[Cine – sesión doble] Babylon (2022) – Singin’ in the rain (1952)

Cine

Babylon (2022; 08/20230123)

Singin’ in the rain (1952; 12/20230202)

Ya hace dos semanas que nos vimos la última película de Damien Chazelle. Teníamos muchas ganas de ver la nueva película del director que tan buen sabor de boca dejó con su nominadísima película a los Oscar. Y eso que los comentarios, las críticas y, por lo que leíamos, la recepción del público en Estados Unidos habían sido bastante más tibios. Pero justo cuando la vimos, nos enteramos de que en unos días llegaba el reestreno en la gran pantalla de la que puede que sea la película musical más famosa de la historia del cine, dirigida por Stanley Donen, con la codirección para los números musicales y las coreografías del protagonista de la película, Gene Kelly. Inmediatamente sentí la necesidad de comentar las dos películas a un tiempo. Porque si lo miras bien, no es que la película de Chazelle esté inspirada por la comedia musical de Donen y Kelly. Es que es la versión borde, descarnada y en forma de tragicomedia de aquella película.

No he visitado Los Ángeles aún… así que nos iremos a otra de las «Babilonias» norteamericanas, la del Times Square y Broadway de New York.

Ambas nos trasladan al Hollywood de finales de los años 20 del siglo XX, en la transición del cine mudo al cine sonoro, cuando se está gestando el sistema de los todopoderosos magnates al frente de los todopoderosos estudios de producción en el famoso barrio de Los Ángeles. Pero mientras que la versión de los conservadores y «limpios» años 50 del siglo XX es amable, con los brillantes colores del Technicolor, con gente maja, incluido el productor (Millard Mitchell), y a excepción de la bruja de voz de pito que es la «estrella consagrada» (Jean Hagen), en la visión de Chazelle Hollywood es la Babilonia bíblica, paradigma de la corrupción, los vicios y la depravación. Y donde no sobrevive el más apto, sino el que menos escrúpulos tiene. Una visión dura, desagradable en no pocas ocasiones, a pesar de que visualmente sea, diferente, pero tan brillante e interesante como lo fue en su momento el cantando bajo la lluvia de Kelly. ¿Todo limpio en la película de Donen y Kelly? Bueno,… quizá hoy, en tiempos del #metoo, tal vez no se vierade la misma forma y con tanto romance la relación de un todopoderoso galán cuarentón con una candidata a actriz (Debbie Reynolds) que apenas ha cumplido los veinte.

Ambas películas son brillantes en su realización, pero no necesariamente comparables. Estamos hablando de 70 años de diferencia entre ambas, con lo que eso significa de progreso técnico y de cambios en la concepción del rodaje de coreografías y grandes escenas. Poco tiene que ver a nivel formal el delirio bacanal del principio de la película de Chazelle con el prolongado número musical para lucimiento de las cualidades artísticas de Gene Kelly, en compañía de la siempre guapa y elegante Cyd Charisse. Reynolds cantaba… pero no era de acompañar en la danza a Kelly al nivel que este buscaba, por lo que metieron a Charisse con calzador en la película para mayor gloria del protagonista. Pero como muchos teóricos de la historia del arte han afirmado, el valor de la obra de arte hay que situarlo en el hic et nunc de la obra; el aquí y ahora, el lugar y el tiempo en el que se realizó. Y por ello, no es de extrañar que el musical del 52 sea considerado por muchos como una obra maestra.

En cuanto a la película de Chazelle, he de reconocer que crece en el recuerdo. La recepción habrá sido más fría que para La la land, y es comprensible porque, aunque trata algunos temas relacionados, es una película muy distinta. Esta película actual es amarga, trágica, esperanzadora en cuanto a la supervivencia del cine como séptimo arte, pero devastadora con frecuencia en sus efectos para las gentes que han trabajado en él. Empujada por unos intérpretes en estado de gracia absoluta, y me sumaré a la corriente de opinión de que Margot Robbie está suprema, esta mujer va a más cada película que hace, con una banda sonora tan fenomenal como lo son las de Chazelle, con un diseño de producción casi perfecto, no alcanza el grado de obra maestra, pero es una película absolutamente recomendable, incluso cuando se vuelve deliberadamente desagradable.

