[Exposiciones] La mujer en el arte japonés del siglo XX y las «brujas» de Judith Prat

Arte, Fotografía

Hoy quería haber redactado una página con recomendaciones fotográficas diversas, pero por la mañana he estado liado haciendo unas fotos. Hoy es el día de la fotografía estenopeica. Bien,… pues ya he decidido que las fotografías digitales son inutilizables. Esperaremos a revelar un rollo de Ilford Delta 400 que he hecho con la Holga 120 WPC (de Wide Pinhole Camera). A ver si alguna de las seis fotos de 12 x 6 cm es aprovechable. Que esta mañana no estaba yo muy inspirado, ni muy atinado. Y por la tarde he estado entretenido con cosas de mis vacaciones próximas, que empezaré dentro de dos semanas, con un viaje programado para unos poquitos días más tarde. Ya os contaré en su momento.

Pero en cualquier caso, os hablaré de las dos exposiciones que visité ayer. La primera de ellas, «Somos el sol – Mujeres artistas en las colecciones de Asia Oriental», es la típica del Museo de Zaragoza en la que sacan obra de sus fondos de arte oriental, que estén más o menos conectadas por un tema, y las exponen durante un tiempo, hasta que cambian la exposición dedicada al arte de esa región del Mundo. Hacía ya un tiempo que la quería visitar. En una ocasión entré, llegué a ella… y había una visita organizada. Ya tengo la experiencia de que la persona que hace estas personas guiadas es muy invasivo, tanto en lo que se refiere a que consigue que su grupo, sea grande o pequeño, bloquee o moleste la visita de otras personas, como por el hecho de que habla con un tono de voz enormemente alto, no te puedes sustraer a lo que dice… y ya le he oído decir alguna tontada que otra. No digo que no sepa, pero hace observaciones que, o están fuera de lugar, o si son gracietas, no tienen gracia. Nada grave, pero sí molesto.

En otro orden de cosas, intenté visitar la exposición otros dos días… pero no conseguí acertar con los días en los que la sección de bellas artes del museo está abierto. Porque en este museo es casi imposible ver todo el museo en una sola visita. Casi siempre está cerrada una u otra sección. En Twitter publican al principio de la semana como es el calendario de cierres. Pero no siempre te acuerdas de mirar, o pasas de improviso porque tienes tiempo en ese momento, o no encuentras el tuit. Lo que más me sorprende es que la sección de bellas artes, con toda la obra de Goya de la que disponen, no esté abierta a todas horas durante los festivos y los fines de semana. Nunca había sabido el motivo de estos cierres alternativo, pero hace unos días, molesto porque un sábado por la mañana estuviera cerrada toda la planta de bellas arte con la exposición incluida, una vigilante de seguridad intentó hacerme comprender que era normal, que como el museo andaba mal de personal, no podían abrir todo. Como si esa fuera una explicación razonable. Y tampoco entendió que no era una empleada de una empresa ajena al Departamento de Cultura del Gobierno de Aragón, por digna que me parezca, no es la persona para dar explicaciones y para aleccionar a los ciudadanos sobre lo que nos debe parecer bien o mal. No entendió, claro está, porque llevaba cara de ajo, muy molesto con la situación. Y una vergüenza (más) del Gobierno de Aragón, al que no me cansaré de criticar, aunque me pague la nómina todos los meses, por sus múltiples desatinos.

En fin, ayer la pudimos visitar y nos gustó. Quizá no tanto como la última que vimos dedicada al invierno, pero bastante. Espero que sigan haciendo estas exposiciones temporales, que suelen permanecer tres o cuatro meses, y que las renueven con regularidad. Por lo menos que hagan algo bien.

Y después, a las 12 del mediodía había convocatoria en Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ para visita guiada con Judith Prat (Instagram) de su exposición «Brujas» en el Centro de Historias de Zaragoza. No es la primera vez que visito una exposición de Judith, y no es la primera vez que lo hago en una guiada por ella misma. La exposición ya la había visitado. Y me gustó bastante. Tanto en el aspecto formal como en el fondo. Pero que te la cuente la autora, que además narra estupendamente y es muy cercana, es un plus muy importante. Así que estupendo. Además bien acompañado por otros colegas de la asociación a los que siempre me alegro de ver.

La intención de la fotógrafa es normalizar el recuerdo y la figura de las muchas mujeres que fueron asesinadas durante el periodo que comprende los siglos XV al XVIII en toda Europa, y en particular en las comarcas pirenaicas de Navarra, Aragón y Cataluña. También hay algunas fotografías del País Vasco francés. Fueron asesinadas acusadas de «brujas», cuando simplemente eran mujeres que iban a lo suyo y no se ajustaban a los estándares de la sociedad patriarcal del momento. Judith ha fotografiado a mujeres actuales que tienen estilos de vida alternativos o profesiones poco habituales entre las mujeres. Serían las «brujas» actuales. Y no deja de ser una advertencia para las «cazas de brujas» que nunca han dejado de existir, aunque no se manifiesten quemando mujeres en la hoguera, en las que se reprime la libertad de vivir y trabajar de las mujeres. O de otros colectivos, aunque Judith se centra en las mujeres. Casi podría decir que si estás en Zaragoza, es imprescindible. Durante el verano, la exposición se podrá visitar en Alcalá de Henares dentro de la programación de PhotoEspaña 2023. Y luego empezará a circular por otras ciudades de España.

