[TV] Cosas de series; viajando por libre por la geografía de Japón

Televisión

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. El pueblo de construcciones tradicional de Shirakawago, patrimonio de la humanidad según la Unesco, en blanco y negro.

Suelo dividir mis vacaciones anuales en dos periodos, de dos y tres semanas cada uno, en mayo y a principios de octubre, aunque la duración de los mismos en cada momento depende del destino que hayamos elegido para viajar. En este 2025, cogí tres semanas en mayo, con el fin de viajar a China, pero, como ya conté, surgieron problemas y acabe viajando a Sicilia. La cuestión es que eso nos descolocó de cara a los planes de octubre, y andamos deshojando la margarita. Porque no queríamos dejar de tener un viaje a Asia, aunque de momento no recuperamos el plan previsto para China, que estaba muy asociado a los tiempos de luz diurna de la primavera, notablemente más amplios que los del otoño. Tampoco tengo claro si viajaremos juntas varias personas, o si al final me iré yo por libre. Si me voy por libre, no me importaría ir unos días a algún punto de Asia, pero a un destino fácil de organizar. Y Japón es una posibilidad, aunque no tenía previsto volver tan pronto. Al fin y al cabo, estuvimos en mayo de 2024, las fotografías que ilustran esta entrada son de ese viaje.

La cuestión es que de cara a organizar algo sencillo, de siete u ocho días efectivos de viaje, sin contar los desplazamientos, hubo una serie en el segundo trimestre del año que puede servir de guía de lugares interesantes, pero menos conocidos, menos habituales de los circuitos turísticos habituales, aunque no menos interesantes. Que es lo que en un momento dado, si no es este año será otro, querría volver a hacer. Porque ya el año pasado fue en parte el estilo de viaje. Salirnos de las rutas más trilladas, sin renunciar a visitar lugares interesantes por su belleza o interés cultural, sin los agobios de las muchedumbres de turistas que van todos a los mismos sitios y a las mismas horas. La serie fue una serie de animación, Zatsu tabi [ざつ旅, viaje improvisado], que en inglés se ha denominado con una mezcla del original japonés y una expresión inglesa que no es la traducción literal de ese original; Zatsu tabi – That’s journey (eso es viaje).

La serie nos habla de Chika Suzugamori, estudiante universitaria de bellas artes, que está iniciándose en el mundo profesional del manga. Pero no consigue dar con el tono de sus obras, que son apreciadas por su potencial editora, pero que no acaban de dar el salto a lo publicable. Habiendo conseguido un dinero, decide intentar inspirarse viajando por Japón. Inicialmente, sola. Pequeños viajes de dos, tres o cuatro días, usando los transportes públicos. El destino, a partir de las indicaciones que recibe a través de pequeñas encuestas en redes sociales. Lo que empieza como viajes en solitario se transforma cuando va aceptando la compañía de su círculo de amistades; una joven estudiante más joven que ella, una mangaka ya consagrada, una buena amiga de su edad,… Con estos viajes ira adquiriendo experiencias y, sobre todo, empezará a compartir sus inquietudes con otras personas, y a escuchar las de estas. Eso le irá dando las claves para desarrollarse como persona y como artista. Al cabo, no es más que una joven de 18 o 19 años, con mucha vida por delante.

La serie no es nada especial. Pero a la vez tiene bastante encanto. Especialmente porque los personajes han sido pensados y diseñados para que resulten chicas y mujeres simpáticas para cualquiera. Tiene buen rollo, y buenas intenciones, y en general consigue entretener sin complicarse la vida y sin complicársela a los espectadores. Es recomendable como entretenimiento ligero, gracias a sus episodios de poco más de 20 minutos que podemos encajar en cualquier momento tonto, mientras cenas, mientras esperas a alguien,… no exigen una gran concentración para introducirse en la acción.

Pero claro, ahora he decidido hacer un listado de los lugares que visita Chika sola o con sus amigas. Porque puede resultar una guía relativamente interesante para visitar en un futuro. Especialmente, porque en su mayor parte se trata de lugares a los que uno se puede desplazar en transporte público, tren o autobús, en alguna ocasión cogiendo un barco. Hasta ahora no he encontrado ningún lugar en internet donde se listen y describan todos los destinos. Y los intentos que he hecho de que algún motor de los llamados de inteligencia artificial me haga el listado han fracasado. Ninguno consigue listar todos los destinos, aunque algunos se acerca bastante, con ocho o nueve de los lugares visitados. Tendré que volver a hacer una revisión de los episodios y construirme mi propia tabla, con indicaciones de cómo acceder. Quizá alguno de esos lugares acabe formando parte de mis vacaciones en octubre. O igual acabamos en otro país distinto. Quién sabe.

[Cine] Inside Out – Del revés (2015)

Cine

Inside Out – Del revés (2015): vista el 20 de julio de 2015 (VOSE) y el 22 de julio de 2015 (doblada).