En Zaragoza, el clásico del año 1952 solo ha durado una semana en cartelera, por lo que es imposible ver la sesión doble en estos momentos. Siempre, a poder ser, en versión original. Pero recomiendo que si uno va a ver Babylon, que busca la forma de ver, o volver a ver para los más veteranos, Singin’ in the rain. La experiencia es mucho más rica. Y por supuesto, ambas son recomendables. Especialmente si uno se declara como amante del séptimo arte. Y siempre me hace mucha gracia que les de por traducir al castellano en los subtítulos, Cosme, el nombre en inglés, Cosmo, del cómico por excelencia que es Donald O’Connor. Y la traducción es correcta. Pero al personaje de Kelly, Don, no lo traducen como Donaldo, o al de Reynolds, Kathy, no lo traducen como Cata o Catalina.

Valoración (para Babylon)

  • Dirección: ****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: ****

Valoración (para Singin’ in the rain)

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] Inu Oh [犬王] (2021)

Cine

Inu Oh [犬王] (2021; 61/20221204)

Probablemente, para los castellano parlantes, la transcripción más correcta del título japonés de esta película, 犬王, sería inuoo o inuō, el Rey de los Perros. Esa hache es lo que usan los angloparlantes para no pronunciar ou, lo que los japoneses hacen como un o larga. Pero bueno, el inglés es la lengua del imperio dominante… de momento. Cuando vi anunciada esta película de animación japonesa dirigida por Masaaki Yuasa he de reconocer que me intrigó. Pero a punto estuvo de escapárseme. Menos mal que una sesión matinal en versión original lo evitó. Es una película peculiar. Vamos a ver el porqué.

En el viaje del joven ciego desde el estrecho de Shimonoseki hasta la sede del poder, que podría ser Kamakura, donde se instaló el shogunato que surgió de la batalla naval mencionada, reconozco su paso por el Itsukushima-jinja, uno de los santuarios sintoístas más vistosos y visitados de Japón.

La película está inspirada en hechos reales. Una famosa batalla naval de hace 900 años, la batalla de Dan-no-ura, una lucha entre clanes rivales por el shogunato, que sucedió en el estrecho de Shimonoseki es el desencadenante lejano de los hechos. Tres siglos después, unos individuos contratan a unos pescadores para que se sumerjan en los restos de la flota perdedora para recuperar los símbolos del poder imperial hundidos con el bando perdedor. Y como consecuencia, el pescador muere y su hijo pierde la vista. Este decide vengarse, y se convertirá en un monje de los que narran sus historias acompañados de sus biwas. Paralelamente, los miembros de una compañía de teatro noh, asesinarán a los monjes que cuentan la historia del bando perdedor en aquella guerra. Pero de entre ellos, el hijo deforme de su lider se rebelará, se unirá al joven ciego, y juntos atraerán a las gentes con sus historias, uniendo la música de las biwas con el teatro nō, y dando lugar al favorito de las gentes, el Rey Perro, Inu-oh.

La primera mitad de la película me encantó. Con una animación elegante, muy expresiva, que varía en sus texturas y formas según lo que se cuenta y a quien se cuenta, nos va metiendo en la historia del hijo del pescador y el inicio de su búsqueda. Pero cuando en un momento dado se une al joven deforme,… la película entra en una espiral de anacronismos, que son, a la vez, visualmente fascinantes, pero acústicamente desconcertantes. La música que tocan los músicos es más propio del glam metal, que de la música propia de las biwas y el nō. Me pregunto si el personaje Inu-oh estará inspirado más por gente como Alice Cooper y similares que por el personaje histórico en el que se basa. La consecuencia, en mi caso, es un cansancio auditivo que me desconcentró de la película y casi me saca de ella.

