[TV] Cosas de series; otros mundos y alienígenas en varios sentidos de la palabra

Televisión

Hoy la cosa va de animación. Está acabando la temporada de otoño, el último trimestre del año, de la animación japonesa. Y ya tengo varias series pendientes para las próximas semanas o meses. Poco a poco iré comentándolas. Pero hoy voy con animación no japonesa, y también con algunos animes que he podido ver en Netflix. Todo bastante entretenido. Bien.

No soy especialmente aficionado al universo Star Trek. Lo he comentado en alguna ocasión. Si la serie original tiene sin lugar a dudas un lugar en mi corazoncito, las películas que en los años 80 volvieron a poner este universo en el candelero siempre me parecieron tirando a cutres, al igual que muchas series posteriores. No es que la original no lo fuera. Pero oye. Que eran los años sesenta del siglo XX. Nada que comenzase en los años sesenta del siglo XX es cutre. Alguna cosa… tal vez. Pero en ganeral, nada. Muy pocas cosas, me han gustado después del universo trekkie. Algunas ha habido. Por lo menos durante un tiempo. Otras las he aborrecido. Por ejemplo, a Picard. No me refiero a la serie. Al personaje. Aborrezco a Picard. Pero he aquí que hay una serie de animación que he visto entera y con la que lo he pasado bien. Star Trek: Lower decks ha llegado a su quinta y últimas semana. Los oficiales de las cubiertas inferiores, de baja graduación, de una anodina nave de la Federación, la Cerritos. Destinada a hace el «primer» segundo contacto. Es decir, las misiones menos glamorosas. Una premisa original, unos guiones dinámicos, unos buenos diálogos, y personajes con los que puedes empatizar, sin tomarse a sí mismos demasiado en serio, han bastado para que me reconcilie durante esas cinco sesiones con este universo. Que a veces se toma demasiado en serio a sí mismo, con demasiada filosofía buenista, facilona y de baratillo. Ha estado bien mientras ha durado.

Las naves de la Federación surcan la Galaxia explorando nuevos mundos, otros mundos. Y uno de los géneros más populares de la animación japonesa es el isekai 異世界, las aventuras en otro mundo. Y un isekai que podéis encontrar en Netflix y que me parece muy divertido es Kage no Jitsuryokusha ni Naritakute! (陰の実力者になりたくて!, ¡Quiero ser un poder en la sombra!), conocida en ingles como The eminence in the shadow. El protagonista es un adolescente que, después de salvar a una compañera de uno secuestradores que además pretendían violarla, acaba palmando y renaciendo en un universo paralelo, una mezcla de fantasía mágica con algo de steam punk, un mundo mezcla de mundo de cuento de hadas, harripoteresco y siglo XIX. Y allá, voluntariamente, aparentará ser una mediocridad, al mismo tiempo que creará una hermandad femenina para controlar el mundo y derrotar a los villanos desde el anonimato, desde las sombras. Es muy dinámica y bastante divertida. Con mucha acción. Aunque no hay emoción sobre el resultado de los distintos arcos argumentales. Sabes que al final gana el protagonista con sus chicas de orejas en punta y pechos enormes. Sí. Hay bastante fan service, aunque no demasiado grosero. Pero es una mezcla de genio y… bueno, al final no sabes si consigue las victorias por su poder y su previsión,… o por casualidad. El caso es que es divertido. He visto las dos temporadas. La primera, de 20 episodios, lleva un tiempo en Netflix. La segundas, de 12, llega el lunes que viene. Aunque ya la he visto por otro lado. Se cierra con un guiño a una probable tercera temporada.

Y finalmente, Dandadan ダンダダン, adaptación a serie de animación de una serie de manga de la que ya os he hablado. Os recuerdo la cosa. Hace un par de años por estas fechas, en el Centro de Historias de Zaragoza, había una pequeña exposición, una pared del centro, dedicada al proceso de creación del manga del mismo título, creado por Yukinobu Tatsu. Por aquel entonces se publicaron los dos primeros tankobon del manga en su traducción al castellano. Y se los regalamos al chaval preadolescente de unos amigos. Años atrás habíamos empezado a regalarle a la hermana mayor otro cómic, con éxito. Y el igual que me sucedió con aquel cómic, también he ido tomando prestado los tankobon de Dandadan, por lo que he ido siguiendo la saga de aventuras ilustradas. Dos compañeros de clase, Momo, una chica que cree en espíritus, pero no cree que existan los extraterrestres, y Okarun, un chico firme creyente de los extraterrestres, que cree que los espíritus son una patochada. Por supuesto, acabarán en una desenfrenada sucesión de aventuras contra espíritus y extraterrestres, a un ritmo desaforado. Y de eso va la serie. Es cierto que en los primeros episodios se me hizo raro, porque me había imaginado la serie, las voces y los estilos de otra forma, pero una vez acostumbrado, es el mismo tipo de diversión. Acción desaforada, pero con su corazoncito. Por lo que sé, la primera temporada ha sido un éxito a muchos niveles. Y ya se ha anunciado la segunda para el verano. La primera temporada adapta los primeros cuatro tankobon del manga. Yo ya voy por el decimotercero traducido al castellano. En japonés, en enero se publicará el decimoctavo. Creo.

