Sigo repasando el cine asiático de Filmin. Y hoy me voy directamente al cine coreano. En concreto, al cine del director Hong Sangsoo. Una especia de mezcla entre Éric Rohmer y Woody Allen,… con bastante morro. Hong no es muy conocido por el público occidental, la verdad. Pero lleva siendo bastante popular en los festivales de cine, especialmente en Cannes, desde hace años. Hace unos años se hizo popular en occidente una película coreana de época, subidita de tono. Y para mí, eso propició el estreno en salas de cine de un película de Hong, protagonizada por una de las dos protagonistas de la película de época. Se trataba de la actriz Kim Minhee. Y la película, poco usual, con un tono muy poco comercial, me gustó. De hecho, me gustó más cuando la volví a ver más tarde, en la televisión. La actriz también. No es porque sea una mujer muy guapa, que lo es. Es que tiene un algo especial en su forma de actuar que me gusta bastante.

Hong Sangsoo y Kim Minhee protagonizaron en su momento, en el entorno del estreno de esa película suya, un escándalo en su país, al reconocer el director que tenía una relación extramarital con la actriz. Como buena sociedad conservadora, aunque el «pecador» que había faltado a sus votos matrimoniales fue el hombre, los coreanos se abalanzaron sobre la mujer. Lapidemos a la adúltera. Pero de ahí nos llegaron a la gran pantalla de nuestros cines otras dos película dirigidas por Hong y protagonizadas por Kim. Un fue una curiosidad rodada en Francia, la otra, de más calado, también me gustó bastante. Y todas las película mostraban un corte similar. Una mujer relacionada con un hombre casado, que suele tener una profesión creativa, relacionada con el cine o la literatura.
Di por hecho que estas tres película eran producto de la reflexión del director sobre su relación con la actriz y sus consecuencias. Pero en estas llegó mi suscripción a Filmin, mi repaso de la oferta de cine asiático,… y me encontré con otras cinco películas de Hong Sangsoo. Y tres de ellas, una anterior a las tres ya vistas, la que inició la relación entre ambos, y dos simultáneamente o posteriores a las otras dos. Y por lo que leo y veo, aun hay una más realizada entre ambos que no se ha estrenado por ningún medio en estas latitudes. Las otras dos que no están protagonizadas de una forma u otra por Kim Minhee, están protagonizadas por la francesa Isabelle Huppert, que también participa en su producción francesa de 2017, y por Lee Yooyoung, a quien pude ver en una serie de Netflix. Más sobre eso después.

Las cinco películas tienen elementos en común con las tres películas que ya había visto de este director:
Dareun Naraeseo [다른 나라에서, En otro país], con Isabelle Huppert, son tres historias cortas con la francesa como protagonista, que varían entre sí en detalles, ya que se desarrollan en el mismo lugar y con los mismos personajes. Ella hace de directora de cine, de esposa adultera, o de mujer engañada, abandonada por otra mujer. Entre los demás personajes hay actores, escritores,… y un socorrista de playa. Está en clave de comedia.
Jigeumeun matgo geuttaeneun teullida [지금은맞고그때는틀리다, Ahora sí antes no] es la primera colaboración con Kim Minhee. Vuelve a un esquema parecido. Un encuentro entre un director de cine que acude a impartir una conferencia en Suwon y una pintora local, contada de dos formas. En una, la relación es un fracaso, en la otra, funciona. Es de las mejores. Entre la comedia y el drama.
Dangsinjasingwa dangsin-ui geos [당신자신과 당신의 것, Lo tuyo y tú] está protagonizada por Lee Yooyoung. Y volvemos a estar más bien en clave de comedia. Un pareja se pelea y rompe. Ella desaparece. Pero aparece otra mujer idéntica dedicada a relacionarse con todo hombre con el que se encuentra. Hay quien la ha calificado como una variante extraña del obscuro objeto de Buñuel. Frente a aquella mujer con dos rostros y dos caracteres, aquí tenemos dos mujeres con el mismo rostro y caracteres no tan distintos. Lee Yooyoung lo hace muy bien, me parece que está estupenda. Lo cual contrasta con la serie en que la vi en Netflix, donde me pareció totalmente inexpresiva. He observado que, al igual que en España, la calidad interpretativa cambia mucho entre la televisión y el cine coreanos, incluso con los mismos intérpretes.

Geu-hu [그 후, The day after], de nuevo con Kim Minhee. Comedia de enredo. Un editor se separa de su mujer cuando esta descubre que le ha sido infiel, curiosamente cuando la infidelidad ha terminado. Al día siguiente, una nueva y guapa empleada comienza a trabajar para el editor, y se suceden una serie de malos entendidos, porque ninguna de las tres mujeres implicadas se conocen entre sí.
Pulipdeul [풀잎들, Grass], también con Kim Minhee. Kim es una escritora aficionada que se sienta en una mesa de un café tomando notas para sus escritos de los dramas que suceden a su alrededor. Que suelen tener que ver con relaciones que vienen y van, con infidelidades, con inseguridades, y también con amores que nacen.

Todas estas películas tienen una series de cosas en común. La primera, el morro del director, que siendo él mismo infiel, suele hablar de la infidelidad, como si tal. Después, que todas ellas tienen personajes que, como protagonistas o secundarios, pertenecen al mundo del cine, la literatura, las artes,… de la creatividad en general, sumidos más o menos en crisis existenciales, relacionadas con la edad, las relaciones o la muerte. Finalmente, en todas ellas se consumen ingentes cantidades de soju que es la bebida alcohólica nacional de Corea. Hong rueda sus películas en pocos días, lo cual le permite hacer más de una al año. Sus guiones están muy esquematizados y permite o estimula la improvisación. Algunas de las cogorzas a base de soju que se ven en sus películas… son reales.
En conjunto, no son películas fáciles de digerir para la mayor parte del público. No siguen esquemas narrativos convencionales. A veces hay saltos no anunciados o poco claros en el tiempo. O existen líneas del tiempo paralelas. En algunos casos claramente marcadas, en otros no. Su realización es parca. Ausencia casi total de banda sonora, cámara fija, o de movimientos parcos de seguimiento de los actores cuando entran o salen de escena, y movimientos de zoom al principio o al final de las mismas o en momentos claves de los diálogos, cuando algo cambia en lo que viven los personajes. Eso sí… si entras en el juego que plantea… creo que compensa bastante la experiencia de ver estas películas que salen de las vivencias más íntimas del propio director. Y Kim Minhee es una actriz bastante competente, con gran presencia en pantalla… y muy guapa. Avisados estáis.
