Forushande (2016; 172017-2603)
فروشنده
Asghar Farhadi es uno de los directores iraníes de moda. Mejor dicho… es uno de los directores de moda. De cualquier nacionalidad. En los últimos ocho años se ha llevado un par de eunucos dorados con dos películas que entran a indagar en las profundidades de las relaciones de pareja, en un país tan «oficialmente» conservador como es Irán. La primera nos pilló por sorpresa, tanto que yo tuve que ver la película a posteriori en vídeo. La segunda es la que traigo aquí. Entre medio ha hecho otras cosas que tampoco están nada mal, aunque sea casi imposible mantener el nivel de forma tan constante.

Uno de los temas secundarios que acarrea la película es el demencial urbanismo de la ciudad de Teherán. Mal que afecta en muchas partes del mundo, especialmente cuando la impunidad política de las dictaduras suele acarrear la corrupción en los negocios y en las políticas públicas. Nuestro país no se ha librado de estos males tampoco. Acompaño la entrada de una de esas actuaciones que intentan remediar el caos global, como fue la reconversión de buena parte de los terrenos del hospital psiquiátrico en parque y equipamientos públicos en el barrio de las Delicias de Zaragoza.
La película que nos ocupa hoy lleva como título en la versión doblada al castellano El viajante, aludiendo a la Muerte de un viajante de Arthur Miller, historia dentro de la historia en la película. Y nos habla de un matrimonio, los Etesami, Rana (Taraneh Alidoosti) y Emad (Shahab Hosseini), que trabajan en una compañía de teatro que prepara la representación de la mencionada obra de teatro. Emad es también profesor en un instituto. Durante unas obras en el solar contiguo a su vivienda, se producen daños en la misma y se ven obligados a abandonarla por seguridad. Provisionalmente se instalan en un apartamento, cuya anterior inquilina no ha recogido sus pertenencias. Y no da trazas de aparecer. Una noche, Rana, cuando se encuentra en el baño, abrirá la puerta de la calle a quien cree que es su marido. Pero no lo es, y sufrirá una brutal agresión. A partir de ahí, el matrimonio se tambaleará.
Quizá no sorprenda tanto como la película que llevó a su primer óscar a Farhadi, pero estamos ante una impresionante puesta en escena del análisis de cómo una relación de pareja, un matrimonio culto, bien considerado, que mantiene una relación modélica, envidiable, se va a ver puesto en la picota a propósito del incidente de la agresión. Dos personas que parece que caminan por el mismo sendero, tienen reacciones diferentes, y maduran de forma muy distinta ante los hechos que se suceden. No hay artificios en la película que está hecha con medios muy sencillos. Y quizá por ello, nada es superfluo en la misma. Todos los detalles de la misma, cualquier plano, cualquier mirada, cualquier palabra tiene que ver con lo que pasa o va a pasar. La economía de medios lleva a una eficiencia narrativa de primer orden. Sobre un guion muy claro, en el que Farhadi, que también lo firma, tiene muy claro qué quiere decir. Utilizando el drama de Miller como espejo, pero llevando adelante su propia historia y sus propios valores, Farhadi nos planteará muchas preguntas, pero sólo nos dará algunas respuestas, dejando grandes interrogantes al final, que no impiden un cierre fenomenal, en el que el espectador ha de convertirse en parte activa de la película.
La película se apoya en el trabajo absolutamente ejemplar de sus intérpretes, excelente pareja protagonista en la que tras la dominante presencia del varón tenemos la contenida y matizada interpretación de Alidoosti, una actriz de singular belleza, pero que sin embargo no es el arma que utiliza ni mucho menos para llevarse al huerto al espectador, haciendo de Rana el personaje ejemplar de la historia. Sin olvidarnos de Farid Sajjadi Hosseini, intérprete clave que no entrará en acción casi hasta el tercer acto de la película y que va a cerrar el trío de personajes que componen los dilemas morales que nos plantea el filme.
Película con muchas lecturas, con muchos temas detrás de los principales que ya he mencionado. Tras ellos siempre va la situación social y política de Irán aunque no haya críticas explícitas de carácter político. Pero va por ahí la situación de la mujer, su credibilidad social, el desolador urbanismo, la situación de la educación y la cultura,… La película va de menos a más, de un costumbrismo que puede impacientar al principio, a un final sobrecogedor, que dejará muy pensativo al espectador sensible. Totalmente recomendable.
Valoración
- Dirección: ****
- Interpretación: *****
- Valoración subjetiva: ****