[Fotos] Fotografía que imita a la pintura… o lo intenta

Fotografía

A caballo entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, hubo una corriente de fotografía artística que se denominó pictorialismo. Unas fotografías que imitaban en cierta medida el aspecto de la pintura, incluso si estaban realizadas en su inmensa mayoría sobre soportes monocromos. Hubo pictorialistas que usaron los autocromos para hacer fotografías en color también. Pero en proporción mucho menor. Durante el siglo XIX la mayor parte de los usos de la fotografía habían sido experimentales, documentales o científico-técnicos. Aunque una inquietud artística había surgido con los retratos, y los grandes paisajes del Oeste americano contenían propiedades estéticas notables. Con el pictorialismo, la fotografía abraza por completo su dimensión de disciplina artística.

Yo no soy muy fan del pictorialismo, aunque reconozco que hubo grandes fotógrafos que lo practicaron. Hoy en día, sigue habiendo profesionales y aficionados que buscan efectos pictóricos en sus imágenes. Especialmente con el uso de materiales químicos tradicionales fotosensibles en color. Aunque también en blanco y negro, claro. Algunas emulsiones que han surgido en los últimos tiempos, con reproducciones del color poco fieles a la realidad, demasiado saturadas, o demasiado poco saturadas, con una estructura granular muy marcada y con una deficiente reproducción del detalle fino, se prestan especialmente bien a estas técnicas. Y con el rollo del que proceden las fotos que muestro, y que comento en su publicación de Substack oportuna, alguna intención en este sentido tenía. Si lo he conseguido o no, eso es otro cantar.

[Fotos] El final del invierno y el preludio a la primavera con película fotográfica en color

Fotografía

Principios de marzo… muy muy muy al principio. El primer fin de semana. Buen tiempo. Los narcisos ya están en pleno apogeo. Aunque a los tulipanes se les espera, no asoman todavía. Los primeros siempre son más tempraneros. Y las crecidas del Ebro provocadas por los temporales que traen nieve a las montañas, nieve que se deshiela rápidamente por la subida de temperaturas que sigue.

Básicamente este es mi motivo de hoy, cuando ya estamos bien entrados en la primavera, y estoy esperando que mañana me lleguen los revelados de las fotografías del resto del mes de marzo y de las vacaciones de Pascua. Mientras tanto, aquí dejo estas fotografías sobre las que comento en Final de invierno y preludio de primavera con colores apagados – Canon EOS 650 y EF 50 mm f1.4 USM con ORWO Wolfen NC500.

[Fotos] Hacia el solsticio de invierno

Fotografía

Hoy tocarían mis habituales recomendaciones fotográficas. Es domingo. Pero ni tengo mucha cosa seleccionada, ni tengo mucho tiempo. Así que lo dejaré en mostraros algunas fotos del rollo de negativos en color que hice a mediados de diciembre para confirmar que mi Leica Minilux funcionaba correctamente. Os lo cuento de forma más extensa en Confirmación de funcionamiento de la compacta – Leica Minilux con Orwo Wolfen NC500.

En cualquier caso, aunque el tipo de película que usé no me entusiasma, por eso la usé, porque si no iba bien la cosa no me daría pena la pérdida, hay una cosa que hizo que las fotos quedasen relativamente bien. Y es que hacia el solsticio de invierno, cuando las horas de luz son menos, la luz es la más idónea para fotografiar a lo largo de las horas centrales del día. El sol va también más bajo sobre el horizonte, y la luz nos llega más tumbada, más difusa, proyectando sombras menos intensa. Siempre lo he dicho, lo ideal sería que durante todo el año tuviéramos la calidad de luz de diciembre, pero con la duración del día y las horas de luz del mes de abril. Pero todo no se puede tener.

[Fotocomentario] Volver,… a los mismos lugares, con otras luces, con otras miradas

Fotografía

En varias ocasiones me han preguntado, especialmente personas que visitan mi Instagram dedicado a la fotografía con película fotográfica tradicional, por qué repito con frecuencia la visita a los mismos lugares. La mayor parte de las fotografías que aparecen en esa cuenta proceden de lo cotidiano. Ir de un lado a otro de la ciudad. Bien porque paseas, porque disfrutas de tu ocio haciendo ejercicio, y de paso, también, ejercitando la afición fotográfica, bien porque siempre conviene llevar una cámara encima, un bloc de notas fotográfico, cuando te desplazas para ir a trabajar, para ir a comprar… para lo que sea. Y es cierto. Son lugares cotidianos. Mil veces visitados. Y mil veces fotografiados. Es lo que hay.

No soy el único aficionado al a fotografía/fotógrafo que tiene esa costumbre de volver una y otra vez sobre los mismos temas. Muchos fotógrafos, más sabios, hábiles y expresivos que yo, lo recomiendan también. Las fotografías que acompañan esta entrada, por ejemplo, sobre las que hablo desde un punto de vista técnico en Paisaje urbano con colores poco saturados – Minox 35 GT-E con Orwo Wolfen NC500. Cuando terminan mis vacaciones de principios de otoño, a partir de la tercera semana de otoño, visitó estos lugares, donde normalmente encuentro escenas y colores que se adecúan muy bien al ambiente otoñal.

