
Poco antes de las 18:30, un avioncillo de Lufthansa Regional operado por Augsburg Airlines, nos ha dejado en suelo húngaro.

Aunque llevamos la misma hora que en España, la diferencia de meridiano hace que en el momento del aterrizaje en Budapest-Ferihegy, el ambiente fuera totalmente crepuscular.

De hecho, aunque los trámites aeroportuarios han sido muy ágiles, a lo que hemos llegado a la estación para coger el tren hacia Budapest, francamente, ya era de noche.

Mientras esperábamos nuestro tren, hemos visto pasar varios en sentido opusto; un poco destartalados nos han parecido. La cuestión se ha confirmado cuando ha llegado el nuestro.

Ya en Budapest, hemos cogido el estupendo y antiguo metro de la línea más antigua de la capital húngara en Oktogon. Después de acomodarnos, hemos decidido cenar en el hotel, a precio bastante conveniente, y tomar unas cervezas mientras charrábamos y trasteábamos un poco en internet. Mañana, y los siguientes días, tiempo quedará para hacer turismo. Hay que tomarse las cosas con calma.
