[Cine – obituario] Félix Sancho Gracia (1936 – 2012)

Cine

En esta tarde consideraba improbable que hubiera alguna entrada en este Cuaderno de ruta. Pero las cosas cambian, los planes se estropean, el calor aprieta, de lo lindo, y uno decide descansar tranquilamente en casa, viendo algo de los Juegos Olímpicos, y encima te lo ponene fácil para escoger un tema para la actualización casi diaria de este casi diario dedicado a mis aficiones y tiempo libre.

Es curioso. No suelo asociar a Sancho Gracia con el papel que más fama le dio, Curro Jiménez. Es una serie que tan apenas vi. No me gustaba mucho en realidad. En aquella época no había mucho que elegir en la televisión y yo era un adolescente. Si no tengo muchos recuerdos supongo que es porque la ignoraba y me ponía a leer, mi actividad preferida en casa en aquella época. Mi primer recuerdo del actor, sin embargo, es anterior. Y curiosamente es uno de esos recuerdos que también asocio a la lectura. Y eso que yo era un niño. Es de cuando protagonizó Los tres mosqueteros en la televisiva Novela. Novela era una serie de televisión que se emitió durante un buen montón de años, en los que adaptaban alguna obra literaria en forma de miniserie de cinco capítulos que se emitían por la tarde de lunes a viernes. Pero hubo alguna excepción a esto de los cinco capítulos. Y algunas de ellas tuvieron el renombre de El conde de Monte Cristo (no protagonizada por el actor madrileño) y la mencionada obra de Dumas sobre aquel cuerpo de de la guardia real francesa. Desde que siendo un niño vi las aventuras de D’Artagnan, sus amigos, la sosita de la Bonacieux, y los malvados Richelieu y, sobretodo, la guapa y gélida Milady de Winter, no vi el momento de leer aquella novela que compite con cualquier película de Hollywood en inexactitudes históricas, pero que es divertídisima. Aventura pura.

Supongo que lo vi en muchos de los Estudios 1 que protagonizó o en los que participó. Y sí que lo recuerdo en Los camioneros, serie de los años 1973 y 1974, cuya banda sonora tengo metida en lo más profundo de conciencia por la cantidad de veces que el padre escolapio Ladislao Leoz nos la hizo tocar con la flauta dulce cuando hacía 5º de EGB. Si repaso su filmografía posterior a aquellos momentos, me doy cuenta hasta que punto es un actor que hizo de todo, bueno y malo, y que probablemente tenía algo más de potencial del que mostró en la gran o en la pequeña pantalla. Nunca me gustó mucho en general, pero si le reconozco algún papel más que interesante, muchas veces como actor de reparto en algunas buenas producciones.

En cualquier caso, los recuerdos que guardo de aquella época infantil, me bastan y me sobran para recordarlo con cariño y con respeto, y para desear que se reuna con los grandes del cine y de la televisión que ya partieron hacia el cielo del séptimo arte, el único cielo al que, caso de haber alguno, me gustaría ir cuando se me acaben las pilas.

Tullerías

Los jardines de las Tullerías, cerca del palacio del Louvre, según nos contaba Dumas, eran lugares propicios para las citas galantes, la intrigas políticas y los duelos entre los mosqueteros de Luis XIII y los siniestros guardias del cardenal Richelieu. Aunque los mosqueteros siempre parecieron más dispuestos a proteger a la reina consorte, la española Ana de Austria, que a su augusto esposo.

[Cine] Algunos obituarios (Juan Luis Galiardo y Nora Ephron), y un aniversario

Cine

Estaba yo pensando en escribir alguna entrada sobre algún obituario y algún aniversario reciente en el mundo del cine. Pero estaba vago. Realmente vago. Pero como los fallecimientos en el mundo del cine siempre vienen de dos en dos, pues he decidido que, aunque breve, si que voy a hacer un recuerdo a dos personalidades del cine que se han ido al cielo del séptimo arte en los últimos días, y de paso comentar un aniversario. Que estaba pensando en desarrollar más a fondo un día de estos.

Juan Luis Galiardo (1940-2012)

A este veterano actor del cine, la televisión y la escena españoles le pasaba como a muchos. Capaz de obrar maravillas si la ocasión se le presentaba, si le daban la oportunidad, si se encontraba ante un director con un mínimo de talento,… si repasas su filmografía encontrarás una cantidad inconmensurable de bodrios. Las cosas como son. Presunto galán del cine español, probablemente muchos los tenemos en mente más como galán otoñal o trasnochado que como otra cosa. Sin embargo, a mí era un tipo que me caía esencialmente bien. Simpático. Y por otra parte, entre su filmografía encontramos esas rara avis del cine español que sirven para señalar la calidad de sus gentes, merecedoras de un país con una cultura y una industria cinematográfica a su nivel. Que no hay.

