Ya hace un tiempo que terminé con estas series de hoy, aunque ha habido otras que me ha apetecido comentar antes conforme terminaban. Pero bueno, aquí las tenemos
Con el título en inglés de Bloodride (viaje o trayecto sangriento) llegó a Netflix esta corta serie noruega de seis episodios que rondan la media hora de duración. Cada uno de ellos es una historia autónoma, independiente de los demás, aunque están vinculadas por la siniestra introducción en la que se ve a los protagonistas de todas las historias viajar juntos en un autobús de transporte público, por la noche y con un ambiente tétrico. Todas las historias están basadas en un terror a caballo entre lo psicológico y lo moderadamente gore. Aunque no son muchos episodios, sí que hay una cierta variabilidad en su capacidad de sorprender y en la originalidad de las historias. Alguna de ellas es fácilmente previsible, otras no tanto. Dijéramos que en su conjunto es una buena idea con una ejecución que varía entre lo acertado y lo mediocre. Quizá a alguien más aficionado al género que yo se sienta más atraído por la serie.

Y vamos con una de las series que más prometía a priori de las que se han estrenado recientemente en Amazon Prime Video. Se trata de Hunters. Con aspecto un poco comiquero, que no cómico, nos habla de un grupo de judíos y simpatizantes que se convierten en «justicieros», de los que buscan la justicia por su cuenta y ajustician, de los nazis que se afincaron en Estados Unidos tras la guerra mundial. La acción se sitúa en los años 70. Es conocido que un cierto número de ciudadanos alemanes, especialmente científicos e ingenieros, fueron reubicados en EE.UU. tras la guerra, conforme se intuía el comienzo de la guerra fría, y ante la posibilidad de que ese gran caudal de conocimiento científico y técnico fuese a parar a manos de la Unión Soviética. El caso más conocido fue el de Wehrner von Braun, responsable del programa espacial de la NASA, pero que previamente había sido responsable del diseño de las V2 alemanas. Tiene un cierto papel, ficticio, en la serie. Frente a estos «justicieros», encabezados por Al Pacino, que acaba de cumplir los ochenta años, tenemos a un grupo de conspiradores nazis, tanto de origen alemán como neonazis americanos, al frente de los cuales se encuentra Lena Olin haciendo de… bueno, eso es la sorpresa final. Y cada grupo intenta desbaratar los planes del otro, mientras una agente del FBI (Jerrika Hinton), afroamericana, intenta resolver casos relacionados con esta confrontación. Mmmmm… qué queréis que os diga. El principio de la serie, bastante impactante, prometía bastante. Pero luego la acción y el guion tiene demasiados altibajos. No he acabado especialmente entusiasmado. En el caso de que hay una segunda temporada, no tengo claro que siga viéndola. No he sentido especial empatía por ningún personaje, ni especial interés por la acción.