[Arte y cultura] Exposiciones en el Centro de Historias de Zaragoza y en la Lonja

Arte, Cultura

Hacía un tiempo que no quedábamos para ir de exposiciones. Supongo que ya es un tópico decir que hay cosas que han cambiado con la pandemia de covid-19. Rutinas que ya no son rutina. Gentes con las que ya no quedas con tanta frecuencia. Lugares a los que ir… ya no es lo mismo. Pero supongo que tenemos cierta «obligación» de ir retomando ciertas normalidades. De verdad, no como dicen los políticos.

Sin madrugar en exceso, pero sin perezas, para encontrar las salas de exposición tranquilas, ayer domingo nos fuimos a visitar tres exposiciones. Dos de ellas en el Centro de Historias de Zaragoza CHZ y otra en la Lonja. Vamos con ellas.

Enmarcada en la II Muestra Internacional de Arte Contemporáneo realizado por mujeres, organizada entre la Plataforma de Mujeres en el Arte Contemporáneo PMAC y el Servicio de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, tenemos la exposición Tierra Sujero Político en el CHZ. Es una exposición colectiva de autoras contemporáneas comprometidas con la tierra, el paisaje y el medio ambiente. Es una exposición sencilla, aunque bien estructurada, en la que se echa de menos una mayor profundización en los conceptos que quieren transmitir las artistas, uno de los problemas que tienen las exposiciones colectivas, con muestras limitadas de las obras de cada autor, autoras en este caso. Pero tiene algunas obras con conceptos interesantes.

Más popular de cada al gran público es la exposición (in)VISIBLE, en la que se utiliza la evolución de la ropa interior femenina desde el siglo XIX hasta nuestros días como metáfora del camino que ha tenido que recorrer, y sigue recorriendo, la mujer hacia la visibilidad social. Está bien, es una exposición más «tactil», más material, y sobre un sujeto al alcance de la mayoría del público. También por ello corre el riesgo de caer en la anécdota o en lo superficial. A pesar de que tiene cierta extensión, creo que hay dimensiones del tema que no se tratan con la suficiente profundidad. Pero es muy entretenida.

Cambiando de centro de exposiciones, nos vamos del CHZ en la plaza de San Agustín (que nadie intente entrar desde el parque Bruil, no se puede), y callejeando por el casco histórico de la ciudad nos llegamos a la Lonja en la plaza del Pilar para visitar la exposición retrospectiva dedicada a Ricardo Calero, Espacios del sentir. El veterano artista nacido en algún lugar de la provincia de Jaén, pero que lleva buena parte de su vida en Zaragoza, es definido en algunos lugares como escultor. Sin embargo es un artista que no duda en utilizar una variada panoplia de técnicas, en las que podemos incluir también dibujos y collages, obras gráficas y pictóricas, fotografías y vídeos para reflexionar sobre el mundo y el lugar del ser humano en el mundo. Los temas, en una retrospectiva, amplia en el tiempo, son variados, pero hay espacio para situarlos. Eso sí, si queremos empaparnos mejor de las obras, no bastará la visita que hicimos nosotros, relativamente limitada en el tiempo, y eso que no nos apresuramos mucho, sino que convendrá dedicar tiempo. E incluso hacer varias visitas; al cabo, la visita es gratuita.

[Arte y fotografía] Revista «Exit» y exposición en la Lonja

Arte, Fotografía

Poco a poco se van normalizando las actividades cotidianas. También las culturales. Dentro de eso que llaman «nueva normalidad», que es bastante anormal, pero bueno… menos da una piedra.

Las fotos acompañantes están tomadas en la Lonja de Zaragoza y corresponden a las obras de Paloma Navares, allí expuestas.

En la vísperas del establecimiento del estado de alarma en todo el país, me llegó el mensaje de Librería Cálamo de que tenían disponible el número 77 de la revista Exit. Una revista que considero imprescindible para todos los amantes de la fotografía. Sus números son bilingües, español e inglés, son temáticos y suelen contener una cuidada selección de fotografías y autores. Clásicos y contemporáneos. Para mí es un acontecimiento necesario cada tres meses. Si llego a retrasarme un par de días a la hora de ir a recogerlo,… hubiera tardado un par de meses o algo más en poder hacerlo. Con el número 77, la revista estrenó un nuevo diseño, aunque su organización general no ha variado mucho. Es algo más ligera, más sobria de aspcto, lo que no me parece mal, pero su forma de presentar los contenidos es muy similar. Ese número 77 se dedicaba a las minorías en las comunidades. Minorías de todo tipo en comunidades de todo tipo. También incluye la sección Portfolio, destinada a exponer el trabajo de fotógrafos emergentes, aunque su trabajo no esté relacionado con el tema del número.

El destino ha querido que poco después de llegada la «nueva normalidad», es decir, tres meses después, me haya llegado un nuevo mensaje de Cálamo informándome de la disponibilidad del número 78, con el sugestivo tema Exploradores, aventureros y náufragos. Con este número se ha despertado el niño/adolescente que leía los libros de Verne, Salgari, Defoe o Stevenson, entre otros. Y cada día desde que la fui a buscar dedico un rato a repasar las fotografías que me llevan a todo tipo de lugares y aventuras, aunque con una mirada, obviamente, más adulta. Se está convirtiendo en poco tiempo en uno de mis números favoritos. Por cierto… mi obra favorita de Stevenson no es La isla del tesoro, que es la que todos conocen y suponen. Mi favorita es El diablo de la botella, un maravilloso cuento con viajes y aventuras y… mucho más. Y la que más me gustaba de jovencito, porque tuvo también una versión en forma de teleserie, La flecha negra.

