Me pasa un poco todos los años en estas fechas. Tras la resaca de las vacaciones, y a la espera de nuevos viajes sin son factibles, me quedo un poco sin ideas para ir a hacer fotos. Si además añades la dura luz del verano, los sosos cielos de la estación, el calor achicharrante,… y otras historias que no merecen la pena ser contadas, pues doy un bajón en el uso que les doy a las cámaras de fotos.
No obstante me fuerzo a llevarlas siempre encima, e intentar sacar alguna instantánea aunque sea de paisajes ya trillados. Os dejo con algunas. Que no son gran cosa… pero a ver si así me obligo un poco…