[TV] Cosas de series; traiciones, espías y falsos documentales

Televisión

Creo que ya lo he dicho en alguna ocasión… o al menos lo he insinuado. Mi perspectiva y afición a la ficción televisiva está en crisis. Es cierto que mis placeres «inconfesables» de los fines de semana, los dramas coreanos, son un valor fijo que me permite descansar la mente gracias a su intrascendencia, siendo al mismo tiempo entretenidos. Y de vez en cuando aparece alguna joya inesperada entre ellos, que conste. Y es cierto que la animación nipona me permite matar tiempos muertos, cuando apenas tengo 20 o 30 minutos para ver algo porque tengo otras cosas que hacer. Pero en lo que se refiere a otro tipo de series… de esas que hacían que se hablase de «la edad de oro» de las series de televisión… No estoy muy motivado. Llevo ya un tiempo pensando en darme de baja de Netflix, pero no por su errática política de precios y cancelaciones, sino porque su catálogo cada vez me parece más confuso y menos interesante. En fin. Traigo hoy un par de series británicas y una alemana. Esta última me gustó mucho, me pareció muy divertida. Así que empecemos por las británicas.

Treason es el típico drama británico de espías con un reparto solvente. Un alto cargo de los servicios de inteligencia (Charlie Cox), se ve comprometido por unas filtraciones de sus actividades con una agente rusa (Olga Kurylenko), que le pone un brete al mismo tiempo que siente la necesidad de colaborar con ella pensando en el pasado y en el futuro. Y en medio está la esposa (Oona Chaplin), que lo enreda más por su amistad con una agente de la CIA (Tracy Ifeachor) con pocos escrúpulos. Y por el medio, algún capitoste del espionaje (Ciarán Hinds) que no sabemos si va o viene. A favor, el solvente reparto. En contra, no es especialmente original, en ocasiones un poco rebuscada, y sus personajes no generan la suficiente empatía para que nos importe lo que les pasa. Está en Netflix… son sólo cinco episodios, pero no es ni recomendable, ni horrible. Allá cada cual.

Cunk on Earth es un falso documental. Colaboración entre la BBC y Netflix, tiene como «presentadora» a Philomena Cunk, personaje encarnado por Diane Morgan, que ya tiene un recorrido en series previas similares. En cinco episodios de casi una hora de duración hacen una historia de la humanidad y las civilizaciones, que parece real, pero que es interpretada de forma absurda por Philomena, que además entrevista a auténticos expertos en historia de las civilizaciones, pero haciéndoles preguntas absurdas y anacrónicas. Siempre he dicho que me llevo relativamente con eso que se llama el humor británico… pero en esta ocasión me costó entrar. Al final encontré alguna cosa graciosa, pero si la vi entera es por su corta duración. Está muy bien valorada, pero a mí me dejó un tanto frío. Y la presuntamente graciosa inexpresividad del personaje principal… no me llegó. Como la anterior, desde mi punto de vista, ni recomendable, ni horrible. Allá cada cual.

Y con la serie con la que he disfrutado mucho es con Kleo, otra de espías. Kleo (Jella Haase) es una asesina de la Stasi de la RDA, nieta de un capitoste del aparato militar-policial, que tras apiolar a un objetivo en un club nocturno del Berlín Occidental, es detenida, acusada de traición y encarcelada, estando embarazada de un bebé que perderá, así como la capacidad para tener hijos en un futuro. Mientras, un policía poco brillante del Berlín Occidental (Dimitrij Schaad) se percata de que hay algo raro en el asesinato del club nocturno, querrá investigar, pero sin que nadie le haga caso. Cuando tres años más tarde cae el muro de Berlín, en el intervalo hasta que la reunificación alemana se produce, con la amnistía de los presos políticos que pone a Kleo en la calle, esta comenzará una desenfrenada carrera para descubrir los motivos de su caída en desgracia, aliándose contra todo pronóstico con el poco brillante policía, y buscando una venganza de la que nadie puede afirmar que escapará… porque nadie es lo que parece. Nadie. Crítica lucida sobre unos tiempos, unas políticas, unos regímenes políticos y unas instituciones, cargada de humor, en muchas ocasiones humor negro, con un reparto alemán en estado de gracia, y con una mezcla de mala leche mezclada con el profundo cariño que la serie muestra hacia su trastornada protagonista. Muy recomendable.