The Card Counter (2022; 01/20220104)
En el cuarto día del nuevo año nos acercamos a las salas de cine por primera vez en esta ronda solar, justo en el momento en nuestro planeta se acerca más al sol en su órbita alrededor de la estrella. Y lo hacemos con una película de Paul Schrader que a priori no nos atraía mucho por su presunta temática, las peripecias de un jugador profesional de juegos de cartas con apuestas, pero que venía avalada por muy buenas críticas. Schrader es un cineasta que siempre me ha interesado más como guionista que como director. Pero es muy querido por la crítica. En esta película al menos, no tanto por el público, si hacemos caso a los votantes en IMDb. Pero ese es un grupo con quienes con cierta frecuencia discrepo.

La narración sigue a William «Tell» (Oscar Isaac), no su verdadero nombre (William Tell = Guillermo Tell), quien tras pasar ocho años de una condena de diez en una prisión militar de los Estados Unidos, se dedica a vivir del juego de azar con cartas, de forma nómada. Sin llamar la atención, pequeñas apuestas que le permiten ir viviendo. Siempre alejando la sospecha de que es capaz de llevar la cuenta de los naipes sobre la mesa de juego, algo al parecer prohibido en los casinos, aunque no ilegal siempre que no existan ayudas externas. Un día se encuentra con La Linda (Tiffany Haddish), una mujer que patrocina económicamente jugadores de éxito con inversiones, a cambio de una parte de los beneficios. Pero aunque se miran con simpatía, «Tell» rechaza la oferta. Y otro día, en Atlantic City, coincidiendo con una conferencia sobre seguridad en el hotel-casino, es abordado por Cirk (Tye Sheridan) (pronúnciese kirk), hijo de un antiguo compañero del ejército, que va siguiendo al «mayor» Gordo (Willem Dafoe), un antiguo «superior» de ambos militares. Entonces nos enteramos de que ambos estuvieron en Abu Grahib durante la guerra de Irak, motivo por el que «Tell» estuvo en la cárcel. «Tell» aceptará entonces la oferta de La Linda, para ganar más dinero… con el fin de…
Nuevamente estamos ante una película que se va cociendo a fuego lento durante los 110 minutos aproximadamente que dura su metraje (en realidad, con la filmación digital,… ya no hay metraje que valga en las películas… pero…). El desenlace es previsible. Más que nada, porque en las primeras frases que el protagonista nos dice en voz en off, ya nos adelante parte del mismo. Pero da lo mismo. Lejos de ser una película sobre el juego, es una película sobre el remordimiento, sobre la necesidad de una persona de convivir con los demonios que le persiguen por sus acciones del pasado. Sobre la necesidad de una redención y un perdón que parecen inalcanzables o inexistentes. Y sobre la necesidad de que las acciones de los padres no recaigan sobre los hijos. Si esto se conseguirá o no… habrá que ver la película.
Lo cierto es que la película está rodada con considerable maestría. Se nota además que Schrader ha trabajado con frecuencia con Martin Scorsese, que produce la película, puesto que se nota la influencia del maestro en su forma de rodar, sin que por ello no tenga una personalidad propia la película, puesto que los ritmos de la narración no son los propios de Scorsese, desde mi punto de vista. Pero el principal activo de la película son sus intérpretes, especialmente la contención y calma con la que Isaac aborda su personaje, transmitiendo muy convincentemente los sentimientos profundos del personaje. Pero todos ellos están muy bien en sus papeles
Como decía, una vez más, y parece que es frecuente últimamente, hay un divorcio palpable entre el público y la crítica. Y yo en esta ocasión estoy más con la crítica. Y también estoy con la idea de que el cine, en general todas las artes, actúen como voz de la conciencia en unas sociedades que cada vez relativizan más lo correcto y lo incorrecto. Es cierto que mis impresiones no son todo lo cálidas y favorables que podían ser hacia la película. Pero es que a mí me cuesta mucho conectar con el mundo del juego y la ficción que transcurre en ese entorno. Incluso con las bondades mencionadas, hay momentos, durante las escenas en los casinos, en los que la película me saca un poco de la historia. El mundo del juego y de los casinos no forma parte de mi cultura, me resulta un tanto marciano… y no me acomodo fácilmente a él. Por lo demás, me parece una película muy recomendable, aunque no creo que dure mucho en las salas… aunque con lo rara que está la cartelera últimamente, vaya usted a saber.
Valoración
- Dirección: ****
- Interpretación: ****
- Valoración subjetiva: ***