No soy contrario a los anacronismos. Recuerdo lo frecuente que eran en una de mis series de anime favoritas, Samurai Champloo, y lo bien que le sentaban a una historia que era muy profundamente oriental, al remedar de alguna forma el célebre Viaje al oeste de la mitología budista. Pero en este caso, creo se cae en el exceso, y al mismo tiempo en la monotonía musical, frente a la vistosidad y la fantasía de la animación. Por lo tanto, mis sensaciones sobre la película son… raras. Y si al final le doy el aprobado en mi valoración subjetiva es por la brillantez de su animación y de sus imágenes. Pero no me atrevería a recomendarla con carácter general. En general, esta muy muy bien valorada por la crítica, y razonablemente bien valorada por el público afín a la animación. Pero no sé… a mí… lo dicho.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] West Side Story (2021)

Cine

West Side Story (2021; 78/20211224)

Si os he de ser sincero, que Steven Spielberg se hubiera embarcado en la adaptación de un clásico del musical como es West Side Story, no me hacía una especial ilusión. Spielberg ya ha realizado algún nueva versión de alguna obra previa, o había dado su visión particular de algún universo literario, y en ninguno de los dos casos me entusiasmó. De hecho, se encuentran entre las películas que menos me gustan del prestigioso director. Y luego está el hecho de que la primera versión que se llevó al cine ya fue un gran logro. Quizá para el público, lo que más se recuerde sea el glamour de sus estrellas. Bueno… el glamour de Natalie Wood en concreto, en la romántica historia que por sí ya es también una versión o actualización de un clásico como es la tragedia Romeo y Julieta de Shakespeare. Pero es una película que tiene muchas más virtudes en su dirección, fotografía, coreografía, diseño de producción,… todo aquello que hace grande al cine. Mucho a cuestas para que no entusiasmase que de repente el director, aparentemente falto de ideas, tire de la realización de nuevas versión, algo que desgraciadamente sucede con excesiva frecuencia en el Hollywood actual.

Una de las secuencias de la película está rodada en The Cloisters, una sucursal del Metropolitan Museum de Nueva York, en el extremo norte de la isla de Manhattan. Pocos turistas se acercan. Está lejos y se pierde tiempo en los desplazamientos. Pero a mí me encantó, como a los protagonistas de la película de hoy.

Por otro lado… el musical no es un clásico por nada. La música de Leonard Bernstein, las letras de Stephen Sondheim… son de lo mejor del género. Y los problemas derivados de la inmigración, la pobreza, las desigualdades basadas en etnias y otros factores en el mundo, y especialmente en los Estados Unidos… no han dejado de estar de moda. Aunque hace tiempo que hay quejas de las minorías étnicas sobre el hecho de que la única visión de sus problemas que llega a los medios y a la creación artística parece ser la de los blancos. No entraré en ese tema. Me centraré en los aspectos relacionados con la calidad cinematográfica. Sobre el argumento… para quienes no lo sepan… en el lado oeste de Manhattan respecto a Broadway conviven malamente los inmigrantes puertorriqueños con los restos de gente de origen europeo que han prosperado poco. Y los adolescentes se enfrentan en bandas callejeras entre sí. Hasta que un día, Tony (Ansel Elgort), uno de los líderes blancos [trasunto de Romeo Montesco, del partido gibelino en Verona], se enamora de Maria (Rachel Zegler), hermana de uno de los líderes puertorriqueños [trasunto de Julieta Capuleto, del partido güelfo en la bella ciudad italiana]. Pero eso no va a impedir que sigan los trágicos enfrentamientos entre las bandas. Todo… con muchas canciones.

Después de ver la película, mi impresión es que Spielberg, que debe estar forrado, tiene la capacidad para filmar lo que quiera, es decir, de conseguir el dinero para ello, y le apetecía demostrar al mundo entero su capacidad para filmar con solvencia e innovación este película, siendo fiel al musical original, y con las justas referencias a la buena adaptación de 1961. Es decir, nos encontramos ante un alarde. Un alarde de considerable empaque. Y en el aspecto artístico sale perfectamente adelante y con buenísima nota. La película es muy muy muy notable, bordeando la excelencia. A pesar del escepticismo con el que la afrontábamos a primeras horas de la tarde de nochebuena, poco a poco nos dejamos llevar por lo que pasaba ante nos ojos, sumergiéndonos progresivamente en un espectáculo excelente.

