Hasta ahora sólo había leído una novela del polifacético Boris Vian, Escupiré sobre vuestra tumba, probablemente la más conocida del autor francés, especialmente de las que escribió bajo el seudónimo de Vernon Sullivan. Hace ya un tiempo, con el fin de entretenerme durante un viaje, compré la que nos ocupa hoy, una novela cortita también escrita bajo el mismo seudónimo; pero en aquel viaje me dediqué a otras cosas, y hasta ahora no he encontrado momento para leerla. Y vamos a ver de qué va.
Con las mujeres no hay manera
Boris Vian
El libro de bolsillo, Alianza Editorial; Madrid, 2002
ISBN: 9788420634692
Las obras que escribió Vian como Vernon Sullivan tienen todas una serie de elementos comunes. Están ambientadas en Estados Unidos, preferentemente en los estados del sur, incluyen altas dosis de violencia y sexo, y están escritas con un estilo directo y muy ágil. Las cosas pasan deprisa. Si en Escupiré sobre…, la acción se decanta clara y progresivamente hacia la tragedia, en esta ocasión nos movemos constantemente en el terreno de la comedia negra.
El libro nos cuenta la historia de dos hermanos de «buena familia», de veintitantos, en Washington D.C., que como consecuencia del interés del más joven y protagonista por una guapa adolescente de diecisiete años de la alta sociedad del lugar, y que descubre se ha vuelto adicta a las drogas, se ven envueltos en un conflicto con una banda de traficantes, homosexuales de ambos sexos, liderados por una peligrosa lesbiana de cuchillo fácil. Una vez iniciado el problema, asistiremos a una continua huida hacia adelante que les lleva a todo tipo de peripecias con abundancia de violencia y sexo, muchas veces todo ello mezclado, hasta el enfrentamiento final con los maleantes.
En el momento de su publicación, como el resto de los libros de esta serie, fue tachado de inmoral y pornográfico. Estas obras causaron escándalo en la sociedad francesa de posguerra. Hoy en día no lo veríamos así. Más cuando consideramos que este libro tiene más de parodia de un estilo de literatura, y de crítica a las hipocresías sociales que otra cosas. No obstante, en su forma no deja de ser altamente incorrecto políticamente. Escrito en primera persona, no deja pie con bolo. Desprecia a gays y lesbianas con todos los tópicos posibles que se os ocurran, critica la hipocresía de los adolescentes y jóvenes de la alta sociedad, ataca a las instituciones como la policía, la prensa o los políticos, adopta un tono claramente machista,… Así que quien no quiera o pueda entender de que va la cosa, puede sentirse incómodo con la lectura del libro.
Para el resto, lectores adultos siempre, el libro puede ser una lectura cómoda y relajada de verano, que nos hará, esbozar más de una sonrisa, nos sorprenderá en la bestialidad de alguna escena y, en general, nos entretendrá.