[Cine] Sidonie au Japon (2023)

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Sidonie au Japon (2023; 47/20240918)

Bajón tremendo en el interés de la cartelera de cine, cuando en septiembre uno esperaría que se fuese recuperando poco a poco del sopor veraniego. Y bajón todavía más acusado si tenemos en cuenta que la oferta en versión original ha sido la más escasa de lo que llevamos de año, si no recuerdo mal. Prácticamente nos habíamos hecho a la idea de que no íbamos a acudir a las salas de cine. Incluso había empezado a revisar los estrenos directos en plataforma en línea, por si podía encontrar algún sustituto digno allí. Sin muchas esperanzas por los antecedentes más recientes. Y en esto estábamos cuando alguien nos propuso una sesión restringida esta película francesa dirigida por Élise Girard y protagonizada por Isabelle Huppert. Eso sí… sólo apta para personas que comprendan el francés hablado, puesto que sólo había subtítulos para los diálogos en japonés que se producen en la película. La película está disponible para cualquier espectador en Zaragoza exclusivamente en versión doblada. La cual, tras ver la película, no tiene sentido. Salvo que el francés hablado sea jerga coloquial muy extrema, lo comprendo bastante bien. Así que me apunté a esta sesión especial y restringida.

La película nos narra el viaje de Sidonie (Huppert) a Japón para promocionar la reedición de su primer y exitoso libro, que publicó originalmente muchos años atrás. En su periplo japonés va acompañada por Kenzo (Tsuyoshi Ihara), su editor en japonés. Sus primeros días en el País del Sol Naciente están llenos de equívocos y situaciones de choque cultural. Pero cuando por fin se va acostumbrando, algo alterará profundamente su viaje. Se le empieza a aparecer el fantasma de su marido, Antoine (August Diehl), fallecido años atrás en un accidente de tráfico del que ella es superviviente, con sentido de culpa, por lo que dejó de escribir. Kenzo le dirá que es normal. Que Japón es el país de los fantasmas, y que si sigue con ella es porque tienen asuntos pendientes que resolver. Al mismo tiempo, la fría relación inicial con Kenzo, un hombre que arrastra cierta desilusión y cinismo en su vida, irá cambiando y haciéndose más cálida.

He de confesar que los primeros compases de este corto largometraje, sólo 95 minutos, de sencilla factura formal, no me convencieron mucho. Daba la sensación de que Girard y Huppert estaban jugando a un Lost in translation con toques de Nouvelle vague. Pero después de tres viajes a Japón, hay ciertos equívocos culturales y ciertas actitudes de los japoneses que atienden al viajero, generalmente en los servicios hosteleros, que ya no me creo. La mayor parte de los profesionales japoneses ya se han hecho hace tiempo a los visitantes extranjeros, y hay poquitos problemas de equívocos y malos entendidos, especialmente si ambas partes pone su granito de confianza y amabilidad entre sí. Y este es el ambiente en el que se mueve Sidonie. Aterriza en Kansai, con destino a Kioto, inicialmente, y de ahí nos lleva de paseo por Nara y otras localizaciones características, hasta acabar el periplo en Tokio. Pero poco a poco la película va entrando en materia. Especialmente conforme la presencia del fantasma de Antoine se va haciendo más manifiesta y comienzan las interacciones con Sidonie. En ese momento, la película coge profundidad. Y además, el humor que busca sazonar desde el principio la película, pero que en sus compases iniciales no me convence por los motivos que he dicho, de repente, en situaciones más personales, más íntimas, se hace más auténtico. Y gusta. Por lo menos a mí. A lo que hay que añadir que Huppert, una actriz por la que siento un enooooorme respeto e incluso admiración, tiene profesión y experiencia de sobras para sostener prácticamente cualquier situación cinematográfica.

No conocía el trabajo previo de Girard. No voy a decir que sus planteamientos me convenzan del todo. Pero el minimalismo y economía de medios, el realismo fantástico en el que se sumerge la historia, la intimidad de las cosas importantes que cuenta y la presencia de Huppert hacen que valore positivamente la película, que me dejó muy buen sabor de boca y que además ha crecido en el recuerdo. La pena… eso. Que no esté disponible para todo el mundo en versión original. Porque si ya soy nulo partidario del doblaje en general, cuando hay choque intercultural e idiomático en una película, me parece fundamental.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: ***

[Cine] A Hidden Life (2019)

Cine

A Hidden Life (2019; 11/20200209)

Hacía años que no teníamos una película del inclasificable Terrence Malick, aunque hace unos años se dio prisa por rodar dos películas en relativa rápida sucesión. Pero habitualmente se lo piensa entre película y película. Nunca tanto como entre Days of Heaven y The Thin Red Line. Pero bueno… Sus últimas apuestas en 2012 y 2011 fueron realmente crípticas y muy incomprendidas por muchos. En algún momento… por mí mismo.

El lugar de origen de los protagonistas de esta historia no está muy lejos de la católica Salzburgo, gobernada hasta principios del siglo XIX por príncipes arzobispos.

En esta ocasión, contamos con una línea argumental mucho más convencional, pero inserta en su personal forma de entender el cine. Nos habla de la historia real del campesino austriaco Franz Jägerstätter (August Diehl) y su esposa Fani (Valerie Pachner). Franz era un hombre ya en sus treinta y tantos cuando empezó la Segunda guerra mundial. Estaba y casado y tenía tres niñas. En diversas ocasiones fue llamado a ejercicios de instrucción militar. Pero cuando fue llamado a filas, recordemos que en ese momento Austria formaba parte del reich alemán, se negó a prestar el obligatorio juramento de lealtad a Adolf Hitler. Fue hecho preso, fue llevado ante un tribunal militar (última aparición en la gran pantalla del gran Bruno Ganz) y fue guillotinado en Berlín en 1943.

No voy a entrar demasiado en los aspectos ideologicos. Se ha dicho que Jägerstätter adoptó esta posición por su profunda religiosidad católica. Pero también da la sensación, tal y como se puede leer en algunos textos, que tenía profundos sentimientos nacionalistas austriacos, no simpatizaba con Hitler y el partido nazi en absoluto, y esto tuvo también su influencia. La iglesia católica del momento no le apoyó, aunque recientemente fue beatificado. Pero esto no significa nada. La iglesia católica beatifica con la misma facilidad a antifascistas que a profascistas. Y tiene poca consideración con los mártires antifascistas cuando estos no son católicos, y beatifica en ocasiones a fascistas católicos. Lo que es cierto es que la tesis fundamental de Malick, donde se recrea en abundancia, es en la idílica vida, sencilla y familiar, de los campesinos austriacos en los Alpes, como paraíso ante la locura politicobélica en la que se sume Europa en esos momentos. Cierto es que para la familia del represaliado, la vida no fue fácil cuando este es apresado. Ni siquiera después de la guerra. No tan paradisiacos los conservadores pueblecitos alpinos.

La película no obstante tiene un rodaje magistral y unas interpretaciones conmovedoras. Que mezclan el inglés y el alemán de formas, aparentemente arbitrarias, todos los personajes y actores son germanoparlantes, aunque menos arbitraria conforme vas comprobando en qué ocasiones se usa uno u otro idioma. Y eso sí… la película dura casi tres horas para una historia que se puede contar en la mitad de tiempo. Pero Malick se recrea en sensaciones visuales y auditivas, y aquí, esto es marca de la casa, o lo compras o lo dejas. Yo en esta ocasión, lo compró. En otras, no.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****