Pocas caras muy conocidas entre el reparto. Con la simpática presencia de Rita Moreno en el reparto, quien hizo de Anita (hoy en día Ariana DeBose) en la versión de 1961, ya octogenaria, pero en muy buena forma, y con unas intervenciones de gran nivel, y algún otro secundario veterano, estamos ante un reparto joven y poco conocido, escogido entre artistas que cantan y bailan con solvencia, e incluso con gran calidad. Un punto a favor de la versión de 2021 sobre la de 1961, en la que el reparto hacía playback sobre las voces de cantantes profesionales. Y aunque pocos número se han grabado en directo en la grabación, son playback sobre sus propias voces, alguno sí… lo cual es meritorio. Sin dudar de que los ingenieros de sonido habrán puesto de su parte para que todo quede perfecto al final. Muy bien para el reparto.

En la parte musical, no vamos a descubrir la calidad de la música de Bernstein y las letras de Sondheim, como ya hemos mencionado, pero hay que destacar las excelentes coreografías que se nos ofrecen, innovadoras con respecto a las de 1961, aunque con recuerdos y detalles extraídos de las mismas, para establecer un buen diálogo entre las dos obras. Y qué decir de la maravillosa fotografía de Janusz Kaminski, un clásico en los trabajos de Spielberg, que firma una de las iluminaciones para interesantes de su carrera, que demuestra la maestría de este director de fotografía.

Vamos… que nos gustó mucho. En una enorme y fría sala de cine, casi vacía, puesto que no creo que llegáramos a diez personas las que estábamos en esa sesión en versión original subtitulada. Y no es simplemente que fuera el día de nochebuena. O que fuera versión original. Es que la película se ha estrellado en la taquilla en sus primeras semanas de proyección en todo el mundo de forma estrepitosa. A pesar de la entusiasta opinión de la crítica cinematográfica, que la ha ensalzado notablemente. Pero a la gente parece que ya no le interesa este tipo de cine. Salvo que el boca a boca la recupere, Spielberg y sus financiadores las van a pasar canutas para recuperar la inversión. Porque no es una película barata… En fin, una pena. Como digo, una muy buena película. No una versión de la película de 1961, aunque le preste varios homenajes, sino una nueva versión, muy fiel, al musical original de Broadway. A mí me mereció mucho la pena las dos horas y media de proyección. Es lo que hay.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] tick tick… Boom (2021)

Cine

tick tick… Boom (2021; 71/20211124)

En una diversidad de medios, se ha hablado a lo largo del año de que este 2021 podía ser el año de los musicales. En el cine, me estoy refiriendo. Se han ido estrenando varios… con distinta fortuna de taquilla y apreciación de la crítica y del público. Y recientemente hubo un muy limitado estreno en la gran pantalla del más reciente estreno en este género. Limitado estreno, porque la película fue adquirida en su momento por Netflix, que la estrenó en su plataforma de contenidos una semana más tarde. Y es ahí donde la he visto, porque con lo limitado del estreno y los horarios de la versión original… pues es lo que hay.

La película esta dirigida por Lin-Manuel Miranda, que se estrena como director cinematográfico. Pensaba yo, erróneamente, que también había dirigido otro de los estrenos musicales de este año, pero no. Y adapta el musical del mismo título, y carácter autobiográfico, aunque con licencias sobre la historia real, de Jonathan Larson (encarnado por Andrew Garfield). Este fue un músico y compositor que falleció prematuramente por una grave complicación de una enfermedad no diagnosticada a tiempo a los 35 años, que escribió, creo, cuatro musicales, de los que sólo pudo estrenar uno en vida, por el que recibió numerosos honores… póstumamente. Ese musical también fue trasladado al cine… con poca repercusión. El musical en el que se basa esta película llegó a estrenarse años después de la muerte del autor. Y trata sobre las últimas etapas de la elaboración de su musical Superbia, nunca estrenado, al mismo tiempo que lidia con las consecuencias de su estilo de vida bohemio, como la repercusión en su círculo próximo de la epidemia de sida, en todo su apogeo y sin tratamiento efectivo en 1990, o las dificultades de su vida de pareja (con una versión ficticia de su pareja interpretada por Alexandra Shipp).

