Esta semana ando con poco tiempo para dedicarlo a este Cuaderno de Ruta, por lo que haré un comentario breve de esta película de animación dirigida a dos manos por Duke Johnson y Charlie Kaufman.
Película de animación de la que afortunadamente disfrutamos en versión original. Desconozco cómo será el doblaje al castellano, pero el juego de voces es fundamental para la comprensión, o incomprensión, de la película. Película que por lo que he visto por ahí ha recibido en bastantes ocasiones el calificativo de surrealista. Y por una vez puede que esté bien aplicado este adjetivo, que con frecuencia se usa para obras absurdas o esperpénticas, que pueden a su vez ser surrealista o no.

No he estado nunca en Cincinnati, pero la película es muy nocturna… nos iremos a la noche neoyorquina para compensar.
Aunque estamos ante una película de animación, que nadie se apresure en llevar a los niños al cine. Esto es animación para adultos… muy adultos. Utiliza la técnica del «stop motion» con muñecos más o menos articulados. No son por lo tanto «dibujos animados» sino animación de muñecos, cuyos movimientos son fotografiados fotograma a fotograma en lugar de la filmación continua de unos títeres o marionetas en movimiento. Y nos habla de Michael Stone (David Thewlis, voz), un escritor especializado en servicios de atención al cliente que acude a un hotel en Cincinnati desde Los Ángels para dar una conferencia en un congreso. Y en un mundo donde todo el mundo parece tener la misma cara y la misma voz (Tom Noonan), donde la monotonía absoluta reina, donde nadie es indeferenciable, encuentra por unas horas las compañía de Lisa (Jennifer Jason Leigh, voz), una mujer que atiende al congreso y que le hará pensar en las cosas…
La película es por lo tanto una profunda reflexión sobre la soledad, sobre la identidad de uno mismo y sobre la alteridad, la capacidad de ser uno mismo y diferente a los otros. Y también sobre la monotonía de la existencia cotidiana y las relaciones con nuestros semejantes que afecta incluso a aquellos que amamos o hemos amado.

Aunque un romance extraño, también hay su dosis de romance en la película… nada cursi como la moda de los candaditos que aparecen hasta en el puente de Brooklyn, eso sí.
Los conceptos se apoyan no sólo en esta impecable técnica de animación que además cuenta con unos decorados y una iluminación absolutamente impecable, sino en un guion milimétrico procedente de la obra de teatro original de Kaufman, uno de los directores que firman el filme. Y por supuesto, por las interpretaciones de los actores que ponen su voz, que por el hecho de que no aparezcan visualmente no quiere decir que tengan menos mérito, ni mucho menos. Por ejemplo… antes habría otorgado a Leigh la candidatura a mejor actriz de reparto por esta película que su personaje en la última de Tarantino… aunque eso no es del gusto de la academia. Dar candidaturas a intérpretes que sólo ponen la voz.
Kaufman ya nos había ofrecido algunos guiones notables… alguno de los cuales también había flirteado con el surrealismo. En esta ocasión, incluso se supera. Durante unos días he estado dudando sobre mi impresión final, pero definitivamente es una película que cuando la piensas, es realmente buena. No apta para devoradores de palomitas sin cerebro.
Valoración
- Dirección: ****
- Interpretación: ****
- Valoración subjetiva: ****

En cualquier caso,… son muchos los puentes destruidos y necesitados de reconstruir los que necesita el protagonista de la historia… puentes humanos, claro.