[TV] Cosas de series; una serie surcoreana y otra, imprescindible, que lo parece pero no lo es

Televisión

Como dice el título de la entrada, esto va de dos series. Una de ellas es un k-drama de Netflix, algo distinto de los habituales, sobre el que tenía ciertas expectativas que no se han cumplido. Y la otra… pues no es surcoreana, aunque sus protagonistas lo sean,… más o menos. Pero ha resultado que es una de los mejores de lo que llevamos de año y con ventaja. Veamos qué series son.

Annarasumanar 안나라수마나라 [algo así como un abracadabra], titulado internacionalmente en inglés como The sound of magic, y en español, consecuentemente, El sonido de la magia, es una serie de Netflix surcoreana. Realmente de Netflix. La mayor parte de los k-dramas de Netflix son compras para emisión exclusiva en plataforma de serie de cadenas de pago del país oriental. Esta es producción propia. Es atípica. Sólo seis episodios de 70 minutos. Y cantan. En cada episodio hay al menos un par de números musicales. Los surcoreanos son muy aficionados a los huérfanos. Son frecuentes en sus producciones. De ambos progenitores. De uno solo, siendo el otro un alcohólico, jugador o desastre en los negocios con numerosas deudas,… o melodramas similares. Pues aquí también. Basada en un webtoon o historieta digital pensada para dispositivos móviles, la chica protagonista (Choi Sung-eun) es una adolescente que estudia, intenta conseguir trabajos para ganarse la vida, cuida de su hermana menor, su padre está huido por deudas, su madre muerta, y de vez en cuando la acosan en el instituto o los acreedores de su padre. Una vida de perros. Y un día se topa con un mago (Ji Chang-wook) que se convierte en su amigo y consuelo. Aunque las cosas no se van a poner fáciles por eso. Sinceramente, por las impresiones iniciales, las expectativas iniciales sobre esta serie fueron demasiado altas. Pero al final me dejó un tanto frío. Sin caer tanto en el tópico, y con un guion e interpretación más cuidados, la cosa podría haber dado más de sí.

Y lo que está siendo hasta cierto punto un fenómeno es Pachinko. Hasta cierto punto, porque su plataforma de emisión, Apple TV+, no es de las más vistas. Pero es evidente que esta plataforma está pujando más por la calidad que por la cantidad. Al fin y al cabo, el gigante americano gana mucho dinero con otros diversos productos, y se puede permitir el lujo de una plataforma más minoritaria, pero prestigiosa. La serie está basada en un libro de la norteamericana de origen coreano Min Jin Lee. Que ha sido un gran éxito de ventas. Lo he leído estas vacaciones… mañana o el sábado lo comento, para hace acompañar a la entrada de hoy. Y la serie es una producción canadiense, con participación estadounidense y surcoreana, rodada en gran medida en Vancouver, aunque también en Corea del Sur y Japón. Hemos visto la primera temporada. Probablemente, la serie tendrá al menos tres temporadas, como las tres partes en que se divide el libro

La serie cuenta su historia, la de una familia surcoreana trasplantada a Japón durante la época de la colonización de su país por el imperialismo nipón, en dos líneas temporales. Una situada en 1989, con Solomon (Jin Ha), un joven zainichi (coreano residente, y las más de las veces nacido también, en Japón) que ha estudiado en Estados Unidos y pelea por ascender en su empresa, que es enviado al país donde nació y donde reside su familia, específicamente su abuela Sunja (Youn Yuh-jung) y su padre Mozasu (Soji Arai), para resolver un problema de adquisición de terrenos. Y la otra, flashbacks en forma de recuerdos de cuando Sunja (Kim Minha) era una adolescente pobre en una isla cerca de Busan, en la Corea colonizada por los japoneses, y se queda embarazada de un yakuza coreano (Lee Min-Ho).

La introducción de los capítulos es estupenda. Y aquí os dejo la del último capítulo. La canción es la misma en todos los capítulos, «Let’s live for today» por The Grass Roots. Pero en este último capítulo está cantada en coreano por la banda de pop pansori Leenalchi. Que conste que la canción originalmente era italiana, «Piangi con me» por un grupo italiano formado por ingleses, The Rokes.

Una historia que se centra en las historias de las gente modesta que no aparecen en los libros de historia, de quienes sufrieron las miserias del imperialismo, del racismo, e incluso ahora de la xenofobia intrínseca a determinadas culturas, nos encontramos con un producción excelente en todas sus dimensiones, verdadero cine de alto nivel para la pequeña pantalla, aunque su verdadero activo son los caracteres creados por la escritora y un reparto en estado de gracia. Aunque el nombre más llamativo es la oscarizada Youn Yuh-jung, el carácter más entrañable y la interpretación más conseguida es el que compone la joven Kim Minha, sin desmerecer por ello ningún otro. Como ya he dicho, una de las mejores series que se pueden ver en estos momentos. Total y absolutamente recomendable, y cuyo final de temporada te deja con ganas de mucho más. Motivo por el que me lancé a buscar el libro. Pero de eso hablaré mañana o pasado.