[TV] Cosas de series; «crossover» de Chihiro y Baby Yoda y otras animaciones más o menos interesantes

Televisión

Últimamente estoy muy activo en series de animación. Como dedico menos tiempo a ver la televisión, no es raro que para las horas de las comidas o similares opte por series con episodios de corta duración, y para ello la animación es óptima.

Vistas nocturnas de Osaka para la entrada de hoy, tan vinculada al país nipón.

Y como guinda, Disney+, para celebrar uno de sus aniversarios de su puesta en marcha como plataforma en línea, nos ha ofrecido un curioso corto muy corto, Zen – Grogu and Dust Bunnies, un crossover entre  Sen to Chihiro no Kamikakushi [千と千尋の神隠し], más conocida en España como El viaje de Chihiro, y The Mandalorian. Una colaboración entre Studio Ghibli y Disney, dibujada a mano, al más puro estilo Ghibli, con Baby Yoda (odio el nombre real del bicho) y las partículas animadas de hollín de la película japonesa como protagonistas. Hay quien contrapone o confronta ambos estudios de animación. Incluso compara, negativamente para Disney, los valores que transpiran sus películas, especialmente en lo que se refiere a las actitudes y compromisos de sus personajes femeninos. Y en parte estoy de acuerdo. Pero ambas compañías han colaborado en el pasado, y Disney ha sido distribuidor de las películas de Ghibli en Estados Unidos. Tampoco es la primera vez que Disney mira a Japón para representar su universo galáctico. Y además lo hizo con acierto desde mi punto de vista.

Exception, una serie de ocho episodios autoconclusiva que recientemente estrenó Netflix, también es un ejemplo en el que los americanos miran a Japón para realizar sus series de animación. Se trata de una aventura espacial en la que los exploradores y terraformadores de un nuevo planeta para ser colonizado por el ser humano son transportados como datos cibernéticos, para ser impresos biológicamente al llegar a su destino. Momento en el que las complicaciones comenzarán, especialmente cuando uno de ellos sea impreso con errores que lo hacen parecer un monstruo, y se descubra que hay un saboteador en la misión. En realidad, la idea original de la serie es japonesa… e incluso incluye música de Riuichi Sakamoto, porque os hagáis una idea de las pretensiones. Cuenta con animadores taiwaneses, y su idioma original es el inglés, puesto que Netflix la ha encargó con el mercado occidental en mente. El movimiento de las bocas de los personajes se corresponde también con el idioma inglés. A pesar de sus pretensiones, a mí, su estilo de animación, muy generada por ordenador en sus gráficos, y su historia me han dejado un poco frío.

Siguiendo con las aventuras espaciales, se puede ver en Amazon Prime Video la tercera temporada de Star Trek: Lower decks, con las aventuras de la USS Cerritos, una mediocre nave dentro de la flota espacial, y sus tripulantes de menor rango como protagonistas. El estilo con respecto a temporadas anteriores no cambia. A medio camino entre la parodia y el homenaje, el buen humor combinado con unos personajes con lo que simpatizas, y unos aventureros argumentos dinámicos y divertidos, hacen que esta sea probablemente una de las pocas series de la franquicia trekkie que esté dispuesto a ver hasta el final con verdaderas ganas. Además yo creo que se ha ido superando poco a poco desde que comenzó.

Finalmente, animación japonesa en el ámbito del cyberpunk, como su título nos recuerda constantemente, con Cyberpunk: Edgerunners. Parece que está situada en el universo de ficción de un videojuego, que a su vez está dentro del universo de un juego de rol. O algo así, que con estas cosas, que no me interesan mucho, me lío. La cosa va de una banda de individuos modificados cibernéticamente, que realizan trabajos en el inflamando de una sociedad distópica dominada por grandes empresas más o menos todopoderosas. Nada especialmente original. Me forcé un poco a verla hasta el final, pero realmente es un género que no me llama la atención. Muchas imágenes pretendidamente espectaculares, mucha violencia, y un teórico enfoque hacia un público adulto, aunque supongo que serán los adolescentes machos y adultos muy jóvenes, también con genotipo XY, los principales consumidores de este tipo de series. Su idioma original es el japonés, pero en su producción ha participado un estudio polaco. Están de moda las colaboraciones internacionales en animación.