Y este sábado nos hemos acercado a visitar una exposición. A la Lonja de Zaragoza. Donde nos tomaron la temperatura, medida que hace tiempo que se reveló inútil para controlar la difusión de enfermedades infecciosas. Anda que desde hace años no hay cantidad de gente que un ratito antes del aterrizaje en un aeropuerto asiático se toman su dosis de ibuprofeno o paracetamol, para evitar ser pillados en el control de temperatura en el aeropuerto. Yo lo he visto hacer en Tokio, Hong Kong, Seúl y Shanghái. En cualquier caso, pasamos, con nuestras mascarillas puestas y tomándonos un chupito de ginebra transdérmica gracias al correspondiente gel hidroalcohólico. En la actualidad hay una exposición retrospectiva de Paloma Navares bajo el título El vuelo 1978-2018. Es una colaboración con el Museo de Arte contemporáneo de Castilla y León. La programación de la Lonja suele pecar de ser un tanto clásica en sus contenidos, asomándose tímidamente de vez en cuando a la modernidad más contemporánea. Como en esta ocasión. El objeto de estudio artístico de Navares es la mujer, con un abordaje multidimensional y muldisciplinar. A mí me ha gustado. Y no me hubiera importado echarle otro vistazo si no fuera porque creo que este domingo pasado era el último en el que la exposición estaba abierta.

[Viaje/arte/fotografía] Un día de exposiciones en Madrid (y otras cosas que ahora no vienen a cuento)

Arte, Fotografía

Esta semana he estado de fiesta. Me quedaban días de libre disposición, de esos que te vas reservando por si pasa algo, pero de los que no puedes reservar más de cuatro a partir del quince de diciembre. Así que me he dejado tres días para los de Navidad, y me he gastado cuatro cogiéndome unas pequeñas vacaciones esta semana, unidas al fin de semana largo de la Inmaculada Constitución. No han sido para hacer nada en especial. Algunas cuestiones domésticas, más cine y poco más. Pero el martes aproveché para hacer una escapada a Madrid. Tenía algunos compromisos personales que atender. Y tiempo de sobra para, además, visitar algunas interesantes exposiciones.

Impresionistas y fotografía en el Thyssen-Bornemisza

Vi anunciada esta exposición hace ya un tiempo. Incluso había hojeado su catálogo, a la venta en una librería de Zaragoza. Pero no tenía muy claro si justificaba el desplazamiento a verla. Al fin y al cabo, el impresionismo me cansa ya un poquito, salvo excepciones. Y lo que había hojeado en el catálogo no me decía gran cosa sobre la fotografía… Pero como surgió el viaje por otros motivos, no había ninguna excusa para no aprovechar.

Decir que la entrada a la exposición es la misma que la entrada al museo, por lo que con ella puedes ver la exposición temporal mencionada, la exposición permanente y otra exposición temporal en la que se muestran las obras de la colección relacionadas con la Bauhaus, con motivo del 100º aniversario de la escuela.

Esta última está bien, pero es una única sala con unas cuantas pinturas, interesantes, pero que no te dan una idea real ni amplia de lo que fue la Bauhaus. La exposición permanente ya la conocíamos bien, pero aprovechando la posibilidad de revisitarla, lo hicimos dirigiéndonos directamente a aquellas obras que más nos interesaban. Curiosamente, algunas de las más antiguas, y las más modernas.

En cuanto a la exposición de interés… No está mal. Una selección curiosa e interesante de cuadros impresionistas, y también de pintores impresionistas cuando abandonaron este estilo, y otra selección en paralelo de fotografías de época, mostrando la influencia mutua entre ambas. Aunque lo cierto es que más habría que hablar de la influencia de la fotografía en la pintura impresionista. Muchas de las fotografías son albúminas y copias a la sal de los años 50 y 60 del siglo XIX, previas a la aparición del movimiento impresionista a principios de los 70 de ese mismo siglo. Se ha dicho que la aparición de la fotografía liberó a la pintura. Disponiendo de un medio que documenta con cierta fidelidad el mundo, la pintura se pudo dedicar a buscar otras formas de expresión.

También encontramos algunas fotografías más tardías, cuando algunos fotógrafos abandonaron el interés documental por el artístico, adoptando inicialmente el llamado pictorialismo, en el que buscaban emular las cualidades visuales de las pinturas, y estos sí fueron influídos notablemente por el movimiento impresionista.

No está mal. No dejan hacer fotos. Ni siquiera para tomar nota de las cartelas de las obras. Pero tampoco es una exposición de primera línea.

Eamonn Doyle en Fundación Mapfre (Bárbara de Braganza)

Había oído hablar y visto alguna obra de Doyle con antelación, pero nunca me había detenido mucho en dicha obra. No obstante, parecía evidente que dado que desde el Thyssen hasta Bárbara de Braganza es un cómodo paseo, y que no quedaba lejos del lugar donde había quedado a comer, tocaba visitarla. Gratuita si eres cliente de Mapfre. Bien, pues.

