Enola Holmes 2 (2022; 57/20221114)
Nuestro grupo cinéfilo, las personas que vamos juntas en grupitos más o menos numerosos según la disponibilidad de cada cual desde hace casi quince años, está en crisis. Diversas obligaciones familiares y profesionales, sumadas a la deficiente oferta en cuanto a diversidad de horarios en las películas no adulteradas, sin nefastos doblajes, complica nuestro acceso a las salas de cine. En un momento en el que las películas realmente interesantes llegan con cuentagotas a la gran pantalla, no siempre encontramos momento para ir a verlas. Como consecuencia, es muy probable que en un futuro próximo base mis comentarios de estrenos con más frecuencia en las plataformas en internet. No porque las prefiera… sino porque la oferta comercial de las salas de cine es insuficiente, cutre o inflexible. Es lo que hay. Hace unos meses se abrió una luz de esperanza, cuando en las sesiones matinales de sábados y domingos de las únicas salas de cine que ofrecen versiones originales no adulteradas, incluyeron algunas de estas en esos horarios. Pero parece que fue flor de un día… han desaparecido en las últimas semanas. Es más que probable que los cambios en el consumo de cine cambie no por voluntad propia, sino por el imperativo de la oferta comercial. Y en este panorama, triste desde mi punto de vista, lo único que puedo ofrecer en estas páginas de lo visto la semana pasada es esta secuela absolutamente prescindible, basada en la explotación de la popularidad de una actriz adolescente, Millie Bobby Brown, sobrevalorada en sus capacidades interpretativas.

El trabajo de esta chica no es ninguna catástrofe, pero tampoco demuestra nada en especial en esta película a su mayor gloria dirigida por Harry Bradbeer, un director competente, pero muy funcional. De estilo televisivo. Un medio en el que la dimensión autoral no descansa en la figura del director, sino en el creador de la serie, que suele ser también la cabeza del equipo de escritores de los guiones. Pero la originalidad de esta secuela también brilla por su ausencia. Las aventuras de esta hermana pequeña de Sherlock Holmes están basadas en una serie de novelas destinadas al público adolescente, y son muy formulaicas. Y por lo tanto, sorprenden poco. Con un reparto de postín acompañante, el argumento va repartiendo minutos entre el reparto de secundarios prestigiosos, sin preocuparse mucho de la adecuada ligazón y fluidez en el argumento, del que me ocuparé poco, porque poco importa. Si a eso le sumas un presunto aire feminista, la políticamente correcta diversidad étnicoracial, tenemos un producto políticamente correcto para una plataforma de emisión de contenidos en línea, apto para ¿todos los públicos? Sigo preguntándome qué tipo de gentes y criterios generan la clasificación de recomendación por edades para calificar esta película para mayores de 16 años.

Ya habréis comprobado que no aprecio mucho la estructura argumental de la película. A la que he de añadir una continua ruptura de la cuarta pared con la protagonista mirando a la cámara y hablando directamente a la audiencia, un recurso que hay que utilizar con extremada parsimonia si es que es necesario en absoluto. Y cuyo abuso, dando explicaciones al público, suele ser consecuencia de una mala narración cinematográfica. O de la necesidad de mantener constantemente en pantalla, una presencia permanente, de la protagonista del evento, que también figura en la nómina de productores de la película, al igual que su hermana mayor, por lo que hemos de suponer que la chica, además de un fijo por su interpretación, se llevará un porcentaje de las ganancias. Como digo, una operación comercial al servicio de una adolescente convertida en producto. La chica no es ninguna catástrofe interpretando, pero tampoco aporta nada en especial. Desde luego, han existido y existen otras chicas de su edad, supongo que rondaría los 16 o 17 años cuando la película se rodó, ahora tiene 18 años, tan competente o más como actrices.
¿Se puede recomendar la película? No especialmente. Pero en las tardes y las noches del otoño avanzado y el invierno, en familia (o no), con un té o un cacao caliente (no me gusta el café), si no tienes otras cosas mejores que te apetezca hacer… pues vale. Ya está. Ahora, a olvidarla.
Valoración
- Dirección: ***
- Interpretación: ***
- Valoración subjetiva: **