La realización de la película me parece correcta, con un buen ritmo en una historia que corría el riesgo de alargarse en exceso en otras manos, pero que se contiene por debajo de las dos horas, y una presentación en pantalla de carácter naturalista, que es apropiada para el carácter de las obras de Larson, engarzadas en ciertas realidades sociales de su momento, carentes del glamour que tradicionalmente se atribuye a los musicales. No obstante, confía el éxito de la empresa a las bondades interpretativas del reparto, especialmente del protagonista. La interpretación de Garfield ha recibido muchos parabienes, que no voy a poner en duda, aunque siempre he preferido las interpretaciones contenidas a las expansivas, casi histriónicas, y quizá por ello mi opinión no sea tan entusiasta. Pero una preferencia muy personal, que muchos otros pueden no compartir, y lo entiendo. Pero el resto del reparto consigue tener su presencia, con un buen trabajo, a pesar de la cantidad de minutos que monopoliza el protagonista de la función.

Así pues, en su conjunto una película visible, aunque sin que me genere los entusiasmos que han mostrado los medios entendidos en el tema. Puede ser una buena opción para quienes tengan acceso a la plataforma de contenidos, siempre que les gusten las películas musicales. Que por lo que he observado a lo largo de los años, no es extraño que sean rechazadas casi por principio por mucha gente. A mí me suelen gustar. Aunque las de los últimos tiempos no me han entusiasmado. Y… bueno. Tengo ya otras dos películas vistas, que tendré que ir comentando en los próximos días, cuando pueda. Y es que con los fríos que nos han llegado estos días, o te apoltronas en casa delante de los estrenos directos en plataforma, o sales y te apoltronas en una sala de cine, evitando la calle desapacible.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[TV] Cosas de series; adolescente india egoísta y musical simpático

Televisión

Hoy quería sacar adelante una entrada televisiva, pero no ando con mucho tiempo disponible, así que iré rápido. Con dos series muy diferentes. Una segunda temporada que tenía un interés… relativo… por verla, y una miniserie musical que me había picado la curiosidad.

«Brigadoon», aunque tenía como protagonistas a unos neoyorquinos, transcurría en Escocia, no como Schmiggadoon… que debe estar en algún lugar de Nueva Inglaterra. Y de la costa oriental de Escocia proceden las fotos de hoy.

Never I ever… ha puesto en emisión hace pocos meses su segunda temporada. Recordemos que trata de una joven adolescente de origen indio en algún lugar de California, que perdió a su padre recientemente, y que tiene una gran follón montado en su vida, básicamente porque se mueve más por interés y egoísmo que por otros motivos. Lo que va a poner constantemente en riesgo su relación con sus amigos y con sus posibles intereses amorosos. He de decir un poco lo que ya me pareció en la primera temporada. Con interpretaciones razonablemente aceptables, y algunos momentos entretenidos, este dramedia con episodios de una media hora o así… entretiene,… pero a mí no me entusiasma. Di que para rellenar algunos huecos de las tardes de verano está bien.

Schmiggadoon!… está claro que con ese nombre homenajea uno de los musicales clásicos más simpáticos de la historia del cine, Brigadoon. Con un reparto que procede más de los musicales de Broadway o del Off-Broadway que de la televisión o el cine, afronta en seis simpáticos episodios de corta duración, la ruptura, nuevos escarceos amorosos y… no desvelaré el final… de una pareja de neoyorquinos que se pierden en un pueblo de Nueva Inglaterra fuera del tiempo y el espacio común, anclado en finales del siglo XIX o principios del XX. Como digo, es una serie simpática, que si se prefiere se puede ver de tirón como un largometraje, aunque tampoco tiene muchas pretensiones. Los intérpretes lo hacen bien y son competentes cantantes y bailarines. Y algo diverso, si te gusta el cine musical, es tratar de adivinar en qué musical se inspira cada uno de los números musicales de la serie. Algunos son muy evidentes, otros no tanto. Y ya está, que ya voy tarde.

