West Side Story (2021; 78/20211224)
Si os he de ser sincero, que Steven Spielberg se hubiera embarcado en la adaptación de un clásico del musical como es West Side Story, no me hacía una especial ilusión. Spielberg ya ha realizado algún nueva versión de alguna obra previa, o había dado su visión particular de algún universo literario, y en ninguno de los dos casos me entusiasmó. De hecho, se encuentran entre las películas que menos me gustan del prestigioso director. Y luego está el hecho de que la primera versión que se llevó al cine ya fue un gran logro. Quizá para el público, lo que más se recuerde sea el glamour de sus estrellas. Bueno… el glamour de Natalie Wood en concreto, en la romántica historia que por sí ya es también una versión o actualización de un clásico como es la tragedia Romeo y Julieta de Shakespeare. Pero es una película que tiene muchas más virtudes en su dirección, fotografía, coreografía, diseño de producción,… todo aquello que hace grande al cine. Mucho a cuestas para que no entusiasmase que de repente el director, aparentemente falto de ideas, tire de la realización de nuevas versión, algo que desgraciadamente sucede con excesiva frecuencia en el Hollywood actual.

Por otro lado… el musical no es un clásico por nada. La música de Leonard Bernstein, las letras de Stephen Sondheim… son de lo mejor del género. Y los problemas derivados de la inmigración, la pobreza, las desigualdades basadas en etnias y otros factores en el mundo, y especialmente en los Estados Unidos… no han dejado de estar de moda. Aunque hace tiempo que hay quejas de las minorías étnicas sobre el hecho de que la única visión de sus problemas que llega a los medios y a la creación artística parece ser la de los blancos. No entraré en ese tema. Me centraré en los aspectos relacionados con la calidad cinematográfica. Sobre el argumento… para quienes no lo sepan… en el lado oeste de Manhattan respecto a Broadway conviven malamente los inmigrantes puertorriqueños con los restos de gente de origen europeo que han prosperado poco. Y los adolescentes se enfrentan en bandas callejeras entre sí. Hasta que un día, Tony (Ansel Elgort), uno de los líderes blancos [trasunto de Romeo Montesco, del partido gibelino en Verona], se enamora de Maria (Rachel Zegler), hermana de uno de los líderes puertorriqueños [trasunto de Julieta Capuleto, del partido güelfo en la bella ciudad italiana]. Pero eso no va a impedir que sigan los trágicos enfrentamientos entre las bandas. Todo… con muchas canciones.
Después de ver la película, mi impresión es que Spielberg, que debe estar forrado, tiene la capacidad para filmar lo que quiera, es decir, de conseguir el dinero para ello, y le apetecía demostrar al mundo entero su capacidad para filmar con solvencia e innovación este película, siendo fiel al musical original, y con las justas referencias a la buena adaptación de 1961. Es decir, nos encontramos ante un alarde. Un alarde de considerable empaque. Y en el aspecto artístico sale perfectamente adelante y con buenísima nota. La película es muy muy muy notable, bordeando la excelencia. A pesar del escepticismo con el que la afrontábamos a primeras horas de la tarde de nochebuena, poco a poco nos dejamos llevar por lo que pasaba ante nos ojos, sumergiéndonos progresivamente en un espectáculo excelente.
Pocas caras muy conocidas entre el reparto. Con la simpática presencia de Rita Moreno en el reparto, quien hizo de Anita (hoy en día Ariana DeBose) en la versión de 1961, ya octogenaria, pero en muy buena forma, y con unas intervenciones de gran nivel, y algún otro secundario veterano, estamos ante un reparto joven y poco conocido, escogido entre artistas que cantan y bailan con solvencia, e incluso con gran calidad. Un punto a favor de la versión de 2021 sobre la de 1961, en la que el reparto hacía playback sobre las voces de cantantes profesionales. Y aunque pocos número se han grabado en directo en la grabación, son playback sobre sus propias voces, alguno sí… lo cual es meritorio. Sin dudar de que los ingenieros de sonido habrán puesto de su parte para que todo quede perfecto al final. Muy bien para el reparto.
En la parte musical, no vamos a descubrir la calidad de la música de Bernstein y las letras de Sondheim, como ya hemos mencionado, pero hay que destacar las excelentes coreografías que se nos ofrecen, innovadoras con respecto a las de 1961, aunque con recuerdos y detalles extraídos de las mismas, para establecer un buen diálogo entre las dos obras. Y qué decir de la maravillosa fotografía de Janusz Kaminski, un clásico en los trabajos de Spielberg, que firma una de las iluminaciones para interesantes de su carrera, que demuestra la maestría de este director de fotografía.
Vamos… que nos gustó mucho. En una enorme y fría sala de cine, casi vacía, puesto que no creo que llegáramos a diez personas las que estábamos en esa sesión en versión original subtitulada. Y no es simplemente que fuera el día de nochebuena. O que fuera versión original. Es que la película se ha estrellado en la taquilla en sus primeras semanas de proyección en todo el mundo de forma estrepitosa. A pesar de la entusiasta opinión de la crítica cinematográfica, que la ha ensalzado notablemente. Pero a la gente parece que ya no le interesa este tipo de cine. Salvo que el boca a boca la recupere, Spielberg y sus financiadores las van a pasar canutas para recuperar la inversión. Porque no es una película barata… En fin, una pena. Como digo, una muy buena película. No una versión de la película de 1961, aunque le preste varios homenajes, sino una nueva versión, muy fiel, al musical original de Broadway. A mí me mereció mucho la pena las dos horas y media de proyección. Es lo que hay.
Valoración
- Dirección: *****
- Interpretación: ****
- Valoración subjetiva: ****