[TV] Cosas de series; animación norteamericana entre la conspiradora y la aventura espacial

Televisión

La mayor parte de la animación que traigo a estas páginas es de origen japonés. Y esto se debe a dos motivos. El primero es que los nipones son mucho más prolíficos y estrenan mucho más títulos en las diversas plataformas digitales, especialmente Netflix y Amazon Prime. El segundo es que tienen una panoplia de temas y situaciones mucho más curiosa, «marciana» e intrigante que la animación occidental. Muchas veces no tienes ni idea de qué te vas a encontrar. La próxima vez que hable de animación japonesa intentaré recordar que tengo que ampliar esta idea. Pero si hay animación occidental interesante entre las series de las plataformas tampoco la rechazo. Ni mucho menos. Como las dos series que vienen a continuación.

Creo que la agencia de Reagan, la protagonista de «Inside Job» está en Washington DC. Pero podría estar en Nueva York, donde también da para mucha conspiranoia.

Por un lado, la segunda temporada de Star Trek: Lower Decks. Os voy a poner un gráfico.

Como podéis ver, para los votantes en IMdb, la valoración de los episodios de cada temporada van en aumento sistemáticamente. Y no sólo es eso. Para mí, en este sistema de votación hay que acercarse al siete para que la cosa merezca la pena, aunque hay excepciones. La mayor parte del excelente cine de autor tiene valoraciones discretas. La fast food cinematográfica tipo Marvel o DC tiene valoraciones altas y es entre floja y mala. Pero en este caso, creo que la cosa se ajusta. La primera temporada empieza en lo que yo considero un discreto aprobado. Pero el final de la segunda serie es un sostenido sobresaliente. Y esto me permite resumir mi opinión. Esta segunda temporada sobre la tripulación del montón de una nave espacial del montón es uno de los más divertidos productos que he visto en mi vida de la franquicia Star Trek. Muy recomendable. Se puede ver en Amazon Prime.

Inside Job, Ultrasecretos en España, es una serie reciente de Netflix con la que me lo he pasado bien. Coge la idea de las conspiranoias habituales de los pirados de los extraterrestres, el asesinato de Kennedy, los misterios de la Luna, a la que según algunos pirados no fuimos nunca, según otros fuimos y había marcianos, o la del círculo de misteriosos magnates que realmente gobierna el mundo, y nos busca como protagonista una antiheroina asocial (Lizzy Caplan, voz). Una chica que es un genio, pero que no se sabe relacionar socialmente, en parte por pertenecer, de alguna forma, al espectro autista, tipo Savant syndrome, en parte por la nefasta pareja de progenitores que le tocaron en suerte. Y la rodeas de tipos absurdos y extremadamente freaks, y situaciones no menos absurdas dentro del género conspiranoico, para hacer una divertida burla de los problemas políticos y sociales actuales. No es una genialidad, pero es muy divertida y merece la pena. Yo tengo ganas de una segunda temporada.

[TV] Cosas de series; animación occidental y espionaje oriental

Televisión

Si la semana pasada tocaba hablar de animación japonesa, hoy nos volvemos hacia la USAmérica. Otras dos series de animación, más o menos interesantes. Y si la semana complementaba la entrada con una serie documental, más bien de entrevistas, esta semana lo haré con otra. Curiosamente si la de la semana pasada se centraba en USAmérica, concretamente en Nueva York, la de esta semana se centrará en el Asia oriental.

Unas cuantas fotos de Dinamarca en honor a los infiltrados en Corea del Norte. Se lo merecen.

