[Televisión] Cosas de series; fantasías y culebrones coreanos

Televisión

Breve entrada televisiva, que no ando con mucho tiempo. Hace un par de semanas o tres, ya hice una entrada sobre series orientales en Netflix. El caso es que por aquel entonces tenía otra a medias, que he ido viendo muy poco a poco. Y después vi otra que se ve muy rápida. Ambas coreanas. Os lo comento.

No tengo fotos de Corea. Aún. Mientras, nos iremos a Kioto, al santuario Fushimi Inari-Taisha, que sale en tantas películas. Y que estaba lleno de niñas y adolescentes que disfrutarán con este género de series de televisión. Que por cierto, una de ellas tiene escenas en lo que se supone es Japón, incluso puede que Kioto… No me acuerdo. Da igual.

Durante un par de meses me he quedado colgado de un culebrón coreano. Un verdadero guilty pleasure. Una serie malísima. Con unos guiones horrendos y unos intérpretes lamentables. Su título Bulyaseong (불야성), que en castellano han traducido como «Luces nocturnas». No sé hasta qué punto es fiel al título original. El tema es que fueron dos cuestiones las que me han hecho ver los 20 capítulos del culebrón. Como culebrón no es muy largo, claro. Una, los caretos de las dos protagonistas. La una (Yo-won Lee) es menos expresiva que un sanantonio de palo, con el agravante de capa de maquillaje de dos dedos de espesor. La otra (Yu-jin Kim), más joven, con un escandaloso trabajo de cirugía plástica, que he confirmado viendo por ahí las diferencias entre el antes y el después. Quedé como hipnotizado. La segunda es el tema del product placement, que es más exagerado que los productos del desayuno de Médico de familia. He llegado a soñar con los abrigos que llevan constantemente puestos, incluso cuando están en interiores, trabajando o haciendo lo que sea. O con los primeros planos de los pendientes. No digamos ya de los coches. O de cierta marca de agua mineral francesa. Era todo un cachondeo descubrirlos. Nada recomendable… Pero para mí ha sido irresistible.

La otra serie ha sido más curiosa. Su título 9초 – 영원의 시간 (9 segundos – En la eternidad; 9 seconds – Eternal Time). No tiene entrada en IMDb, al menos todavía. El diario inglés The Guardian la considera como la serie ideal para iniciarse en los seriales coreanos. Tiene todos los elementos; chico conoce chica, romántica, con dramón, extremadamente cursi, más extremadamente absurda, ñoña hasta la exasperación (el sexo es un concepto lejano, lejano, lejano, lejano,…), con elementos místicos e incluso sobrenaturales,… Pero, en vez de durar un montón de episodios de una hora de duración, son sólo siete episodios de un cuarto de hora de duración. Y a los aficionados a la fotografía les molará porque el chico protagonista vive con su tío que es fotógrafo, y el quiere ser fotógrafo también. Pero,… aquí viene el dramón que te cagas,… tiene una enfermedad en la vista que lo va a dejar ciego a corto plazo. Y la chica… bueno… ahí hay más dramón todavía. Si uno está muy atento a las imágenes hasta te hueles por donde va el asunto. Todo es cuestión de alas.

Estoy en grave peligro de convertirme en adicto a los cursis dramas coreanos. Necesito ver un médico. O quizá acudir a los grupos de K.A. (Koreandramasadictos Anónimos). A ver si mañana os hablo de algo mucho más interesante que también nos llega de extremo oriente.