[Cine] On swift horses (2024)

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Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. La película transcurre, en su mayor parte en la californiana ciudad de San Diego… donde no he estado. Nos conformaremos con Sausalito, también en California, para ilustrar la entrada.

On swift horses (2024; 35/20250813)

Seguimos en un verano con una pobre cartelera cinematográfica en Zaragoza, con especial sufrimiento para las versiones originales, no dobladas, no adulteradas, salvo que te gusten el cine de superhéroes o el terror moderno. Mala suerte para mí, que no soporto el cine adulterado, no soporto a los superhéroes, y el terror contemporáneo… bueno… hay excepciones, muy honrosas e interesantes… pero me cuesta. He visto tanta basurilla en ese género a lo largo de las décadas… Y me fio tan poco del criterio de los modernos críticos con referentes limitados a las últimas décadas… Pero en un momento dado pensamos que esta película dirigida por Daniel Minahan e interpretada por actores y actrices al alza podría ser interesante.

Está basada en una novela de una tal Shannon Pufahl, publicada en 2019, y que debió tener cierto éxito de ventas. Yo no había oído hablar de la autora, que ni siquiera tiene página en la Wikipedia en inglés. La historia nos lleva a los primeros años de la década de los cincuenta, a las vidas de los hermanos Julius (Jacob Elordi) y Lee (Will Poulter), y de la joven esposa de este último, Muriel (Daisy Edgar-Jones). Ambos han servido en la guerra de Corea, y una vez licenciados deciden mudarse a iniciar una nueva vida, a ser posible más prospera, en California, dejando su Kansas natal, donde Muriel tiene una casa heredada de su madre recientemente fallecida. Pero Julius no llegará a San Diego, se detendrá en Las Vegas. Muriel empezará una vida doble, en la que será una jugadora de apuestas hípicas, gracias a la información privilegiada que consigue como camarera. Y ambos, que no dejan de sentir cierta atracción mutua, se sentirán atraídos por otras personas. Un joven mejicano (Diego Calva) en el caso de Julius, y la independiente vecina (Sasha Calle) de Lee y Muriel en el caso de esta última.

Había muchos elementos para hacer de esta historia una película interesante. Los años 50 del siglo XX en Estados Unidos son «muy cinematográficos». La estética de los atuendos, de los edificios y establecimientos, muchos de ellos se conservan, del estilismo de las personas, suele producir historias visualmente atractivas. Estilizadas y elegantes, incluso si los temas son crudos o sórdidos. Que no es exactamente el caso, aunque sus momentos tiene. Por otro lado, los temas son modernos. La expresión de la identidad personal y de las preferencias sexuales, alejada de los binomios en los que muchas veces se encuadra a las personas, no sólo por los miembros más conservadores y reaccionarios de la sociedad, también ocasionalmente por los más progresistas o miembros de los colectivos discriminados, es un tema compleja. No pocas veces las personas bisexuales se han quejado de que aunque la B de LGBTQ+ es poco apreciada dentro de estos colectivos. Y sin embargo, los sentimientos y las emociones son menos polares de lo que se nos representa. Hay matices, tiempos y lugares. Y eso es algo que explora la historia… pero que en la película, no sé qué pasa con la novela, no siempre funciona con la fluidez debida.

Ciertamente, la película es visualmente atractiva. Ya he mencionado que al ser película de época, esos años 50 son visualmente muy agradecidos. Las interpretaciones tienen buen tono, buen nivel. Los personajes protagonistas están convincentes, y los secundarios invitarían a un desarrollo más profundo de su trasfondo y de la relación que entablan con los principales. Desde ese punto de vista, hay un desequilibrio en la forma de presentar la relación de Julius con su amante jugador, y la de Muriel con su amante vecina. Esta última es más superficial, más bien hilvanada que cosida. Y al final… no tienes claro del todo hacia donde se dirige cada cual. O si realmente han avanzado lo que deberían haber avanzado después de la peripecia.

La película se deja ver. Si quieres pasar un rato en el cine, y las alternativas son las que hemos sufrido durante este verano, es una propuesta adecuada. Pero que sabe a poco. Una ocasión perdida para haber filmado una historia con un tanto más de pasión, de calor, menos aséptica en ocasiones… o quizá para haber desmembrado la historia en varias con más profundidad. ¿En una serie de televisión tal vez? No sé. Últimamente, incluso yo me siento confuso a la hora de expresar mis opiniones sobre el cine que veo.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ***

[Cine] Detroit (2017)

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Detroit (2017; 372017-1909)

No pensaba que esta entrada pudiese salir hasta el lunes o el martes de la semana que viene. Este sábado lo tenía/tengo con un programa muy apretado, en el que sorprendentemente ha surgido un hueco de aproximadamente sesenta minutos, que he decidido aprovechar.

