Lady Macbeth (2016; 202017-3004)
A pesar de lo que se pueda pensar por el título, esta película no está directamente inspirada por la cruel Lady Macbeth del drama de Shakespeare. Sí indirectamente, ya que la película es una adaptación del relato de Nikolái Leskov titulada «Lady Macbeth del oblast the Mtsensk», en la que el personaje principal estaría inspirado por la falta de escrúpulos de la noble escocesa teatral.

Unos paisajes escocesas, curiosamente en la misma capital Edimburgo, nos servirán para recrear hasta cierto punto el ambiente de algún lugar del norte de Inglaterra, que parece lo más propio para un drama así.
Dirigida por William Oldroyd, es su ópera prima como largometraje, nos cuenta por lo tanto la historia de Katherine (Florence Pugh), una joven, prácticamente una adolescente, que es casada con un hombre mucho mayor que él, Alexander (Paul Hilton), y con cuya familia, al frente de la cual está un tirano padre, Boris (Christopher Fairbank), va a vivir en un ambiente rancio. Sintiéndose olvidada e infeliz, buscará el consuelo en Sebastian (Cosmo Jarvis), uno de los caballerizos. Y ahí se liará todo.
Con una ambientación que nos recuerda a las adaptaciones de los dramones de las Brontë, en un principio la cosa nos parece prima hermana de Wuthering Heights (Cumbres borrascosas), pronto la trama nos llevará a un ambiente enfermizo de traiciones y falta de escrúpulos a la hora de resolver los problemas, con una violencia basal, a veces sólo sospechada, otras manifiesta, que afecta de un modo u otro a todos los personajes del drama. Una dura crítica al puritanismo y conservadurismo de las clases pudientes del siglo XIX. Ni que decir tiene que, como es habitual en los dramas de época ingleses, la ambientación es perfecta. Tienen mucho oficio para esto.
Todo ello apoyado en una muy buenas interpretaciones, especialmente aunque no únicamente la de la joven Pugh, que lleva a cuestas buena parte de la película. Interpretaciones sobrias, de diálogos secos y mucha intensidad en las miradas.
A pesar de su apariencia de drama de época convencional estilo Brontë, estamos ante una producción que es difícilmente clasificable por la dureza intrínseca de la historia, por la falta de escrúpulos de los que en ella actúan, por el alejamiento de cualquier sentido de la ética en las relaciones humanas, que es lo que acerca esta obra a su referente shakesperiano.
Valoración
- Dirección: ***
- Interpretación: ****
- Valoración subjetiva: ***