almacenamiento para sus fotografías. Ahora se suma sus servicio de vídeo bajo demanda. Para mí, de momento tiene dos inconvenientes. No se puede ver en la televisión usando el Chromecast, se pueden usar otros dispositivos más caros o inconvenientes, pero no el chisme de Google. El segundo es que, supongo que por acuerdos previos de derechos de emisión, en España, sus mejores series no están al día. Y aunque la oferta es inferior a otras plataformas, hay algunas muy, muy interesantes que hemos ido comentando por aquí.

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Hoy haremos como los protagonistas de Mozart in the Jungle; nos iremos a Venecia. De las cuatro veces que he visitado a la capital de la Serenissima Repubblica, he escogido algunas diapositivas del primer viaje, en 1993.

Por ejemplo, Mozart in the Jungle, que recientemente ha emitido su tercera temporada. Las aventuras de una ficticia orquesta sinfónica neoyorquina con el estrambótico director Rodrigo de Sousa (Gael García Bernal) al frente, con sus devaneos con la guapa y simpática oboísta Hailey «Hai Lai» (Lola Kirke) y un conjunto de secundarios que nos deleitan notablemente. En tono principalmente de comedia, pero con notable elegancia, es muy disfrutable. Su tercera temporada ha tenido dos partes, una primera con Rodrigo en Venecia y con La Fiamma (Monica Bellucci, que no se suele prodigar en papeles de comedia), una fogosa soprano como artista invitada. La segunda en Nueva York más centrada en los avatares de los músicos. Fenomenal el episodio rodado en la prisión con música de Olivier Messiaen. Para mí es un fijo de la época navideña mientras dure.

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Mientras, Netflix ha puesto a disposición de sus abonados la segunda temporada de Fuller House, «spin off» de Full House, comedia de gran éxito en los años noventa que en España se pudo ver en el difunto Canal Plus como «Padres forzosos». A mí, las comedias estas rodadas con público, con múltiples cámaras y con parones para que el público se ría o celebre las apariciones de sus personajes favoritos me resultan casposillas. Y sinceramente, me parece muy floja. Pero mira tú que este año ha sido la serie más vista por los USAmericanos, y especialmente por los segmentos demográficos que más gustan a los productores, los jóvenes. No especialmente recomendable salvo para incondicionales de las comedias familiares más cursis y trasnochadas.

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Y luego ha estado la gran sorpresa de Netflix. Sin previo anuncio ni promoción, apareció The OA. Parece ser que es de mal tono desvelar qué significa OA, así que me lo callaré. Serie que pretende ser de ciencia ficción, aunque tome elementos claramente procedentes de la ficción paranormal o pseudorreligiosa. Protagonizada por Brit Marling, que hace de chica ciega que desaparece y reaparece siete años más tarde capaz de ver, y que según ella ha sido secuestrada y retenida por científico en búsqueda de la demostración de que hay vida detrás de la vida. Bueno,… todo esto lo exponen de forma bastante más complicada. La serie está creada por la propia Marling y por Zal Batmanglij, que ya tienen colaboraciones previas, que no me convencieron en exceso. Buscan mundos propios, más o menos extraños y misteriosos. Esta serie, hay quien la ha odiado, hay quien la ha adorado. A mí,… me ha dejado un tanto frío. Como productos anteriores de sus creadores. Si hay segunda temporada, que supongo que llegará también por sorpresa, me lo pensaré antes de verla.

Y dentro de unos días, hablaré de los especiales navideños.

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[Cine] The East (2013)

Cine

The East (2013), 21 de julio de 2013.

A pesar del título en inglés, desgraciadamente la versión que se proyecta en Zaragoza es la doblada. Pero no obstante, optamos esta semana por esta película que nos llega de lo que se llama cine independiente al otro lado del charco. Habíamos visto alguna crítica que la consideraba bien. Pero lo que me hizo proponerla fue que hace unos días, en la televisión por satélite pude ver una película, Another Earth (Otra Tierra), protagonizada por Brit Marling, la protagonista de la que hoy nos ocupa, que me pareció que tenía su interés.

Esta chica, Brit Marling, es un poco Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como. Parece que le ha cogido afición a lo de producir y participar en el guion de la películas que protagoniza. Dirigir parece que toda vía no. La que hoy nos ocupa está dirigida por Zal Batmanglij. En cualquier caso, parece que se está convirtiendo  como hemos dicho en uno de los nombres a tener en cuenta en el cine independiente norteamericano.

Sin embargo, el argumento de la película que de hoy podría pertenecer perfectamente a una película de los grandes estudios. Una exagente del FBI  (Marling), que actualmente trabaja para una empresa de seguridad privada, se infiltra en una organización «ecoterrorista». Es decir, gentes que se dedican a a atentar contra aquellas personas o empresas que ponen en peligro el medio ambiente. Esta banda de presunto iguales, pero liderada por Benji (Alexander Skarsgård)Izzy (Ellen Page) tardará en confiar en la nueva activista, pero pronto iniciarán sus acciones. Y cuando esto suceda, a la agente le empezarán a entrar dudas sobre de qué lado está la justicia. Si está del lado de los activistas, o está representada por su jefa Sharon (Patricia Clarkson), que parece más interesada en captar clientes que en evitar delitos.

No voy a darle muchas vueltas al asunto. La película me ha decepcionado un poco. Hecha para mayor lucimiento de la protagonista, que está prácticamente en todas las escenas, presenta un argumentario un poco simplón, así como una descripción también un poco plana tanto del grupo activista, «ecoterrorista», como del lado de la empresa de seguridad y las fuerzas policiales. Todo lo cual, le resta fuerza y sutiliza a un producto que al final queda mucho más convencional de lo que pensaba y de lo que había leído, y que más que una producción independiente con un nuevo punto de vista sobre la cuestión medioambiental, me parece un producción barata como fórmula de autoempleo para algunos de los responsables del filme.

Visto lo visto en otras películas, el elenco de intérpretes creo que está razonable pero un paso por detrás de lo que habitualmente se espera de ellos. Y la protagonista está claramente por detrás del papel que le vi en televisión y que me hizo proponer esta película como una posibilidad.

En resumen, una película que se deja ver,… por los pelos. Porque es verano y tampoco está la cartelera para muchas exigencias. Me parece una oportunidad fallida para una reflexión sobre los problemas medioambientales y las formas que puede adoptar el activismo ante ellos.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

Sotos en Ranillas

La defensa del ecosistema va como mensaje de fondo en la película de hoy; ecosistemas tan amenazados como los sotos del río Ebro a su paso por Zaragoza.