Una serie de catastróficas desdichas me llevaron a tener que adquirir una nueva cámara digital, de tamaño contenido, adecuada para viajar ligero por el mundo, especialmente en estos pandémicos tiempos. Tras probarla paseando por Zaragoza, o en los interiores del recientemente reabierto Museo de Zaragoza, me la llevé de viaje a Andalucía y… todo bien. Dentro de lo previsto. Que dure muchos años.
Más detalles en A rey «muerto», rey puesto – renovación tras el desastre de Aveiro.