Si en mi infancia, su juventud, para mí era actor de NovelaEstudio 1, casi todos los actores y actrices de su generación lo eran, en su madurez, en lugar de recordar su extensa trayectoria, me voy a quedar con un papel. Uno solo. Pero magnífico. El de aquel excéntrico solitario que contrata a una compañía de actores para que representen a su Familia en el día de su cumpleaños. Creo que el mejor homenaje que puedo hacer es volver a ver esta estupenda película de un director novel, que luego se volvió muy trascendente y nos acabó aburriendo como ostras. Mal de muchos. Consuelo de…

Nora Ephron (1941 – 2012)

Lo primero que me ha sorprendido ha sido la edad de esta guionista y directora norteamericana. Creía que era más joven… Mira tú. Y eso que hoy en día, con 71 años, en el mundo occidental, es morirse joven. Pero…

El caso es que al contrario que al anterior, a esta directora le he tenido desde hace años una antipatía atroz. Es cierto que todos nos divertimos muchísimo con When Harry Met Sally… (Cuando Harry encontró a Sally) (porqué diablos no lo tradujeron correctamente, «cuando Harry conoció a Sally»…); pero luego contribuyó a que la comedia romántica se volviera un género absolutamente insoportable. Y encima, se dedicaba a destruir el recuerdo de películas estupendas de antaño. Como si de alguna forma Sleepless in Seattle (Algo para recordar) le llegase a la altura del tobillo a An Affair to Remember (Tú y yo) (los que sabéis inglés comprobaréis el cacao de títulos con estas películas). O que aquel horrible pastelón, para mí crimen de lesa humanidad, You’ve Got Mail (Tienes un e-m@il) (sí, el título oficial en castellano lleva la maldita @), pudiese tener el mínimo nivel para homenajear una joyita como The Shop Around the Corner (El bazar de las sorpresas) (sin piedad en las traducciones al español de los títulos de las películas).

En fin. Tanto como directora, afortunadamente sólo de ocho filmes, o como guionista, más prolífica,… para bien o para mal,… ha sido influyente en el cine contemporáneo. Y no me considero yo quien para mandar a nadie al infierno, así que espero que esté en el cielo del séptimo arte también. Recibiendo clases, aunque sea con retraso, de Lubitsch sobre cómo se hace una comedia romántica.

Roy Batty (1982 – 2012)

Obviamente esto no es un obituario. Aunque el personaje interpretado por Rutger Hauer, uno de los más carismáticos de Blade Runner, «muriese» en aquella película, uno de mis favoritas de ciencia ficción y del cine en general, lo que aquí quiero recordar es el trigésimo aniversario del estreno del filme. Pero ya he decidido que le dedicaré una entrada en exclusiva. Aunque ya apareció por la versión 1 del Cuaderno de ruta. La primera como consecuencia de haber leído la novela en la que se basó. La segunda cuando fui a ver una proyección del filme en la filmoteca de Zaragoza. Y bueno, ha aparecido en otras ocasiones. Claro.

Museo del Fuego o de los Bomberos

Esta mañana he ido a conocer el recién inaugurado Museo del Fuego de Zaragoza, pero os lo contaré otro día. En cualquier caso, ya que he mencionado una película de ciencia ficción, esta es una de las fotos más marcianas que he hecho.

[Obituario] Ray Bradbury (1920 – 2012)

Literatura

Hay coincidencias curiosas en el espacio-tiempo en el que nos ha tocado vivir. Esta tarde, en la sobremesa después de comer, he vuelto a ver un par de episodios de la sexta temporada de Doctor Who. El segundo de ellos ha sido The Doctor’s Wife. Es un episodio de transición, de los que podemos decir que son independientes del arco argumental general de la temporada. Una historia autónoma. De hecho, estaba pensada para la temporada anterior, y quedó en reserva por motivos presupuestarios. Por algún motivo, algunos de estos episodios de la serie me parecen de los mejores. Este lo es. Uno de los que justifican la afirmación de que una serie que nació como un entretenimiento infantil y familiar ha dado definitivamente el salto al mundo adulto. Por sus temas, por sus dramas, por sus conceptos,… por lo que queráis. El episodio en cuestión ganó en 2011 el Premio Ray Bradbury (oficialmente, The Ray Bradbury Award for Outstanding Dramatic Presentation) que es concedido por los escritores de ciencia ficción y fantasía de Estados Unidos en reconocimiento de la excelencia de un guion para cine o televisión.

Quince minutos después de apagar el televisor, me he enterado de que el escritor que da nombre al premio, Ray Bradbury ha fallecido hoy a los 91 años. Coincidencias curiosas en el espacio-tiempo en el que nos ha tocado vivir.

Dos son las obras más conocidas del norteamericano. Crónicas marcianasFarenheit 451. He leído ambas. Así como algunos relatos cortos del autor. Ambas dos veces. La primera vez en mi juventud, cuando devoré las obras clásicas de la ciencia ficción. La segunda vez en distintos momentos de edades más maduras, pero esta vez degustadas con calma, no devoradas.

La segunda de las obras trata de una sociedad distópica, uno de mis temas favoritos, en la que la libertad del ser humano está representada en los libros, perseguidos por ese paradójico cuerpo de bomberos que busca alcanzar la fatídica temperatura a la que el papel arde. Imprescindible. Como interesante es ver la versión cinematográfica de la misma de la mano de François Truffaut.