Si. La he visto dos veces. Mi primera intención es verla siempre en versión original. Más cuando ya la traducción del título indica que el sociópata traductor del títulos, que merecería ser juzgado por delitos de lesa humanidad, actúa de nuevo. Y probablemente con la versión original me hubiera conformado si no fuera porque inmediatamente al salir del cine me surgió una idea y una duda que sólo podía resolver de una forma. Yendo a ver de nuevo la película con mi sobrino Diego de seis años. Y ver su reacción. Porque cuando vi por primera vez la película firmada por Pete Docter y Ronaldo Del Carmen me sorprendió la complejidad de algunos de los conceptos que se manejaban. Complejos incluso para algunos/muchos adultos… Más adelante hablaré sobre mi sobrino Diego y ciertas películas de animación. Vayamos con el argumento…

Esto trata de una niña de 11 años que con sus padres se muda a otro lugar, viéndose obligada a dejar su hogar, su colegio, sus amigos, sus aficiones,… y que se llama Chihiro. Uy, perdón… se llama Riley. Sí, bueno. Aquí viene mi primera sorpresa. El planteamiento de base de la película recuerda muchísimo a una de las mejores películas de animación que he visto yo en mi vida, y que no fue otra que El viaje de Chihiro (千と千尋の神隠し), una película del Studio Ghibli, dirigida por el maestro Hayao Miyazaki, que se llevó el óscar a la mejor película de animación en 2002, en la segunda edición de estos premios en los que figuraba esta categoría.

La entrada de hoy va de una nueva película de animación americana, pero estoy aprovechando también para recordar la excelente "El viaje de Chihito" por lo que nos pasearemos por los santuarios shintoistas de Kioto.

La entrada de hoy va de una nueva película de animación americana, pero estoy aprovechando también para recordar la excelente «El viaje de Chihito» por lo que nos pasearemos por los santuarios shintoistas de Kioto.

Volvamos al tema de mi sobrino Diego. En su momento, Diego fue la excusa para reunir en mi casa una pequeña colección de películas de animación. Para «cuando el peque venga a casa». Excusas digo, porque a mí me encanta el cine de animación. Y puesto que en su propia casa y otras parentelas era más que probable que reinase el oligopolio de la animación norteamericana, especialmente Disney y sus filiales como la mucho más interesante Pixar, yo opté por el Studio Ghibli y precursoras. Así que en mi casa ha tenido la oportunidad de conocer a Ponyo, Arriety, Mononoque, Nausícaa… y por supuesto, Chihiro. El viaje de Chihiro me parece una película maravillosa, con una riqueza visual y conceptual impresionante, y con un personaje infantil femenino que debería ser una referencia obligada para el género. El proceso de maduración de una niña de once años que sufre sus primeros cambios importantes en su vida, y ese proceso se muestra con una magnífica metáfora sobre su aventura en un mundo onírico y de fantasía, emparentado con el panteón de ocho millones de dioses del Shinto japonés. Y donde el valor personal y la autodeterminación como persona son las claves para el paso adelante de la joven Chihiro. Entra en el mundo onírico y de fantasía como una niña, y sale ya como la persona adulta incipiente en que se convertirá.

Si la película de Pixar basa su fantasía en temas y referentes fundamentalmente occidentales, la del Studio Ghibli se apropia con habilidad de los mitos del shinto nipón.

Si la película de Pixar basa su fantasía en temas y referentes fundamentalmente occidentales, la del Studio Ghibli se apropia con habilidad de los mitos del shinto nipón.

Si uno está al tanto de la literatura infantil, no hace falta mucho esfuerzo para emparentarla conceptualmente con la Alicia de Carrol o el Pinocchio de Collodi, por mencionar a los más populares, pero ya digo que impregnada de las tradiciones y los mitos nipones.

Y nuestra Riley es una más que digna sucesora de Chihiro. Nuevamente estamos ante una situación de cambio. Una situación de pérdida. Una situación de duelo. A través de las cinco emociones que nos proponen los creadores de la película de Pixar, vamos a atravesar las cinco etapas del duelo. O al menos cuatro de ellas. Con el Miedo/Fear nos plantearemos la fase de negación, con la Ira/Anger el enfado con el mundo, con la encantadora Tristeza/Sadness la depresión, y con la pizpireta Alegría/Joy llegaremos a la aceptación, a la reconstrucción de la personalidad y el avance hacia nuevas etapas del crecimiento y la maduración. Desde mi punto de vista se saltan una etapa, entre la depresión y la aceptación, que es la negociación, en la que interviene la parte racional de la persona. Una racionalidad, que aunque pocas veces nos gobierna, está ahí, y también en los niños, más si ya han llegado a los once años. No aparece la racionalidad en el fantástico mundo de la psicología humana que nos muestra la pelicula. Está la imaginación, los sueños, el pensamiento abstracto (absolutamente magistral la secuencia en el mundo del pensamiento abstracto; sólo ella justifica ver dos veces o las que sea la película), el subconsciente, la evocación de recuerdo, el olvido,… Pero me falta la razón.

