(Perdon por la falta de algunos acentos; uso un teclado francés)
Estoy de viaje. Como indicaba en el mensaje del domingo 7 de diciembre… slow travel. De Zaragoza a París en 12 horas y media, salida en autobús de la estación de mi ciudad a las 7:15. Llegada a Paris-Montparnasse en TGV a las 19:50.
A pesar de las nubes y la niebla, la mañana no ha salido fría. En todo momento, hasta Hendaya, hemos disfrutado de más de 10º de temperatura. Pero tratándose de una mañana festiva, poca gente iba por la calle de madrugada en Zaragoza, y apenas una docena de viajeros hemos tomado el autobús con destino Irún. Yo sólo he hecho el viaje hasta Tudela. A partir de ahí, el viaje será en tren. Mas caro; más cómodo.

Estacion de autobuses de Zaragoza

Autopista AP-68 a la altura de Alagon
En la estación de Tudela he tenido que permanecer hora y media, aprovechando para desayunar tranquilamente, sentado, leyendo la prensa que me ha dejado la camarera. Un diario local con apenas unas páginas de información nacional e internacional. El resto, particularismos de escaso interés. Después de desayunar, aun he estado un rato en el andén viendo pasar algunos trenes.

Tren Alvia destino Madrid a su paso por Tudela
El viaje entre Tudela y Hendaya se hace largo. El tren va muy lento; La vía no se encuentra en buenas condiciones. He visto muchos tramos, atravesando los montes vascos, en los que un tren de última generación como el que nos llevaba se arrastraba a 80 km/h todo lo más. Así que me he dedicado a leer con detalle una revista que llevaba. Fuera, en el exterior, más nubes y nieblas.

Cruce de trenes en Pamplona

Leyendo una revista en algun lugar del Pais Vasco
Finalmente, hemos llegado a una bulliciosa Hendaya. Mucho ajetreo en la estación, que tiene cierto carácter internacional, aunque no carente de cierto aire provinciano. Es contradictorio, pero es así. En cualquier caso, tras arreglar el tema de los billetes electrónicos de la SNCF, me he comido un bocadillo viendo maniobrar los trenes, y ha continuación me dirigido al TGV (iDTGV) que me llevará hasta París.

TGV destino Paris en la estacion de Hendaya
La plaza que he ocupado es amplia y cómoda, como la del tren español, pero tiene algunas cosas mejor pensadas. Por ejemplo, tiene una toma de corriente estándar, que te permite conectar dispositivos eléctricos y electrónico. Así que sin miedo a acabar con la batería del portátil he decidido tener tarde cine. Entre las películas y series que llevo para estos días, la versión original de The Day the Earth Stood Still (Ultimátum a la Tierra). Tenía necesidad de ver esta original y entretenida película, ingenua en sus planteamiento, relativamente entrañable, antes de que la destrocen con la nueva versión que protagoniza Keanu Reeves y que está a punto de estrenarse en las pantallas de todo el mundo. De vez en cuando, una mirada por la ventanilla para admirar el paisaje de Las Landas. Sobre todo por que el cielo se ha abierto un poco, y algún rayo de sol ha alegrado la tarde.

The Day the Earth Stood Still en mi iBook

Atravesando Las Landas
Termino de escribir estas líneas cuando abandonamos Burdeos. Aún quedan tres horas de viaje, pero cuando llegue, entre el traslado a Saint-Denis y el charrar un rato con la familia,… pues no me apetecerá escribir nada. Veré alguna otra película, veré el atardecer, y hasta la próxima.

Estacion de Burdeos

Una viajera y un personaje de pelicula

Atardecer entre Burdeos y Angulema