[Televisión] Cosas de series; chicas que se van por doquier

Televisión

Mi forma de ver las series está evolucionando progresivamente. Y creo que la llegada de Netflix a España ha tenido algo que ver… de todos modos, sobre esto, tal vez comente más despacio en un futuro. Por supuesto, la dispersión de plataformas de vídeo bajo demanda también tiene sus problemas… Cada una de ellas tiene un precio mensual asumible… pero acceder a una oferta variada puede no tenerlo…

Pero lo que sí que me está sirviendo es para probar distintos productos, poco conocidos, o recuperar algunas agradables sensaciones perdidas. Poco a poco estoy volviendo a ver las aventuras de aquella entrañable tripulación espacial de una nave de clase Firefly, la Serenity. Una serie de vida muy limitada, pero muy querida. También estoy viendo alguna cosa del género fantástico/distópico japonés como Ajin, con sentimientos contrapuestos, y he recuperado una serie que me pasó desapercibida pero que puede estar dentro del grupo de diversión intrascendente pero digna, como puede ser Scorpion.

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Como en otras ocasiones, la entrada televisiva viene acompañada de mis fotos viajeras (enlaces al final); en el encabezado el cementerio de Staglieno en Génova, y en esta fotografía, el cruce de Shibuya en Tokio.

Esta semana he decidido no seguir con The Girlfriend Experience, tras el segundo episodio. Definitivamente, por mucha escena tórrida que tenga la serie, esta me deja bastante frío. Sólo sexo no necesariamente es interesante. Ha de haber algo más. Y yo no lo encuentro en este producto. Y además, los papeles protagonistas no me generan ninguna empatía.

Hemos terminado con la quinta temporada de Girls. Sensaciones contrapuestas. Ha tenido momentos realmente estupendos. Cuando los guionistas de la serie se ponen las pilas consiguen episodios antológicos. Sin duda. Quizá es el principal motivo para verla. Porque por otra parte, cada vez me interesan menos las vidas de estas chicas, así como de la constelación de raros que las rodean. Pero ya sólo queda una última temporada por ver, dentro de un año. Y como ya digo, tiene momentos buenísimos de gran cine en pequeña pantalla. Así que la veremos para despedirla como se merece.

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La mezquita-catedral de Córdoba.

Y si comentaba hace unos días que me había quitado uno de mis «guilty pleasures» superheroicos, Arrow, la verdad es que es porque me he apuntado tontamente a otro que procede del mismo «universo». Porque Supergirl tiene dos problemas fundamentales; el nombre de la superheroína y el traje que lleva. Si los calzoncillos rojos de «su primo» por fuera de los pantalones siempre me han parecido delirantes, la faldita de esta me parece sencillamente absurda. Pero más allá de esto, si aceptas que es un mero entretenimiento, intrascendente y orientado a un público muy concreto, es una serie razonable. Que todavía no tiene, paradójicamente, despejado su futuro. Mejor interpretada que Arrow, sin que sea para tirar cohetes, es cierto que a veces se ponen excesivamente ñoños o absurdos. Pero tiene sus momentos y tiene posibilidades. Todo es cuestión de que los explotasen. Pero no creo. Desde luego está muy muy muy muy lejos de mis superheroína favorita, Jessica Jones, con permiso de Peggy Carter. Pero como «guilty pleasure», ya me vale.

Y terminé de ver la primera temporada de The Ranch. El jueves pasado confesaba los motivos principales para verla; sus personajes más veteranos. Y, para mí, entrañables. A priori, esta serie de rodaje multicámara, con risas del público, me resultaba un poco casposilla. Me parecía anticuada. El caso es que tras la apariencia de comedia algo bobalicona al servicio de su protagonista, el habitualmente flojo Ashton Kutcher, ha ido apareciendo un fondo dramático y serio sobre los problemas de familia, sobre las dificultades del granjero y sobre las relaciones humanas. No sólo están estupendos sus más veteranos intérpretes, Debra Winger y Sam Elliott, sino que el cínico y casposo hermano interpretado por Danny Masterson ha aportado un tono más bruto y adulto, pero que también ha producido alivios cómicos a los evidentes problemas de esta familia. Y de las niñas monas, el papel de Elisha Cuthbert es probablemente lo más flojo y con desenlace más forzado de la temporada, mientras que la jovencita, guapa y aparentemente casquibana chica encarnada por Kelli Goss producía un contraste, un contrapunto al protagonista principal, al mostrar conductas más maduras y comprometidas siendo poco más que una adolescente. Sin ser la última maravilla de la televisión, es una serie con mucha más miga e interesante de ver de lo que parecía a priori.

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Maison La Roche de Le Corbusier, París.

De viaje con Carlos (cuadernos de viajero)

De viaje con Carlos (tumblr)

Una foto de mis viajes al azar…