[Cine en TV] Cinderella (2021)

Cine

Cinderella (2021; 57/20210908)

Poco antes de viajar a Copenhague leí un par de reseñas sobre esta nueva adaptación del relato de Cenicienta. Casi todo el mundo asocia este relato a Disney, que probablemente basa sus películas en la versión de los hermanos Grimm. Pero hay versiones recopiladas también por Perrault. Más antiguas en Europa, la de Basile en su Pentamerón. Y Estrabón, en torno al año 0 de la era común recopiló la historia de la esclava, una hetaira en origen, que termina por casarse con el rey de Egipto, que es la más antigua variante conocida escrita del relato. Así que una nueva variante, que discrepe de la versión disneyficada no es de extraña. Y según aquellas reseñas que he mencionado, esta versión dirigida y escrita por Kay Cannon, guionista de cierto prestigio, especialmente en televisión, esta nueva variante sería de agradecer por actualizar los valores que aporta el relato y por ser un poco «antidisney». Pero, ¡ay!, quizá las expectativas levantadas… no estaban justificadas. En cualquier caso, el bombardeo publicitario con el que me encontré en las calles de la capital danesa en los días del viaje, hizo que decidiese darle una oportunidad a la película.

Ya que la cosa va de la realeza más rancia, y tengo a mano la visita reciente a las tumbas reales de Dinamarca en la catedral de Roskilde… pues eso. Tumbas reales. Tumbas por aquí, tumbas por allá, tumbas, tumbas, ja ja ja ja ja.

Básicamente, los elementos del relato son los tradicionales, pero con las siguientes variantes. Cenicienta/Ella (Camila Cabello) no quiere casarse, quiere ser diseñadora de moda independiente. El príncipe azul (Nicholas Galitzine) no está muy interesado en ser rey; de hecho, tiene una hermana (Tallulah Greive) mucho más dotada y dispuesta (un personaje totalmente desaprovechado, que podía haber dado mucho de sí). El rey (Pierce Brosnan) es un rey absolutista y un absoluto gilipollas. La reina es Minnie Driver, mucho más interesante que el rey, y que está más atractiva ahora a sus 50 años que en mi primer recuerdo de ella hace 26 años. Ah,… y el hada madrina es un hombre negro (Billy Porter) probablemente perteneciente a alguno de los colectivos LGTBQ+. No me hagáis adivinar cuál. Hay otras variantes… pero dejémoslo aquí.

Veamos… la película, que en algunos sitios dicen que es un musical, más bien película con canciones extraídas del American TOP 40, es absolutamente previsible después de los cinco minutos de metraje. Lo que va a pasar y el desenlace es total y absolutamente predecible. Con lo cual, la única esperanza es que la peripecia esté bien. Pero si Cannon es respetada en la industria como guionista, aquí no se luce nada en absoluto. La película está tan llena de tópicos, también previsibles, que llega a ser banal a pesar de sus intenciones, y en algún momento entran ganas de dinamitar el aparato de televisión. Con una realización mediocre en lo que es la puesta en escena tanto de los números musicales como en la ambientación… ni siquiera llega a estar claro si llegan a lanzar el mensaje progresista que proponen. Al fin y al cabo, una de las conclusiones posibles de la película es que un monarca absolutista es perfectamente aceptable con tal de que sea mujer. Y por supuesto, se casan. El sacrosanto matrimonio, que no falte.