Lo cierto es que me sorprendió muy gratamente. Basada en cuatro series, por un lado, i, End y ON, que reflexionan sobre las ciudades y la vida en el entorno urbano, y por otro lado K, más intimista, conceptual, asociada a la muerte de la madre, la exposición presenta copias de gran formato que llenan de forma amplia las paredes de los dos pisos que ocupa la exposición. Es difícil con esta presentación individualizar las imágenes individuales, por lo que la visita se hace contemplando el conjunto de fotografías como un todo, y no está mal. desde ese punto de vista.

Me gustó. Más de lo que esperaba. La impresión que deja la obra de un artista cambia mucho según cómo se presente, y en este caso gana mucho. Un sobresaliente a la amabilidad del personal de la sala de exposiciones que contrasta con la eficiente pero fría cordialidad del Thyssen.

Francesca Woodman en Fundación Canal (Mateo Inurria)

Woodman es un fenómeno reciente. Una popularidad en diferido. La fotógrafa se suicidó joven con solo 22 años, tras haber dejado tras de sí un cuerpo de obra que aúna a la vez la frescura y la espontaneidad, las ganas de experimentar de la juventud, con una profundidad conceptual que normalmente se atribuye a artistas más granados y experimentados. La pena es que hace casi cuarenta años que nos falta, y que hasta hace poco poca gente se había preocupado por esta obra. Ahora se ha puesto de moda rescatar fotógrafos olvidados de todo género, y afortunadamente tenemos amplio acceso a la obra de Francesca Woodman.

Ya dispongo desde hace unos años de un libro sobre una parte amplia de la obra de Woodman y estoy familiarizado con ella. También había tenido ocasión de contemplar obra en algún museo de arte contemporáneo. No grandes series, muestras pequeñas de su obra. Pero en esta ocasión, la exposición que viene de la mano de una comisaria del Moderna Museet de Estocolmo, presenta de una forma muy sistemática y didáctica las distintas series que han sido seleccionadas para la exposición. Esta no es exhaustiva, pero sí que es representativa, incluyendo unos cortos vídeos grabados por la fotógrafa y que permiten comprender mejor el proceso creativo de la joven. Quitado algún «error» en la traducción al español de las cartelas y de los comentarios de la comisaria, lo cierto es que la labor de esta me parece encomiable a la hora de disfrutar de la exposición. Muy recomendable.

[Recomendaciones fotográficas] Cosas que he visto en Alemania

Fotografía

Ya he hablado de mi reciente escapada berlinesa. No era nuevo en la ciudad, ni mucho menos. Es mi sexto viaje a la capital alemana, incluido alguno por motivos de trabajo. Por lo tanto, el interés por conocer los lugares más turísticos disminuye. Mucho. Pero en su lugar, aumenta el interés por la propuesta cultural, abundante, cada uno en lo que le interesa. Mi afición es la fotografía. Y en la medida en que la pude combinar con las de otros compañeros de viaje, tuve oportunidad de dedicarle mi tiempo. Vamos a hacer un repaso.

La Hamburger Bahnhof – Museum für Gegenwart – es como dice su nombre alemán una antigua estación de ferrocarril (bahnhof) y museo de arte moderno, próxima a la estación de tren Berlin Hauptbahnhof. Forma parte de las colecciones y sedes de la Nationalgalerie. Y es un lugar muy agradable, que en esta ocasión, a pesar de acudir pronto, a la hora de apertura, estaba bastante concurrido. Una de las exposiciones que visitamos en este museo, Mishchpoche de Andreas Mühe, examina el pasado aleman y el concepto de identidad alemana. Usando película tradicional, realiza retratos de personas o grupos familiares que tienen que ver con ese pasado y esa identidad. Pero también realiza reproducción tridimensionales en formas de esculturas de algunos de esos retratos, despojándolos de lo accesorio, que a su vez son fotografiados, provocando contrastes o dudas sobre la autentica realidad de esas identidades. La visitamos el último día que tal cosa era posible.

Andreas Mühe en la Hamburger Bahnhof.

En Berlín está desde hace años el denominado Museum für Fotografía – Helmut Newton Foundation, en un lateral de la estación de tren Zoologischer Garten. Y sí, dentro de los museos estatales berlineses es el dedicado al arte que nos ocupa; pero también es la sede de la Fundación Helmut Newton, por lo que siempre hay amplios espacios dedicados a este autor de forma permanente. Y entre sus exposiciones siempre hay alguna dedicada al autor o a otros fotógrafos con él relacionados. En esta ocasión, siendo el aniversario de su libro SUMO, un exceso en volumen y número de obras que yo tengo en versión «reducida» (aun así viene con un atril para mayor comodidad en su visualización), había una amplia exposición de las obras incluidas en este libro. También hay otra exposición dedicada a tres fotógrafos que trabajaron con Newton, Three Boys of Pasadena, Mark Arbeit, George Holz y Just Loomis. El estilo de fotografía de estos tres, aunque propio y característico, no se aleja en exceso del de su maestro, al menos en origen. Mucho retrato de celebridades.

Fotógrafos chinos y alemanes en el Museo de Fotografía de Berlín.