Cuando leí por segunda vez las Crónicas marcianas, a los pocos días, la comenté con un buen amigo. Le dije: «Chico, me ha encantado. Más que la primera vez que la leí. Pero no tengo la sensación de haber leído una obra de ciencia ficción». Me miró extrañado, y me negó la mayor. Sigo con la misma sensación. Prosa poética. Drama filosófico. Fantasía. No lo sé. No me ha extrañado cuando hace un ratito estaba leyendo cosas sobre el autor, y he sabido que había declarado en una ocasión que salvo en Farenheit 451 no se consideraba un escritor de ciencia ficción sino de relatos morales. Totalmente de acuerdo.

Puedo decir que es uno de los escritores que ha marcado determinadas tendencias en mi pensamiento. No siempre las más optimistas sobre el género humano. Pero me ha ayudado a comprender mejor lo que somos. Y sólo me queda algo que decir. Desde hoy, tengo un agujerito más difícil de rellenar en eso que metafóricamente llamamos el corazón.

Crónicas marcianas

Mi ya muy veterano ejemplar de las «Crónicas marcianas», prologado por Borges, en compañía de los más recientes episodios del Señor del Tiempo. Parece ser que refieriéndose a una de sus propias obras, Bradbury dijo en una ocasión que sólo había una cosa peor que quemar los libros. No leerlos.

In memoriam: Tony Curtis, las mil caras de un galán con pinta de sinvergüenza

Cine

Mi primer recuerdo de Tony Curtis fue de cuando, siendo niño, en algún momento entre finales de los sesenta y principio de los setenta, trajeron a los cines de Zaragoza copias de gran calidad en 70 mm de Trapecio. Una película que podía tener ya casi 15 años de antigüedad entonces. Fui a ver aquella película con mi padre, lo cual no era algo común aunque tampoco extraño, ya que era mi madre quien me solía llevar al cine. Pero por los comentarios que hizo estaba muy interesado. Es obvio que las películas del mundo del circo le gustaban, aunque en general nunca ha sido muy aficionado al cine. Y me transmitió el interés, y por eso me acuerdo perfectamente de la situación. Vimos la película en el Teatro Fleta, con su inmensa pantalla. Allí veíamos evolucionar en lo alto del trapecio del Cirque d’Hiver de París a Burt Lancaster como veterano y requemado trapecista y a Tony Curtis como joven y entusiasta aspirante a lo más alto, aunque algo timorato. Entre los dos, como florero de lujo, la guapísima y exhuberante Gina Lollobrigida. Y todo ello con la competente dirección de Carol Reed. Vista a posteriori, quizá no sea un peliculón precisamente. Pero es de esas películas que te marcan de por vida, por las circunstancias que rodean su visualización.

Cirque d'Hiver

Cirque d'Hiver en París, escenario de las andanzas de los protagonistas de Trapecio - Panasonic Lumix GF1, G 20/1,7 ASPH.

Después, han sido muchas las películas del popular galán que forman parte de mis recuerdos imborrables cinematográficos. Son muchísimas, pero señalare algunas de ellas, por orden de preferencia personal.

  • Muy divertida pareja de comedia con Cary Grant en aquella parodia de las películas bélicas de submarinos que proliferaron tras la segunda guerra mundial. En Operación Pacífico se permiten el lujo de pintar de rosa un sumergible de la U.S. Navy.
  • Más que entretenidas aventuras en una de su colaboraciones con Kirk Douglas en Los vikingos, invadiendo las islas británicas.
Muralla de York

La ciudad de York fue uno de los enclaves vikingos en Gran Bretaña; quizá por aquí paso Eric, el personaje que interpretó Curtis en su momento - Pentax P30N, SMC-A 50/2

  • Nuevamente acompañando a Douglas en la impresionante Espartaco, con una no menos impresionante y osada escena, censurada en muchas ocasiones, con Sir Laurence Olivier, discutiendo ciertos «gustos gastronómicos». La bisexualidad en la austera Roma republicana irrumpe en el todavía estreñido cine de principios de los sesenta.
  • Probablemente, su mejor papel fuese en El estrangulador de Bostón, una película un poco espesa, pero que merece la pena por la composición que Curtis hizo del célebre asesino en serie.
  • Y entre mis película favoritas entre todas las de la cinematografía mundial, ese travestido capaz de llevarse el gato «Marylin» al agua en esa maravilla de la comedia que es Con faldas y a lo loco, en compañía de un sembrado Jack Lemmon, en una de las obras maestras de Billy Wilder.

Como veis, hay materia suficiente, en todo tipo de géneros, para hacer un homenaje al actor, con cualquiera de las películas mencionadas o con muchas de las que no he citado pero que seguro que tienen sus partidaros. Un actor en general en papeles secundarios, si nos fijamos con un poco de detalle, pero que formará parte imborrable de nuestra historia cinematográfica para siempre.

Vista del Golfo de Nápoles hacia Nápoles

Las laderas del Vesubio fueron escenario de una gran victoria de los esclavos de Espartaco contra las legiones romanas; entre ellos, quizá el Antonino que encarnó Tony Curtis - Canon EOS 40D, EF 24-105/4L IS USM