Mi recomendación… no ver. Salvo que seas una adolescente, más bien preadolescente, que se pirra por las listas de éxitos del pop y por los «artistas» que salen de los concursos de talentos de la televisión. Una pérdida de tiempo.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **

[Cine] Annette (2021)

Cine

Annette (2021; 52/20210803)

Ayer fuimos al cine… y hoy me he acordado de que tenía pendiente todavía de comentar la película que vimos la semana pasada. Y es que he tenido unos días extraños. Especialmente las últimas 24 horas, en las que por un problema administrativo no dispuesto adecuadamente de acceso a internet. Si os he de ser sinceros, ha sido una pequeña molestia para algunas cosas,… pero no creáis que me ha importado mucho. En fin, vamos con la película de la semana pasada, que nos llegó de la mano de Leos Carax, y con un reparto muy interesante. Y otras cosas también muy interesantes.

La acción de esta película está ambientada en Los Ángeles. Pero todo el tiempo que duró pensé que tendría que haber sido París. Y las escenas del barco, durante una tormenta en Normandía o el Canal de la Mancha.

Vimos la película en un evento especial, una única sesión en versión original y 4K, ya que no está formalmente en cartelera todavía. Y no sé cuando y cómo lo estará. O si lo estará o pasará directamente a alguna plataforma en línea. He hecho una pequeña búsqueda al respecto, pero no me ha quedado claro de forma rápida y no tenía ganas de perder tiempo en ello. Y la película es un musical. O como algunos la han definido, una ópera-rock (concepto que nunca me ha convencido), del grupo Sparks, con historia y guion de los hermanos Mael, el dúo que forma el grupo. Y en esta historia cantada se nos habla de la historia de amor entre un cómico monologuista oscuro y cínico (Adam Driver) y una soprano luminosa y encantadora (Marion Cotillard) que, tras el nacimiento de su misteriosa hija, que se acompaña del declive del monologuista mientras que la soprano alcanza sus más altas cotas de popularidad, empieza a hacer aguas y a tomar una deriva trágica.

Resulta difícil definir esta película. Incluso la naturaleza del mensaje que se nos quiere transmitir resulta poco clara en ocasiones, así como sobre qué es una metáfora la propia niña, Annette, que da título a la película. El conjunto nos recuerda a otros melodramas o tragedias, varios de ellos musicales, en los que el ascenso de uno de las patas de la pareja, generalmente la mujer, conlleva el descenso a unos infiernos más o menos profundos de la otra. Desde ese punto de vista, no tan original como podríamos pensar. Aunque si lo es el profundo tono oscuro, trágico y pesimista, pese al destello de luz final, que tiene la película. Formalmente, su realización es impecable. Musicalmente, uno tendrá que ser muy fan de Sparks, porque salvo un brillantísimo número inicial, de los que te dejan clavado al sillón, con el ánimo impaciente por saber qué seguirá, el resto no acaba de destacar mucho e incluso a veces me pregunto si no presenta un lastre a la hora de contar la historia. Hay una subtrama, la que implica al pianista/director de orquesta enamorado de la soporano (Simon Helberg),… que no sé si aporta gran cosa al conjunto.

La película está muy bien hecha, y gustará al cinéfilo, y también tiene buenas interpretaciones, pero no acabó de resultarnos redonda. A pesar del potente enganche inicial, progresivamente nos fuimos enfriando. Carax se prodiga poco. Pero volveremos a sus películas. Siempre existe la posibilidad de que le salga algo como lo que sucedió en el Pont Neuf de París, y nos volvamos a enamorar de una nueva Juliette. En cualquier caso, el amor… duele.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] In the Heights (2021), o «to’l mundo es güeno»

Cine

In the Heights (2021; 41/20210623)

El «chico» de oro de los últimos tiempos en Broadway, el norteamericano de origen puertorriqueño Lin-Manuel Miranda, cantante, compositor, letrista, productor,… lo que le echen encima, y especialmente después del éxito de Hamilton, encarga al director Jon M. Chu, muy funcional, con algún éxito de público encima, pero con pocas películas realmente memorables, la adaptación al cine de uno de los musicales del primero, aquel en el que homenajea sus orígenes étnicos y su infancia en Washington Heights. Este es un barrio de Nueva York, en el extremo norte de la isla de Manhattan, donde las tres cuartas partes de la población de origen hispanoamericano, y donde abundan las personas nacidas fuera de Estados Unidos. Cuando visité Nueva York en 2013, me acerqué a este barrio, que no suele ser visitado por los turistas, porque en él se encuentran The Cloisters, una sucursal del Metropolitan Museum dedicada al arte y cultura medievales europeos.