Pero sin salir de este museo, más interés nos produjeron las otras dos exposiciones que había, no relacionadas con el fotógrafo berlinés. Por un lado, en el ámbito del 100º aniversario de la Bauhaus, tenemos hasta el 25 de agosto la exposición Bauhaus and Photography – On Neues Sehen in Contemporary Art, en su título inglés. Es decir, la fotografía en la Bauhaus y la influencia de la «nueva visión» en el arte contemporáneo. No sólo obras originales o copias originales de los tiempos en los que la escuela estuvo abierta, sino también obra de fotógrafos o artistas que se valen de la fotografía contemporáneos e influidos por aquella estética y pensamiento. La lista de artista es muy amplia. La podéis encontrar en el enlace correspondiente a la exposición en la página oficial del museo. Y la segunda exposición de interés es Berlin Beijing Visual Exchange, también hasta el 25 de agosto, que celebra el 25º aniversario de una sociedad de intercambio cultural en la la Universidad de Arte de Berlín y la Academia Central China de Bellas Artes de Pekín. Artistas alemanes y chinos, con alguna japonesa como la interesante Rie Yamada, que ha desarrollado su actividad en China y cuyo listado podréis encontrar también en el correspondiente enlace de la página oficial.

Salas de exposición de C|O Berlín.

No lejos de este último museo se encuentra C|O Berlin en la Amerika Haus. Este centro cultural estaba a punto de ser inaugurado la última vez que visité Berlín, en agosto de 2013. Es una fundación privada sin ánimo de lucro y tiene el objetivo de realizar avances en la educación y adquisición de habilidades en el ámbito del arte y la cultura, específicamente en el campo de la fotografía. Y en la Amerika Haus, un edificio de importancia histórica durante la guerra fría, se ha visto renovada y revitalizada por esta fundacion, y tiene unos amplios espacios expositivos, que aprovechan muy bien. Dos exposiciones pudimos visitar. Una dedicada a la fotografía relacionada con la comida, Food for the Eyes – The Story of Food in Photography, con una amplia variedad de autores y situaciones, y que demuestra que la fotografía relacionada con la comida es mucho mucho más que las tontas fotos que se publican en Instagram. Como curiosidad, la foto del cartel publicitario de la exposición es de la española Bárbara Allende, también conocida como Ouka Leele. La otra exposición, Contradiction, está dedicada a la austriaca Elfie Semotan, una fotógrafa que empezó su carrera delante de la cámara, como modelo, pero que luego se pusó detrás de la cámara con una trayectoria principalmente en la fotografía de moda y publicitaria, no exenta de cierto tono provocador en ocasiones, lo que para mí da interés a su obra, ya que no es mi género favorito precisamente. Pero esta exposición realmente me gustó bastante.

Exposición divulgativa temporal del Archivo de la Bauhaus.

Poco más en Berlín. El Museo-Archivo Bauhaus estaba cerrado por obras. Y aunque tiene un espacio provisional temporal, tiene más un objetivo divulgativo que expostivo. Y tienda, claro. Es cierto que tenía una amplia zona dedicada a las mujeres de la Bauhaus, profesoras y alumnas destacadas, no pocas de las cuales se dedicaron a la fotografía. Con Lucia Moholy como figura más destacada. Muchas de ellas son injustamente poco conocidas. También visitamos la Berlinische Galerie, un fundación pública, que rige un museo de arte moderno y contemporáneo, que cada vez está más animado. En relación con la fotografía, su exposición permanente, Art in Berlin 1880-1980, recorre el arte berlinés durante 100 años e incluye algunas obras fotográficas. Otra exposición muy curiosa, y aparatosa, Fazit por realities:united (Jan Edler y Tim Edler), recoge documentalmente, con vídeos y fotografías el curioso fenómeno de los anillos de Bernouilli que se forman en las grandes calderas de las centrales térmicas, sean alimentadas por combustibles fósiles o nucleares, que salpican el paisaje alemán, aunque existe ya un plan que lleva a su desaparición del paisaje por sus efectos o riesgos ambientales.

Sobre las centrales térmicas en la Berlinische Galerie.

En Weimar, lo único que podría disfrutar de fotografía sería lo que ofreciese el Bahaus Museum, recientemente abierto al público en su nueva sede, a punto para el centenario de la escuela. Lo cierto es que no le presta más atención que la del uso de la fotografía como forma de documentar las actividades de la escuela, algo que fue impulsado desde el principio por su director y fundador, Walter Gropius.

Fotografía y diseño en el Museo de la Bauhaus en Weimar.

Más interesante fue lo que encontramos en Brunswick (Braunschweig en alemán), donde nos desplazamos una tarde para visitar a los sobrinos, exiliados económicos/intelectuales, talento que ha de emigrar por haber nacido en un país que sólo parece necesitar albañiles y camareros para la especulación y el trabajo barato del sector turístico y no ingenieros y científicos de buen nivel. Allí, en este coqueta ciudad, que debió ser estupenda antes de que quedara arrasada por los bombardeos de la Segunda guerra mundial, encontramos un pequeño Museum für Photographie, cuya página web parece estar sólo en alemán, pero no es así, que desplazándonos por las páginas encontramos los textos en inglés. Por lo menos en algunas. Parecen ser una modesta pero muy activa fundación, yo los conocí por Instagram, que ocupan dos casitas históricas a la entrada de uno de los puentes de la ciudad. Todo muy pequeñito pero coqueto. La exposición actual, colectiva, con muchos autores muy distintos, Reiselust und Müßiggang (La pasión por los viajes y el ocio), plantea un tema muy actual, en un tiempo donde los desplazamientos por turismo y ocio han aumentado muchísimo y tienen mucha presencia en las redes sociales, pero con un recorrido que nos llevará desde los paisajes del Oeste norteamericano o de Egipto en el siglo XIX hasta ensayos sobre la realidad actual de la industria del turismo, pasando por los autocromos de principio de siglo de Käthe Bucher (sólo en alemán, lo siento), artista local y fotógrafa aficionada, que me encantaron. El museo tiene 175 de estas obras en sus fondos.