[Cine] Minari (2020), una belleza de película con inconsecuencias

Cine

Minari (2020; 19/20210312)

Como digo en el encabezado de esta entrada, Minari es una película muy bella. Realmente. Desde muchos puntos de vista. Simplemente, por la forma en que está planteada, rodada, por la belleza de sus sencillos personajes, por la belleza de muchos pequeños detalles… ya merece la pena acercarse a las salas de cine a verla. En versión original, por favor. Es una película bilingüe, coreano e inglés, en la que las transiciones entre los dos idiomas, usados «indistintamente» por la familia protagonista ES importante. Pero también tiene un grave problema. Está repleta de pequeñas inconsecuencias que afectan sobre todo a su tramo final… que a las personas que me acompañaron al cine y a mí… nos dejaron un poco… ¡meh! Incomprensibles para mí. Quizá su comentario desvele parte de su argumento, así que como se dice hoy en día… cuidado… posibles espoilers.

La película ha despertado mucha expectación y ha levantado muchas expectativas. Ayer se anunciaron las candidaturas a los Oscars, y acumula unas cuantas, muy significativas. Muchos dicen que habla del sueño americano… bueno… el que esto escribe no cree que exista el «sueño americano». Es un concepto puramente propagandístico. Desde hace muchas décadas, las posibilidades y probabilidades de ascenso en la escala social son mucho mayores en Europa, especialmente en países con un fuerte desarrollo de estado del bienestar, que en Estados Unidos. Es mucho más importante un acceso los menos inequitativo posible a la educación que el mito del trabajo duro. Si fuera por eso… no tendría interés. Pero si hablamos del desarraigo, de la pérdida de referentes, del riesgo de ruptura de los puentes intergeneracionales,… hay estamos en un tema distinto. Y sobre el cual la película tiene mucho más que decir, y lo dicen. Y lo dice bastante bien. Al fin y al cabo, la planta que da título al film, minari (Oenanthe javanica), actúa como bella metáfora de la capacidad de aguante y la capacidad de echar raíces en un suelo distinto del propio.

Ya que estamos ante una pelíicula familiar, la playa de Haeundae en Busan fue uno de los entornos de ambiente más familiar que encontré en Corea del Sur.

Aunque el director, Lee Isaac Chung, es un inmigrante de segunda generación, es decir, sus padres son nacidos en Corea del Sur, pero él es nacido ya en los Estados Unidos, hace un planteamiento mas frecuente, en mi experiencia, en la ficción asiática que en la occidental. Frente al conocido planteamiento, nudo y desenlace de la narrativa tradicional occidental, estamos ante un fragmento de las vidas de los componentes de la familia Yi. Como curiosidad. Yi es el apellido más frecuente en el mundo, aunque no en Corea, donde es Kim, pero, por esas causas y azares de las transcripciones entre lenguas con distintas grafías, lo podemos encontrar como Yi, I, Li, Lee, Ri, Rhee, y probablemente alguna otra forma de la que no me acuerdo o desconozco. Un fragmento marcado por dos momentos… pero aunque vamos conociendo algunos de los antecedentes de la familia antes de que se establezcan en una región agrícola de Arkansas, nada sabemos sobre lo que pasa después del final de la película. He leído por ahí que hablaban de ella como de un «drama con final feliz»… yo diría que al final de la película le da su director y guionista, inspirado por sus propias vivencias y las de su familia, un tono optimista. Pero bueno… Las ganas que tenemos de finales felices.

El equipo de la película, encabezados por Chung, consigue introducirnos en un ambiente calmado, bello, tranquilo, en el que transcurre el drama de vivir de la familia Yi. Fotografía, banda sonora, sonido, diseño de producción, ambientación, son de muy buen nivel, al mismo que relativamente atemporales. Algunos detalles nos sitúan en los años 80 del siglo XX,… pero podríamos estar en cualquier momento del último medio siglo o más. Muy alto nivel. Pero donde destaca también es en el reparto… y en especial en la dirección de actores. Toda la familia raya a un nivel muy alto. La mayor parte de la crítica se ha fijado en los dos personajes más llamativos. El niño (Alan S. Kim) y la abuela (Youn Yuh-jung). Pero eso es lo fácil. Tienen la parte del guion más jugosa, las interacciones más entrañables y el juego con el sentimentalismo del espectador. No quiero desmerecer el trabajo de ambos intérpretes, pero hay que ajustarlo por las variables mencionadas. La segunda es candidata al Oscar, improbable… pero en un año loco y con determinadas modas y tendencias… cualquier cosa es probable.

