[Libro] La tierra invisible – Hubert Mingarelli

Literatura

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. En el valle medio del Rin, entre Colonia y el puente de Remagen, famoso por una película bélica que recrea su toma por el ejército americano en 1945, antes de que el ejército alemán lo volase. Aunque se hundió poco después.

No recuerdo muy bien dónde encontré recomendada esta novela corta del francés Hubert Mingarelli. En los últimos tiempos había oído hablar en varias ocasiones de este autor, que falleció relativamente joven, 64 años, en 2020. Por lo que cuando surgió esta novela corta me pareció una ocasión para introducirme en su literatura. Si la cosa iba bien, ocasión tendría más adelante de leer otras cosas. O eso pensaba hasta que me di cuenta que ya había leído una de sus obras.

Colonia

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Mingarelli nos traslada a la Alemania de 1945, pocos días o semanas tras el final de la guerra. Un reportero gráfico, fotógrafo de guerra, británico se encuentra en una ciudad a orillas del Rin acompañando al ejército de su país en la que ser la zona de ocupación del Reino Unido en la Alemania de la posguerra inmediata, hasta la creación de la República Federal de Alemania. En los últimos días de la guerra iba acompañando a las unidades militares que descubrieron un campo de concentración y exterminio del régimen nazi, lo que le ha dejado muy marcado. En un momento dado, pide al coronel al mando que le ceda un vehículo y un conductor. Quiere recorrer el campo, los pueblos y ciudades pequeñas de la región del Bajo Rin, para fotografiar a las gentes del país en las puertas de sus casas. Y así comienza un peculiar periplo con un joven recluta, originario de un pueblo de costa a orillas del mar del Norte, que ha llegado tarde a la guerra. A pesar de su preparación, no ha tenido ocasión de disparar ni una sola bala. Y se establecerá una peculiar relación entre ambos y con las personas a las que van encontrando en su recorrido.

Mingarelli tiene una visión relativamente pesimista del mundo. La búsqueda del fotógrafo es una búsqueda compleja y difícil de ejecutar. Difícil de ejecutar porque intentar ver y comprender a ese pueblo que ha permitido, ha sido cómplice por acción, por consentimiento o por omisión, con las barbaridades del régimen nazi. Gentes que en su apariencia externa no son distintos de las gentes de otros países o regiones. Campesinos. Mujeres. Ancianos. Niños. Constantemente se nos recuerda colateralmente el entorno. La mujer bien arreglada que quiere suplicar por la vida de su marido, alto funcionario de la población, que va a ser ahorcado por los horrores cometidos. Pero también por la actitud de los habitantes a los que va a fotografiar. A veces distantes. A veces tratando de congraciarse. Pero con cordialidades faltas de sinceridad. Y como contrapunto, el joven recluta, lleno de entusiasmo. Pero que lamenta haber llegado tarde. Lamenta no haber contribuido. Lamenta no haber disparado. En el fondo, lamenta no haber matado.

Bonn

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Mingarelli no es complaciente. Es pesimista. Y la acción. Por breve que sea la extensión en que se desarrolle, alrededor de 100 páginas en las ediciones impresas en árboles muertos, viene condicionada por esos tres factores; el pesimismo y el fatalismo del fotógrafo, el entusiasmo del soldado y la distancia y desconfianza de esas gentes que saben que han participado, pero que tienen que sobrevivir, y se ponen de lado respecto al pasado, sin asumir responsabilidades. Por lo que, incluso cuando ya no hay guerra, la tragedia es un final posible a este peculiar periplo por el noroeste de Alemania.

Es un excelente relato. Cuyo valor y cuyo interés ha ido incrementándose en mi memoria conforme ha ido pasando el tiempo y he puesto distancia con su lectura inmediata. A pesar de su pequeña extensión, y su interés que permitiría leerlo en una tarde, tuve que interrumpir en más de una ocasión su lectura para asimilar la situación y los hechos. En general, es ampliamente recomendable. Quizá en los tiempos que corren, estos relatos que nos recuerdan lo mucho que pueden descender a los infiernos el espíritu humano en vida, sean más necesarios que nunca. Muy recomendable.

Remagen

[Libro] Una comida en invierno – Hubert Mingarelli

Literatura

Esta vez no es un libro que apareciera de oferta en mi tienda de libros «habitual». La entrecomillo porque, dado que las tiendas usan formatos propietarios para los libros que venden con sistemas de protección de derechos también exclusivos, si te regalan un lector determinado, estás abocado a comprar los libros en ese tienda. Y luego las otras se quejan… claro. No se quejarían si tuvieran una posición dominante… claro. Todos critican la ética de los demás aunque todos se comportan igual. El caso es que no era una oferta. Era una recomendación expresa… de no recuerdo quien, aunque me maten. Tengo que acostumbrarme a conservar mis marcadores/recordatorio después de usados…

Distintas vistas en Polonia, fundamentalmente Cracovia y la fortaleza de Malbork.

Hubert Mingarelli es un escritor y guionista francés cuya literatura suele hablar de las relaciones entre hombres principalmente. Entre compañeros, padres-hijos, camaradas en la guerra… este tipo de cuestiones. No parece excesivamente conocido fuera de su país. Pero la sinopsis de esta novela, corta, me interesó.

Mingarelli nos traslada a Polonia, durante la Segunda Guerra Mundial. Tres soldados alemanes se enteran de que ha llegado un grupo. De «gente». E inmediatamente buscan un excusa para salir de patrulla al día siguiente desde primera hora de la mañana. A pesar del tremendo frío y de las malas condiciones. A «cazar» más «gente». Buscan evadirse del trabajo cotidiano de la unidad. Fusilar a la «gente». Así salen y encuentran a un refugiado en los bosques, al que captura. De regreso paran a comer en una casa abandonada. Allí se les une un polaco, mientras intentan cocer un sopa en el gélido ambiente, con agua procedente de la nieve, y con los muebles de la casa como combustible.

Aunque lo supones, aunque lo sabes, hasta la mitad del libro no se menciona que la «gente» son judíos. Y los tres soldados deben de estar asignados a una unidad de los einsatzgruppen, los grupos militarizados de las SS, aunque también de la wehrmacht, encargados del exterminio de judíos y otras minorías. Por sus conversaciones, por sus edades, rondan los cuarenta, probablemente no son fanáticos enrolados para ello. Son reservistas destinados a ello mientras otras tropas más jóvenes están en el frente. Es la impresión que da. No es explícito el libro. El relato habla del agotamiento moral de estas personas, de su añoranza de la normalidad, de las familias. De su extraña relación, tanto con el prisionero judío como con el polaco. El polaco es tan despreciativo con el judío o más que los alemanes, que desprecian más al polaco que al judío. En cualquier caso, alrededor de esa cazuela donde cuece la sopa van surgiendo los dilemas éticos imposibles de una guerra inhumana y deshumanizante.

No son muchas páginas. No pueden ser. Muy bien escrito, pero muy complejo y difícil de leer. Por las implicaciones. Por lo que se cuenta y por lo que no se cuenta. Porque, al fin y al cabo, esos tres soldados, el polaco y el prisionero judío, no son monstruos. Son seres humanos corrientes en una situación monstruosa. Recomendable, sin lugar a dudas.