Todo ello aderezado con la creación de un maravilloso mundo de fantasía y color, también digno pariente de los mundos oníricos y fantásticos de Alicia, Pinocchio o Chichiro. Pero en esta ocasión tamizado o adaptado a la cultura, las tradiciones y los hitos vitales de la sociedad norteamericana y los relativamente conservadores valores de la misma.

Ocho millones de dioses, espíritus, diablos, animales sagrados,... o lo que es lo mismo, una infinidad de seres propios de la fantasía  y el mito pueblan las tradiciones japonesas.

Ocho millones de dioses, espíritus, diablos, animales sagrados,… o lo que es lo mismo, una infinidad de seres propios de la fantasía y el mito pueblan las tradiciones japonesas.

Me sorprendió en su momento que mi sobrino Diego, cuando vio por primera vez El viaje de Chihiro con cuatro años, le gustase muchísimo, y durante un tiempo me la pidiese cada vez que venía a casa. A mi me parecía una película muy compleja, y siempre me pregunté qué podía entender y qué no. Pero le gustaba mucho. Tenía curiosidad por su reacción ante el viaje de Riley. Como habéis podido ver, los conceptos que se manejan son complejos, por mucho que se enmascaren en el mundo de la animación. La conclusión es que hay que confiar en los niños, en su capacidad de asimilación y de comprensión. Evidentemente, lo que el entiende de la película no tiene que ver con lo que entiendo yo. Pero comprende más que suficiente, nos lo demostró. Estuvo atento en todo momento, como todo el cine, y los comentarios posteriores mostraron perfectamente que había entendido a sus seis años mucho y bien.

La versión original tiene algunos extras añadidos. Podemos escuchar las voces de Diane Lane, de Kyle MacLachlan, de Frank Oz o de Amy Poehler, entre otros… En la traducción, además, siempre hay errores que algunas veces se notan más y otras menos. Cierto que la traducción en subtítulos de la versión original también tiene alguna metedura de gamba que otra.

La película es altamente recomendable para todos los públicos. A mí me ha encantado por muchos motivos. Por los técnicos, por el dinámico guion, por el disfrute visual, por la banda sonora, por la empatía de los personajes. Una de las cuestiones que más me ha gustado es que en un mundo donde se nos bombardea constantemente con el mensaje de que hay que sonreír aunque no tengas ganas, donde tienes que aparentar constantemente felicidad, donde estas hasta las narices de las frases hechas de pensamiento positivo que plagan las redes sociales, haya otras emociones útiles. Uno de los mensajes que se nos transmite es que también tenemos derecho a estar airados cuando asistimos a una injusticia, a tener miedo de lo que nos hace daño o amenaza a quienes queremos, y a estar tristes ante las perdidas que inevitablemente vamos a sufrir. Ya vale de estúpido pensamiento positivo fuera de tiesto. Es hora de que maduremos un poco y aceptemos nuestras emociones, sin que por ello nos dejemos dominar patológicamente por ellas. Ya he dicho que he echado en falta la presencia de la razón en el filme.

Todo ello se refleja en la riqueza visual de la película. La película estadounidense tiene que acudir a otros referentes, muchos de ellos populares por la televisión y el cine de ese país.

Todo ello se refleja en la riqueza visual de la película. La película estadounidense tiene que acudir a otros referentes, muchos de ellos populares por la televisión y el cine de ese país.

Cualquier adulto debería ir a verla sin complejos aunque no acompañe a ningún pequeño. Hay sustancia para aprovechar para todos. Pero también diré algo… Si me dan a elegir… Mejor dicho, si me obligasen a elegir,… yo me quedaría con Chihiro. Ella llegó antes. Llegó de otra cultura mucho más distinta. Llegó con valores muy interesantes y más osados que los procedentes del moderado conservadurismo de Pixar. Y frente al control que sobre la personalidad de Riley tienen las emociones, Chihiro aprende a tener valor, a afrontar los problemas, a ser mucho más proactiva, a salvarse a sí misma y a sus padres. Me gustan más las heroínas de Ghibli que de Disney/Pixar. Pero demos tiempo a Riley… porque han dejado convenientemente abierto el camino a una segunda parte a través de ese misterioso dispositivo que aparece en la mesa de control de la personalidad de Riley denominado «pubertad».

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: *****

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El Studio Ghibli siempre ha apostado por los personajes femeninos fuertes, liberándolos del papel secundario que la sociedad nipona destina a las mujeres, pero manteniendo sus raíces y tradiciones.