Y esto ha sido todo… muy intenso e interesante.

Las casitas a la entrada del puente que acogen el Museo de Fotografía de Brunswick.

[Fotos] Visita a Barbastro con motivo del Festival BFoto

Fotografía

Ayer estuve en Barbastro en excursión organizada por la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza (AFZ), para visitar el Festival BFoto (Barbastro Foto), con la Asociación fotográfica y de la imagen de Barbastro (AfiB) como excelentes anfitriones. El detalle lo encontraréis en Recomendaciones semanales – especial BFoto (y Capa en color). Aquí os dejo algunas fotos de la jornada.

[Fotos] De exposiciones y paseando por el casco histórico

Arte, Fotografía

No me ha dado tiempo a revisar mis recomendaciones fotográficas. Así que las he sustituido por un comentario de las exposiciones actuales del Centro de Historias de Zaragoza: Recomendaciones semanales,… algunas exposiciones y una polémica.

¿Las fotos? Pues la consecuencia de ese paseo por las exposiciones y por las cercanías del centro de exposiciones, claro.

[Cultura] Moda y revista musical en el Centro de Historias

Cultura

Con el final del verano se han renovado las exposiciones del Centro de Historias de Zaragoza. Este centro nació como «Centro de Historia», «historia» en singular, y en un momento se convirtió en «historias» en plural. Nunca he entendido muy bien el cambio… la historia en singular me parece suficientemente importente, y además se puede descomponer en una serie de historias en plural. Lo contrario no siempre es cierto. Pero la oferta de estos momentos es fiel a los propósitos iniciales del centro. Dar un repaso histórico a fenómenos culturales o sociales con impacto en la ciudad. Y dos son los temas que se tratan en estos momentos; la evolución de la moda y el comercio de moda en la ciudad, y los 150 años de historia de la revista musical en España y en Zaragoza.

No son dos temas que a mí me atraigan mucho a priori, pero nos pasamos este domingo a visitarlos. Os lo cuento con fotos.

En la exposición relativa a la moda nos encontramos una primera parte en la que se hace un repaso a los distintos elementos o actores relacionados con la moda, femenina de forma prácticamente exclusiva, que va desde la evolución de los comercios, los escaparates, los muestrarios, las revistas de patrones, o el anecdotario diverso. Me hizo gracia especialmente el recorte del Heraldo de Aragón sobre «la guerra de los biquinis» en 1970, cuando las piscinas de la ciudad, casi ninguna pública, casi todas privadas y muchas veces con dependencia de instituciones donde la iglesia católica tenía mucho poder, se empeñaban en prohibir esta prenda de baño, mientras las zaragozanas exigían la libertad de llevarla. Tengo yo recuerdos de aquellas historia a pesar de mi corta edad, porque la piscina a la que mi familia estábamos abonados fue uno de «los frentes de batalla» de «aquella guerra».

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En cualquier caso, el plato fuerte de la exposición es un bosque de vestidos que abarcan la moda del vestir cotidiano desde principios del siglo XX hasta nuestros días, vestidos procedentes de las colecciones de propietarios privados que las han prestado para la exposición.

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La otra exposición notable está dedicada a la revista musical, de la que nos dicen tiene 150 de años de historia como género escénico y musical, con características específicas respecto a los espectáculos de «varietés» franceses, las operetas vienesas, el «music hall» británico o el musical norteamericano. Personalmente, a lo que fui consciente de la existencia del género, los tiempos habían avanzado mucho y siempre me ha parecido que tenía un tufillo a cutre, que algunos de los vídeos y fotografías que se muestran en la exposición no consiguen eliminar, pese a los esfuerzos de los comisarios de la misma.

Pero hay cosas curiosas,… como comprobar que el famoso «chotis» madrileño se escribía en alemán a mediados del siglo XIX, «schottisch», y que era una danza de origen escocés, y que de ahí el nombre.

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También me hicieron gracia los cancioneros que se vendían en los años 40 y 50 con los éxitos del género, y de otros géneros, porque en casa, en el «baúl de los recuerdos» heredado de mi madre se pueden encontrar también algunos ejemplares.

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Otro elemento que provocó nuestra alegría, e incluso hilaridad, es ver el contrato de la taquillera María Paz Chen Fernández en el Teatro Chino. Teatro Chino de Manolita Chen, que era su madre, y que venía para las fiestas del Pilar todos los años instalándose en el recinto ferial con su espectáculo de revista portatil. Todo quedaba en casa, aunque la chica no debió heredar las dotes «artísticas» de la madre. Que creo que era madrileña, del Puente de Vallecas. El padre, el empresario, sí que era chino. Durante mi infancia siempre tuve curiosidad por saber qué sucedía en aquellas carpas que aparecía todos los meses de octubre en la ciudad. Pero cuando tuve la edad para entrar, esa curiosidad se había pasado, y las miraba como engendros de otra época.

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No voy a entrar a hora en otros detalles sobre lo que se nos cuenta en la exposición, que hace repaso a las «vedettes» del Plata o el Oasis, del Paralelo barcelonés, o de la que se considera como reina del asunto, Celia Gámez. Insisto,… tengo motivos para pensar que detrás de las plumas, la música y las coristas más o menos macizas, no había más que unos cuantos ejemplos más de la caspa cultural del país. Especialmente en tiempos oscuros del siglo XX.