También es candidato al Oscar Steven Yeun, el padre de familia. También es un ganador improbable, me parece a mí. Este actor no es nuevo, aunque poco conocido. Se ha dedicado más a la televisión, y en especial a poner voz en películas y series de animación… así que… difícil que sea conocido. Pero quiero destacar que hizo un papel muy interesante en una buenísima película coreana que paso más desapercibida de lo que merecía en su momento, adaptación de un cuento de Haruki Murakami. Y las intérpretes que les toca la peor parte, es decir los papeles menos vistosos, son las otras dos féminas de la familia. De la jovencita Noel Cho, poco se puede decir, pero cumple a la perfección con el papel de hermana mayor, noona, y creo que su trabajo, que pasará totalmente desapercibido, es bastante meritorio. Y luego está la esposa y madre de familia, la estoica mujer no carente de carácter que interpreta Han Yeri. Creo que la primera serie de televisión coreana que vi en Netflix fue Cheongchunsidae [Hello, my twenties!], y además una de las que más me ha convencido. Y allí conocí a esta actriz, que interpretaba a la mayor de las cinco compañeras de piso universitarias cuyas vidas acompañábamos en la serie. También un papel de chica seria y estoica. El caso es que me parece que esta intérprete, en la película que comento, lo borda. Pero la crítica, los comentaristas, la gente en general valora poco los papeles contenidos, poco vistosos, sin grandes frases grandilocuentes. Pero está realmente muy bien.

Y el comentario sobre el papel que hace Han Yeri me da paso a lo de las inconsecuencias que mencionaba al principio. Voy con algunas tonterías. Nos proponen una educación sensata y racional del padre hacia el hijo cuando desecha contratar a un zahorí para encontrar dónde instalar un pozo para obtener agua, fiándose mejor de la observación y lo que la naturaleza nos dicta… lo cual está muy bien… para al final generar un «fracaso» y acabar contratando al zahorí. La rabdomancia de los zahoríes es una pseudociencia, sin base alguna, pura superstición en sí misma… así que maldita la lección que nos da la película.

Otra… la familia, en un momento determinado, está formada por papá y mamá en sus treintaitantos, una hija de 10 u 11 años, sensata pero así de jovencita, y un niño de 4 o 5 años, junto con una anciana en sus 70 y que acaba de sufrir un ictus quedando parcialmente discapacitada en sus movimientos y en su habla. Sabemos que ambos miembros del matrimonio tienen capacidad para conducir un coche. Tienen que llevar al niño pequeño a una revisión cardiológica por una malformación congénita, por lo que se deben desplazar en el coche desde Arkansas a California en un viaje que será largo. ¿Cuál de las dos siguientes opciones elegirían ustedes? a) Uno de los esposos se va con el niño en el coche a California, mientras que el otro se queda tranquilamente en la granja supervisando a la abuela con la ayuda de la sensata y bien dispuesta niña; b) El matrimonio coge el coche y los dos niños y se van todos a California discutiendo sobre el final de su matrimonio, mientras dejan sola a la discapacitada anciana, en un entorno donde los accidentes son posibles. Ya. Lo suponía. Yo también. Pero el guion de esta película dispone lo contrario. Y sí, si algo puede pasar, al final pasa.

Y la última… En un momento dado, la esposa, con miedo por la inseguridad de la situación para la familia, y en especial para sus hijos, anuncia que los coge y se vuelve a Californa, a conseguir un trabajo asalariado que le permita mantener a sus retoños. Y si él quiere ir, vale, pero si no, hasta aquí ha llegado el matrimonio. Unas escenas más adelante,… cuando la calamidad derivada del párrafo anterior se produce… pelillos a la mar, todos contentos y a seguir. ¿De verdad que el futuro de esta familia tal y como se plantea en la película es optimista? Lo dudo. Inconsecuencias. Una cosa es que la ficción soporte cosas basadas en la suspensión parcial de la incredulidad y otra es la incongruencia y la inconsecuencia en lo narrado.

Por todo lo anterior, una película que en su mayor parte iba destinada a las cuatro o las cinco estrellas de mi valoración subjetiva… se queda en tres. Creo que es una película razonablemente recomendable. Tiene muchas cosas muy buenas, muy buenos valores cinematográficos… pero nunca he tenido capacidad para comulgar con ruedas de molino. Una pena.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***