Conocemos el (hasta cierto punto) mito de los colores del otoño. Y le llamo mito, porque esos majestuosos paisajes de colores rojizos y ocres no son propios de estas latitudes. Estas latitudes austeras, áridas, presentan especies de árboles de hoja caduca que amarillean, pero pocas veces llegan a mostrar sus hojas ocres o con rojos profundos. Aunque ahora veo por la ventana unos plátanos de sombra con unos bonitos tonos ocres profundos. Con esas hojas amarillentas, propias de chopos, olmos, algún álamo… cuando llega el cierzo, con sus primeras ráfagas fuertes, las tira al suelo, y adiós a los colores del otoño. En las montañas, puede. Pero en el valle… pues no tanto. Pero no dejo de explorar el paisaje. Urbano, las más de las veces. Con distintos medios, digital o película fotográfica, de colores saturados, vivos, o matizados, tenues, como en esta ocasión. Porque es la forma de entender el paisaje. Porque es la forma en que, cuando llegue ante nosotros esos paisajes majestuosos que todos imaginamos y deseamos visitar, sepamos qué hacer con ellos. Fotográficamente hablando, claro. En otros aspectos, lo mejor qué podemos hacer con ellos es dejarlos como están. No intervenir y estropearos, aunque el impacto del ser humano sobre el paisaje sea inevitable, en mayor o menor medida.

[Fotocomentario] Según el color del cristal con que se mira

Fotografía

Cuando uno bucea en la red de redes buscando información sobre fotografía con película fotográfica tradicional, no es difícil encontrar artículos que hablan de cosas. Lo difícil es encontrar artículos escritos por gente de la que te fíes. Entusiastas hay unos cuantos. Pero rigor en sus comentarios… pues todo es muy subjetivo. Y especialmente cuando te hablan de las características del color, el contraste, la tonalidad y otros aspectos visuales de las emulsiones fotográficas, a partir de los archivos digitales de los negativos escaneados o digitalizados de la forma que sea. Revisando las fotos del rollo de película que comento en Segunda oportunidad con la Orwo Wolfen NC500 – Con Canon EOS 650 y Takumar SMC 35 mm f2, me he dado cuenta de los sesgos que se pueden cometer, y se cometen.

La tonalidad de las fotos de este rollo me ha salido más cálida que la de otro de la misma marca que hice unas semanas antes. Pero esto puede deberse a varias cosas.

  1. Al capricho del laborante que ha digitalizado los negativos ya revelados, y que le han salido así los tonos. Cuando se “evalúa” el rendimiento de una película a partir de los ficheros digitalizados es algo a considerar seriamente.
  2. A que las horas a las que hice muchas de las fotos, o las condiciones atmosféricas, favorecían un dominio de luz más cálida. Podría ser muy fácilmente.
  3. A que el Takumar, por los elementos radioactivos de sus vidrios, presente una tonalidad amarillenta que da un rendimiento cálido a las fotos. Esto es seguro, aunque cuando las digitalizan, sin que yo le diga nada al laboratorio, suelen corregirlo y no se nota. Pero cuando lo uso con la Canon EOS RP, digital, canta un montón, aunque es fácil de corregir.

Es decir… a saber. Por eso, ya os digo, salvo que os conste que el comentarista es un profesional serio y riguroso… no os fiéis ni un pelo. Pero bueno… es lo que hay.

[Fotocomentario] Recorriendo lo que hace décadas que no recorría

Fotografía, sociedad

Hace unas semanas, hacia mediados de junio, hice una caminata amplia que incluyo algunas zonas de la ciudad, en el entorno de la avenida de Cataluña de Zaragoza, que hacía décadas que no recorría. Las fotografías que hice se comentan en Desde Alemania (creo) una nueva película – Canon EOS 650 con Orwo Wolfen NC500. Pero sobre lo que aquí quiero reflexionar brevemente es sobre los recuerdos, siempre menos claros y más confusos de lo que creemos, y el retorno a otras épocas.

En mi caminar por la ciudad, hay amplias zonas de la ciudad, y entre ellas en torno a la larguísima avenida de Cataluña de Zaragoza, que pateo con frecuencia. Pero hay un tramo de esta avenida que cuando era muy jovencito, niño o preadolescente, visitaba con cierta frecuencia, cosas familiares, que ahora tan apenas piso. Entre el barrio de la Jota y el río Gállego. Una zona entre suburbial, industrial y agrícola, con una organización del terreno escasamente definida en su conjunto. No creo que hace cuarenta o cincuenta años estuviese mejor definida, pero a mí me lo parecía. Había alguna zona industrial, pero la mayor parte eran terrenos agrícolas, salvo en el eje de la avenida, avenida que se continuaba, y se continúa, con la carretera nacional N-II, la radial que une Madrid con Barcelona pasando por Zaragoza. En ese eje, el ambiente era más propio de un pueblo que de la quinta ciudad más poblada de España. Ahora… está un poco dejado. Y tienen un aspecto desangelado que no era el que recordaba cuando nos llegábamos hasta allí con el trolebús del Gállego. En fin, el tiempo pasa. Algunas cosas mejoran, otras no. Pero pocas permanecen realmente inalteradas. Si es que alguna lo hace.