Este fin de semana pasado lo tuvimos muy completo en lo que a cine se refiere. La combinación de estrenos con posibilidades en la ceremonia de los óscars, la celebración de dicha ceremonia y el mal tiempo que hacía que no apeteciese hacer muchas otras cosas, nos ayudó a una sesión doble de viernes y sábado. Y en la del viernes tocó este drama romántico, producción irlandocanadiense dirigida por el irlandés John Crowley.

A pesar del título de la película, como últimamente hemos visitado mucho Nueva York, he optado por las vistas de Irlanda, que también sale en el filme. Sea el condado de Galway.
Es curioso. Creo que ya he dicho varias veces que mi película favorita en esta temporada de premios que ya podemos considerar pasada ha sido Carol. Pues vamos a jugar al juego de los parecidos casuales.
- Carol está ambientada entre 1952 y 1953. Brooklyn, también.
- En Carol, la protagonista es una joven de unos 20 años que se va a vivir y trabajar a Nueva York. En Brooklyn, también. Cierto es que Therese vive en Manhattan y Eilis (Saoirse Ronan, léase Sirshe Ronen) en Brooklyn.
- En un momento dado, la protagonista de Carol trabaja en unos grandes almacenes. En Brooklyn, también. Cierto es que Therese lo hace en la juguetería y Eilis en la perfumería.
- La protagonista de Carol no es feliz en Nueva York. La de Brooklyn, tampoco. Therese no encuentra su camino en esta vida, mientras que Eilis sufre de una morriña de tamaño descomunal.
- La protagonista de Carol aspira a trabajar de otra cosa. La de Brooklyn, también. Bueno, Therese quiere ser fotógrafa, mientras que a Eilis ya le vendría bien trabajar en el departamento contable de alguna empresita.
- La protagonista de Carol se enamora. La de Brooklyn, también. Aquí… las cosas empiezan a tomar otro color. Mientras que Therese lo hace de una señora más mayor de la burguesía neoyorquina, Eilis, buena católica irlandesa, se conforma con un fontanero de origen italiano que se quiere montar su empresita de construcción con sus hermanos.
- El amor en Carol se ve amenazado gravemente por un acontecimiento desgraciado que aleja a las dos amantes. En Brooklyn, también. Pero hasta aquí voy a contar porque no se trata de destripar completamente la película…

El condado de Clare, también en el encabezado.
Sip. El esquema argumental es casi completamente idéntico. Las película son muy distintas. Hay diversas cosas que marcan la diferencia, desde el punto 1 de la lista. Pero lo que marca la diferencia notable es lo que viene a partir del punto 5. Y por supuesto, un millar de detalles asociados a la forma de rodar y de plantear ambas historias. Es importante analizar el proceso creador. A veces nos quejamos de que no tenemos historias nuevas, que todo está inventado, que las cosas se repiten… Nadie dijo que el proceso creador estuviera en inventar nada nuevo. Como alguien o varios han dicho, se trata de aportar algo nuevo a la conversación cultural, de poner el granito de arena distinto, o que soporta un edificio distinto de la civilización humana. Y aquí es donde quería ir con esta comparación.
Ya he expresado varias veces mi admiración por Carol. Brooklyn es una película correcta de factura muy notable. Está muy bien hecha. Y excelentemente interpretada. Empezando por su protagonista, la joven Saoirse Ronan pertenece a esa notable generación de actrices jóvenes anglófonas, entre los 20 y los 30 años, que tanto interés está generando y tanta calidad está ofreciendo. Está cambiada. Supongo que la adaptación al personaje le ha llevado a ganar unos cuantos kilos, y darle un aspecto más de inmigrante, poco sofisticada. No sé. Es un suponer. Pero lo hace muy bien. Y muy bien acompañada de un reparto donde no faltan los intérpretes canadienses en papeles secundarios, signo de la coproducción entre Canadá e Irlanda. Eso hace que podamos ver por ahí a la más yeyé de las señoras Draper, mucho más modosita que en Mad Men, o a la siempre animosa «Felicity Smoak»,… tan animosa como siempre. Esto de la coproducción nos lleva a que los que nos enseñan como el Brooklyn de 1952 es en realidad Montreal… pero bueno.

El condado de Kerry, con vistas al Atlántico que tiene que cruzar Eilis para ir a buscarse la vida.
Todo muy bien. Pero… a la película le falta chicha. La historia es mucho más pequeña e inconsecuente de lo que parece. Primero… parece difícil merendarse el hecho de que, salvo la bruja de la panadería, todo el mundo sea tan tan tan tan bueno para con la pobre Eilis. Pero si es que son todos taaaaaaaaaaan majos. Hasta la mandona de la casera la tiene de enchufada. Y qué decir de la jefa tan compresiva, tan mona y con tan buen tipo que tiene en los grandes almacenes… Y qué buenos son los curas católicos… No sé cómo se les puede haber ocurrido premiar con el óscar a Spotlight con lo mal que les hace quedar. Incluso el regreso a su Irlanda natal está lleno de gente con buen rollito. Si hasta el general Hux está tan majo y tan apuesto… De hecho, ¿por qué tiene que emigrar si en su pueblo son todos tan majos?
Es una buena película. Pero no tiene nivel de óscar. Ni siquiera en mi opinión para estar entre las candidatas. Más con la sorprendente ausencia de la película con la que la hemos comparado al principio de este artículo. Si vais a verla no os arrepentiréis. Es una película amable, buenrollista, con buenos sentimientos,… pero no deja de ser una peliculita sencilla envuelta en un ropaje más o menos de gala.
Valoración
- Dirección: ****
- Interpretación: ****
- Valoración subjetiva: ***

O el condado de Cork, al sur de la isla.