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Aparte de estas dos exposiciones recientemente inauguradas, en el espacio tránsito hay una instalación «En las sombras de la Felicidad» de Jenni Kärnä-Escalante (instagram) que muestra de forma muy elegante con ilustraciones los contrastes de la vida de la infancia entre los países ricos y los pobres. Es lo que más me gustó de lo que pude ver el domingo. Están a punto de retirarla.

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[Arte/fotografía] El Bosco en el Prado y más PHotoEspaña – Fotografía y otras artes visuales

Arte, Fotografía

El mes pasado ya me escapé un sábado a Madrid. Hacía casi un par de años que no iba por la capital, y me había saltado las dos últimas ediciones de PHotoEspaña. También me hubiera gustado ver la exposición del Bosco en el Prado, pero no pudo ser. La semana pasada resolví esta omisión, además de visitar algunas exposiciones destacadas más del festival de fotografía.

A continuación, el enlace a la explicación detallada, y algunas fotos del día.

Origen: El Bosco en el Prado y más PHotoEspaña – Fotografía y otras artes visuales

[Fotografía] Exposiciones de PHotoEspaña en el Centro de Historias – 2016

Fotografía

Entrada originalmente redactada para el blog de Fotógraf@s en Zaragoza.

Hace unos días ya hablábamos en estas páginas de la exposición de Chema Conesa en La Lonja de Zaragoza, que se está celebrando en el marco del festival PHotoEspaña 2016. Otras dos exposiciones vinculadas a este festival han llegado a la ciudad de Zaragoza en las últimas semanas, ambas en las salas del Centro de Historias, agradable centro cultural por donde conviene pasarse de vez en cuando, tengan relación sus actividades con la fotografía o no.

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La primera de ellas es la exposición de Pat Graham, «Instrument (Instrumento)». ¿Y de qué instrumento estamos hablando? Pues básicamente de la guitarra, especialmente asociada al rock.

Nos dice un texto a la entrada de la exposición, que de la misma que el fotógrafo y su cámara desarrollan una especial relación que hace que la tradicional cantinela de que «la cámara no importa que lo que importa es el fotógrafo» sea una verdad a medias, entre el músico y su instrumento, su guitarra se genera también una relación muy especial.

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Así, Pat Graham (cuenta de Twitter, su página web parece fuera de servicio), fotógrafo norteamericano establecido en Londres, empezó a seguir en su adolescencia la evolución del rock and roll en la ámbito del punk, y empezó a documentar el fenómeno con su cámara fotográfica.

Como consecuencia, tenemos ante nosotros un conjunto de imágenes en el que el fotógrafo intenta captar hasta que punto el alma del músico se ha fundido con los baqueteados instrumentos musicales… que tan mala vida llevan en el ámbito de los conciertos más energéticos, como nos cuentan los propios músicos en los textos que acompañan algunas de las fotografías.

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Además de las fotografías, en la exposición podemos visualizar algunos vídeos así como escuchar algunas grabaciones de los músicos que poseyeron los instrumentos que aparecen en las fotografías.

Las fotografías de la exposición tienen calidad, pero quienes más van a disfrutar de la exposición son aquellos aficionados al rock, que además sientan algo del fetichismo hacia los instrumentos que el fotógrafo parece demostrar en sus imágenes. Y sé que por Fotógraf@s en Zaragoza alguno que otro hay que disfrutará de la muestra.

¿Para el resto? Pues no es una exposición de interés tan general como la que hemos mencionado al principio de Conesa. Pero siempre se puede aprender de los mejores, sea cual sea el género que estos practiquen. Y sí, hay fotos muy buenas.

Más interés general tiene la segunda de las exposiciones, aunque probablemente exige un mayor trabajo e interacción por parte del visitante para poder aprovecharla a fondo.

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Daniel Blaufuks es portugués. Lisboeta. Sí, a pesar de ese apellido tan centroeuropeo. De hecho, la exposición es producida por el Museu Nacional de Arte Contemporânea do Chiado, MNAC, lugar que a pesar de mis variadas visitas a la capital portuguesa, no conozco. Para la próxima.

El título de la exposición, «Toda la memoria del mundo, parte uno» resulta enigmático. Lo primero que piensas es que habrá al menos una «parte dos». No. De esto te enteras más tarde, o si has leído antes de entrar el díptico informativo de la exposición. La cual, es poco «habladora». No hay textos ni pies de foto que ayuden al visitante. Nosotros hemos encontrado estimulante ir contemplándola con el fin de desentrañar el mensaje que nos propone. Lo voy a «destripar», así que si alguien quiere jugar a lo mismo, quizá debiera dejar de leer aquí… pero da igual. Lo importante es visitarla y comprenderla.

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Nos recibe con algunas fotografías de objetos. Objetos que se ven usados, viejos incluso. Aislados de cualquier contexto que nos den una pista de qué se trata. Me viene de repente a la memoria el trabajo de la japonesa Ishiuchi Miyako, de la cual tengo un libro. Una de las series de Ishiuchi se titula Hiroshima, y son fotografías muy similares, de objetos personales de las víctimas del bombardeo nuclear de la ciudad nipona.