Star Trek: Lower decks es una serie de animación del universo Star Trek, como habréis podido suponer, en Amazon Prime Video. En principio, no me interesó. Aunque he ido viendo cosas de la franquicia, y Star Trek: Discovery tuvo una muy interesante primera temporada, bajando luego progresivamente este interés, tengo problemas para interesarme en ese universo. De hecho, creo que la primera temporada de Discovery me gustó porque era la menos trekkie de todas las que había visto. Y porque salía Michelle Yeoh. Y de hecho hubo quejas entre los fanáticos de la serie por los mismos motivos por los que a mí me gustó. Conforme han devuelto a la serie el «espiritu de la franquicia»… me ha ido pareciendo menos interesante, aunque no está mal. Bueno… el caso es que no contemplé verla, hasta que leí un par de artículo por ahí que la ponían bien. Tratándose de 10 episodios de unos 25 minutos de duración, me pareció poco riesgo, y me puse. Y me entretuvo. Se trata de las aventuras de una nave espacial que no está entre las punteras e importantes de la flota, y se centra en los tripulantes de las cubiertas inferiores, que se dedican a tareas de mantenimiento y otras poco glamurosas. Eso sí… parece que en el universo Star Trek no hay soldados rasos o marineros rasos o tripulantes rasos o como se llamen rasos. Todos son alféreces (ensign), aunque relativamente torpes, inexpertos e ineficaces. El tropo principal de la situación es que una de estas tripulantes es hija de la capitana y de un almirante, es muy inteligente y capaz, pero muy rebelde al sistema. La serie tiene una cierta dosis de parodia de la propia franquicia, pero sin perderle el respeto. Y eso hace que navegue entre dos aguas. Cuando asoma un poquito de mala baba paródica, la serie se alza un poco, pero nunca llega a despegar. Por lo que el balance final es de una serie que entretiene… pero relativamente insustancial. Siempre he dicho que la mejor serie de Star Trek, dejando el cariño que le tengo a los episodios de la serie original que vi en la infancia, es The Orville. Donde no sólo se parodia a saco, sino que además se abandona el buenismo de la franquicia para entrar en la crítica social y política de forma muy intencionada.

(Dis)enchantement, serie de Matt Groening y Josh Weinstein, el primero cocreador de The Simpsons y mi adorada Futurama, el segundo productor ejecutivo en ambas, alcanza su tercera temporada en Netflix, siguiendo las aventuras de la princesa Tiabeanie y sus compañeros Elfo y Luci. La serie, aunque comparte el ADN de sus predecesoras, nunca ha alcanzado los niveles de las mismas. Especialmente de Futurama, que considera superior a la familia de entes amarillos del medio oeste americano. Ha fluctuado entre momentos relativamente flojillos y momentos estupendos. Y sobretodo, siempre ha tenido un tono más melancólico que demencial, lo cual a veces le va bien y otras no. Al fin y al cabo, como de costumbre se trata de las aventuras de unos desarraigados, pero Bean tiene algo triste en su desarraigo. El caso es que en esta tercera temporada comenzó con un nivel relativamente plano… para luego ir mejorando, dejándonos algunos momentos muy buenos a partir de la mitad de la temporada, manteniéndose bien hasta el final. Nunca ha estado tan valorada como sus antecesoras, pero a mí me merece la pena. Simpatizo con Bean, Elfo y Luci.

Y termino con un curioso documental que se puede ver en Filmin, The Mole: Undercover in North Korea. El director danés de documentales Mads Brügger realizó un curioso experimento en los 2000, llevando un espectáculo a Corea del Norte que criticaba al propio sistema del país totalitario, sin que las autoridades fueran totalmente conscientes del hecho hasta después de sucedido. Por lo que no es muy bien recibido en aquel país. Pero en un momento dado, contacta con un cocinero danés, retirado por enfermedad, que por curiosidad se introduce en un asociación de amigos de Corea del Norte en Dinamarca, y poco a poco se va infiltrando, perteneciendo a la KFA (Asociación para la amistad con Corea) del infame Alejandro Cao de Benós, que ha sido investigado, entre otras cosas de tráfico de armas. Y al final, con una antiguo criminal reconvertido en empresario aventurero, inician una operación ficticia como inversores de la exportación clandestina de armas norcoreanas a distintos grupos violentos por el mundo. Y todo esto lo graban y los muestran en un documental con entrevistas a los protagonistas del asunto, en dos episodios de una hora de duración. El primero tiene un tono más bien chusco, presentando toda la organización de amigos del régimen totalitario como una banda de friquis más o menos pirados. Pero en el segundo, realmente documentan y muestran los entresijos de una trama de potencial tráfico de armas con gran descaro. Filmando reuniones en Corea del Norte, Oriente Medio, África central y otros lugares de estos peligrosos… como Barcelona. Me impresionó y me lo pasé bien. Aunque desconozco el alcance y la repercusión real que podría tener para los implicados. ¿Una curiosidad? ¿O un ejercicio de información que tendría que verse en este u otros temas con más frecuencia? Que cada cual juzgue.