El viernes pasado recibí una curiosa propuesta para ir al cine. Uno de los «estrenos» de la semana es la versión digitalizada en 4K de un clásico de la animación japonesa, basado en una historieta de éxito, Akira, también un clásico de ese medio. Acepté… por dos motivos. Me gusta la animación, aunque el cyberpunk no sea mi género preferido (habitualmente), y era una oportunidad de reencontrarme con alguna persona de la que la epidemia en curso me ha mantenido alejado. Así que allí nos presentamos en la sala, con el fin de visualizar la versión original de la película dirigida hace 30 años largos por Katsuhiro Ōtomo.
La historia transcurre en un futuro distópico postapocalíptico, en el año 2019 (futuro respecto a su época… es curioso, el mismo año en el que transcurre la acción de la Blade Runner original). Tokio fue destruido en una catástrofe, por una «singularidad». Sobre sus ruinas se reconstruyó Neo-Tokio, donde reina la corrupción política, las mafias, las bandas callejeras,… y donde encontramos a dos pandilleros moteros, Kaneda y Tetsuo, en rivalidad con otras bandas. En una confrontación con una de ellas Tetsuo sufre un «accidente» que hace que se convierta en objeto de interés para el gobierno. Y empiece una transformación en algo que recuerda al origen de la catástrofe que destruyó la ciudad en el pasado.
Con estas películas japonesas de cierta época, en los años 80 y en los 90 del siglo XX, me pasa una cosa. Los temas que tratan no siempre me atraen. No por los temas en sí mismos, sino por los caldos mentales que se montan los japoneses, arrastrando siempre sus complejos derivados de los bombardeos nucleares de 1945 y otras catástrofes, que los llevan a un tratamiento que no siempre me apetece seguir. Pero indudablemente son películas de animación de alto nivel conceptual en lo que se refiere al diseño de producción, a la presentación visual, al notable expresionismo de sus propuestas. Y eso me gusta mucho.
La película se me hace un poco larga. En un momento dado, tengo la sensación de que da vueltas sobre sí misma, sin más fin que reiterar secuencias más o menos espectaculares, en un adelanto de lo que se ha convertido el cine de acción en la actualidad. Pero no se puede negar que está bien dirigida y que tiene calidad. Cualquier aficionado al género disfrutará con ella sin duda.
Valoración
- Dirección: ****
- Interpretación: ****
- Valoración subjetiva: ***
Están aprovechando para reestrenar un montón de clásicos en los cines y, al menos yo, disfrutándolo.