Por lo tanto, empezamos a sospechar que no vamos a estar ante un tema alegre precisamente. La reflexión puede ser difícil… A continuación comprobamos que el grueso de la exposición son un conjunto de collages con imágenes de contenido diverso que se agrupan en murales o colecciones cuya relación tenemos que descubrir.

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Los primeros nos desconciertan un poco. Parecen colecciones de fotografías extraídas de tarjetas postales, catálogos de viajes o guías turísticas. Pero entre ellas podemos ver también fotografías que hacen referencia a la Alemania nazi. Poco a poco vamos comprobando también que hay no pocas referencias que hacen referencia a Therensienstadt o Terezin. Este lugar se encuentra en la actual República Checa, y los alemanes instalaron allí un peculiar campo de concentración sobre el que la propaganda alemana difundía que se trataba de una «colonia» judía modelo, ejemplo de humanidad y bonhomía de la «raza superior» hacia la «inferior».

Pero pronto nos sorprenden en los murales otras referencias. Literarias y cinematográficas…

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No pocas de estas referencias nos dirigen a las obras literarias de W. G. Sebald, que como obra más conocida está aquella en la que se basó Hitchcock para su película Vertigo.

También encontramos referencias a otros escritores y realizadores de cine, especialmente a Alain Resnais, del cual hay imágenes de una de sus películas más emblemáticas, El año pasado en Marienbad (L’année dernière à Marienbad), de compleja trama y enorme belleza visual, y del cortometraje Toute la memoire du monde. Sí. Casi el mismo título que el de la exposición que contemplamos.

Pronto nos enteraremos que muchas de estas obras hacen referencia a los recuerdos o a la memoria, tanto la individual como la colectiva. O la memoria histórica.

Seguimos avanzando entre los murales…

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Nos encontramos con algunos que agrupan imágenes que se asocian a lugares de reclusión. Sean hospitales psiquiátricos antiguos, cuarteles u otros edificios de aspecto más o menos ominoso. Indudablemente asociados con la pérdida de la libertad. También observamos algunos murales que relacionamos con las manifestaciones deportivas o gimnásticas de masas a las que por los motivos que sea tan aficionados son los regímenes totalitarios. Tanto el de la Alemania nazi al que ya hemos encontrado varias referencias en la exposición, como de otras dictaduras de todo signo y lugar geográfico. En este caso sospechamos que muchas de las fotos corresponden a las dictaduras de los países del antiguo bloque soviético de la Europa oriental, además de las alemanas.

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Finalmente nos encontramos con la proyección de una película, realizada por el propio Daniel Blaufuks, que dura 4 horas y 35 minutos… no la vemos entera, claro.

Con posterioridad nos enteraremos de algunos datos…

Por ejemplo que la duración de la película coincide más o menos con la duración de una visita de la Cruz Roja al campo de concentración de Therensienstadt, que sirvió a los jerarcas nazis para disimular lo que realmente hacían en otras parte de Europa con los judíos y otras minorías. También implica una crítica hacia el organismo internacional por la ineficacia de sus «inspecciones».

La película incluye tres tipos de imágenes:

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Metraje filmado por el propio Blaufuks en la actual Terezin en la República Checa.

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Metraje procedente de documentales u obras de ficción rodados en dicha ciudad.

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Metraje de los documentales propagandísticos que la eficiente administración alemana preparó para convencer al mundo de lo que no era.

Como vemos, en una época en la que hay abundancia de imágenes a disposición del público, especialmente en Internet, mayormente contemporáneas, pero también de épocas pasadas, el autor no confía en que sea suficiente para conservar la memoria de lo que es y que ha sido. Inspirado por algunos de los escritores y cineastas que hemos mencionado, realiza un trabajo de recuperación, ordenación y elaboración con esas imágenes para poder recuperar esa memoria. Especialmente en lo que se refiere al asesinato de judíos en Europa durante el dominio de la Alemania nazi. No lo he contado antes, pero Blaufuks debe su apellido a ser descendiente de judíos centroeuropeos que se refugiaron en su momento en Portugal huyendo las persecuciones que periódicamente se producía en en distintos puntos de Europa.

El tema principal de PHotoEspaña este año es Europa. Y de las tres exposiciones que han llegado a Zaragoza este año, la más claramente comprometida con ese tema es esta de Daniel Blaufuks, que además me ha parecido una lucida reflexión sobre una serie de conceptos que ya he comentado. Probablemente, desde el punto de vista fotográfico tal vez interese menos que otras. No hay bellas imágenes realizadas por un fotógrafo famoso mostrando sus habilidades y visión. Pero indudablemente es una instalación en la que la fotografía es un elemento fundamental a la hora de transmitir unos valores. La de la necesidad de conservar la memoria de todo lo que pasa en el mundo.

A mi es la que más me ha gustado. Nos vemos por ahí.

[Fotografía] Reencuentro con PHotoEspaña – Interesante edición la de 2016 – Fotografía y otras artes visuales

Fotografía

A la espera de tener la ocasión de ver las dos exposiciones que me faltan de visitar de las tres que ha programado el festival fotográfico PHotoEspaña 2016, recuerdo que la primera fue la de Chema Conesa en la Lonja de Zaragoza, este sábado pasado estuve viendo algunas de las más interesantes exposiciones del festival en Madrid. Aunque me quedé sin ver otras varias, también muy interesantes. Quizá un poquito más adelante. En el enlace la historia completa. Y algunas fotos.

Origen: Reencuentro con PHotoEspaña – Interesante edición la de 2016 – Fotografía y otras artes visuales