Conocíamos de antemano el tema de esta película de Kathryn Bigelow, directora que tiene una cierta capacidad de hacer muy bien películas que me interesan regular. O sea, al estilo de Scorsese, aunque se parezcan como un huevo a una castaña, que es un director magistral de películas que me aburren. Y espero que esto no me merezca una condena a la hoguera por hereje. En el caso de ambos directores hay ejemplos de películas que me gustan mucho, por cierto. Siempre recordaré cierta película de la directora de ambiente un poco distópico que vi en los años noventa, que siempre me ha parecido que estaba un poco infravalorada. Pero bueno, vamos a la película actual, que he estoy desbarrando.

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No he visitado Detroit. De hecho, no parece que sea en estos momentos un destino turístico muy apetecido, tras la decadencia por los ajustes de la industria del automóvil. Así que tiraré de las calles de Nueva York para ilustrar la entrada, donde en la época también se produjeron disturbios raciales, y en la que durante años después el ambiente fue cargadito… por decir algo.

Decía que sabíamos el tema del film, habíamos visto el avance, y las críticas eran unánimes. Una película muy muy bien hecha, pero saliendo del cine con una sensación de cabreo supina. La acción se sitúa en los disturbios de Detroit en 1967, cuando los problemas de discriminación racial saltaron de los estados sureños y su falta de respeto por los derechos civiles de los afroamericanos, a la discriminación en las empresas y los barrios obreros en los estados industrializados del norte, a los que muchas familias habían emigrado en décadas anteriores con el fin de alcanzar un futuro mejor. Una buena parte del principio de la película no deja de ser un docudrama de cómo se gestaron estos disturbios y como se desarrollaron hasta que llegamos al plato fuerte. Este se centra sobre la muerte de tres personas de raza negra en el Motel Algiers en un episodio de violencia policial. A falta de un conocimiento preciso de lo acontecido en el mismo, ya que los hechos no quedaron claros en el juicio penal posterior que absolvió a los policías, el guion se ha confeccionado con los testimonios de aquella noche, y con el relleno de lagunas mediante deducciones o ficción plausible.

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Decir que esta película tiene un carácter histórico sería una simpleza absoluta. Ya sabemos que está contando cosas que sucedieron y que las cinco décadas que han transcurrido las dejan instaladas en el juicio histórico. Pero así como al principio de M*A*S*H se nos recordaba que «aquello era Corea», aunque todo el mundo llevase en mente por la época y las circunstancias sociopolíticas que se estaba hablando de la sinrazón militar de Vietnam, en esta película que nos ocupa hoy se está aprovechando un hecho histórico para dar un repaso al presente de los Estados Unidos, donde todavía surgen brotes de violencia racial debida al acoso y arbitrariedad de los cuerpos policiales hacia los afroamericanos. Agravado por el hecho de que el gobierno actual del país tiene un carácter marcadamente racista. Por lo tanto, lejos de un recordatorio histórico, la película funciona como una denuncia de un problema crónico y enquistado en la presunta democracia más importante del mundo.

Hablar a estas alturas de las habilidades narrativas de Bigelow sería un ejercicio banal por conocidas y demostradas. Tiene mucho oficio y voz propia la ya veterana directora. Porque hay un estilo definido en su puesta en escena que tiene una continuidad y una evolución a lo largo de su carrera. Probablemente sea una de las candidatas más serias, tanto en la dirección como en la producción, en la temporada de premios, aunque tal vez su temprano estreno, casi veraniego, le puede restar oportunidades.

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El reparto está a buen nivel, siendo bastante coral. Es cierto que hay dos personajes que merecen algo más de atención que el resto, el bueno interpretado por John Boyega, y el malo a quien encarna de forma muy inquietante Will Poulter. Este último compone un personaje tremendamente inquietante en una interpretación que también merecerá probablemente figurar en las candidaturas de la temporada de premios. Si se dice que cualquier película con acción está siempre a la altura del malo del relato, hemos de decir que Poulter consigue que la producción quede a gran nivel.

Dicho todo lo cual, eran tales las expectativas que se habían generado sobre lo que íbamos a ver, que el resultado fue casi anticlimático. O con el tiempo te acostumbras a digerir sin necesidad de antiácidos las barbaridades que la historia te ofrece, por crudamente que te las narren. Salimos razonablemente impresionados, pero no shockados como nos habían vaticinado los críticos. Aun con la crudeza de lo narrado, Bigelow no se recrea en los aspectos potencialmente más gores, sin ahorrar detalles por eso. La película merece la pena su visionado. No creo que llegue a la categoría de obra maestra como en la han calificado en algún lugar, pero creo que está realmente muy interesante. Por fin parece que hemos salido de la inanidad del verano.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

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