Cuando he ido a mirar qué recomendaciones fotográficas tenía recogidas de esta última semana, me he encontrado con que sólo había una. Tres enlaces, pero todos relacionados con el mismo fotógrafo. Y es que esta semana he estado centrado en otros aspectos de mi tiempo libre de los que espero contaros algo en las próximas semanas. Quizá en los próximos días. No sé. Igual me estoy embarcando en algo que no lleva a ninguna parte. Salvo gastar algo de dinero. Nada exagerado,… y además uno de los objetos implicados es en la práctica un regalo… pero bueno. Ya os contaré.
Así que para no dejar en blanco el domingo en mi Cuaderno de ruta, os pondré unas cuantas fotografías realizadas ayer en el Parque Grande de Zaragoza. En realidad, salí a pasear con un objetivo principal que tenía que ver con mi Leica M6 y un rollo de película de un tipo que no he usado nunca. Pero por si acaso, eché también una cámara digital a la mochila. Y cuando me encontré con el evento Zaragoza Florece en el Parque Grande, dejé la Leica, que no era conveniente por ir en blanco y negro, para fotografiar el colorido del evento floral, y saqué la cámara digital que iba con un objetivo de focal variable bastante competente.
El evento me pareció un poco… no sé… caótico. Como planificado con cierta premura en torno a la avenida de San Sebastián, el quiosco de la música y la escalinata del Batallador. Puede que haya influido el problema de la pandemia. Pero se me antoja que al concentrar instalaciones en poco terreno, acumulan más a la gente que si estas estuvieran dispersas por todo el parque. No sé. Es lo que se me ha ocurrido. Porque gente había bastante. Y la que llegaba cuando me fui. Porque yo soy relativamente «madrugador». En fin, lo dicho. Os dejo con las fotos. Por cierto, estaría bien que hubiese puesto cartelitos de interpretación sobre qué tipos de flores contemplábamos en cada momento. Y el busto de Goya, no hice foto, me pareció un horror.