Nueva York, claro, aunque nada de The Washington Heights, porque sólo tengo fotos del museo, de The Cloisters.

Sinceramente, hace unas semanas vimos el adelanto de la película cuando íbamos a ver otra. Y a mí, lo que vi… no me hizo tilín. A pesar de que el cine musical siempre me ha apetecido, en esta ocasión no estaba especialmente motivado. No obstante, cuando me propusieron ir el miércoles a la versión original de la película… acepté. Por salir de casa y charrar con gente. Es la historia de una serie de gente que vive en el barrio que he mencionado y que se encuentran con las incertidumbres de que el barrio se gentrifique y acaba siendo imposible para ellos vivir allí. De hecho, durante la película, algunos personajes cantan y bailan su adiós al barrio. Y luego está la historia del narrador (Anthony Ramos), que tiene el sueño de volver a la República Dominicana a montar un negocio, de la chica macizorra (Melissa Barrera), que va quiere dar el salto de manicura a diseñadora y artista, y que es el interés amoroso del anterior, y de la lista (Leslie Grace), la primera del barrio que va a la universidad, Stanford nada menos, y que está a punto de abandonar, por no encontrar su sitio fuera del barrio. Y luego salen un montón de personajes más, como el senador Organa (Jimmy Smits) y otros. Y todo muy latino, con variedad de orígenes nacionales, y con muchos cantares y bailes, y mezclando constantemente el inglés con el español.

Lo cierto es que es el típico producto hiperpolíticamente correcto, aunque eché a faltar la presencia del colectivo LGTBQ+, ¿no protestarán?… y muy postizo. Irreal. Utópico, y mucho menos conectado con la realidad de lo que puedo imaginar. Los conflictos que se supone que hacen avanzar la historia son tan previsibles en su resolución buenrollista, que desmotivan. Y se hace larga. Y en los aspectos musicales, ni la música ni las coreografías ni la puesta en escena de las mismas me llaman especialmente la atención. Las interpretaciones normalitas. Muy condicionadas por la irrupción constante de números musicales, son escasamente valorables.

Supongo que es una película que se deja ver… pero que es fácilmente olvidable. Yo no le daría más importancia. Y su calidad global está por debajo de sus pretensiones.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

[Cine] Periodismos y Adolescencias (2017) y una repesca nacional

Cine

Odio la forma en que este año las distribuidoras han acumulado las películas más activas en la época de premios en pocas semanas para su estreno. Esto nos obliga a hacer un esfuerzo para ir viéndolas. Y a poca reflexión a la hora de comentarlas, agrupándolas semanalmente… Pero bueno. Ahí va la ración de esta semana.

The Post (2017; 08/20180204)

The Post es el título original, y de la versión original, de la película que en España se ha estrenado doblada al castellano como Los archivos del Pentágono. Y también es el apelativo por el que se conoce al periódico norteamerico The Washington Post. Cuando salimos del cine en una fríiiiiiia noche de invierno, el comentario fue «Spielberg se ha encargado de la precuela de All the President’s Men«. Quién iba a pensar que el tío Steven iba a acabar siendo un director de precuelas…

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Sirmione y el lago de Garda es una de las bellas localizaciones de una de las películas de hoy, y allí nos vamos, que merece la pena la visita.

Nos cuenta la historia de cómo el diario de la capital norteamericana, que era un diario de segunda fila en aquel momento que aspiraba a más, justo cuando su propietaria Kay Graham (Meryl Streep) lo saca a bolsa para hacerlo más grande, tiene que enfrentarse al reto de desafiar al gobierno de Nixon publicando los llamados Papeles del Pentagóno, que ya había empezado a publicar el Times (The New York Times). Eso sí bajo el liderazgo de Ben Bradlee (Tom Hanks) que representa en esta ocasión la típica figura íntegra y heroica yanqui, sea verdad o no.

La cosa va más de una defensa de la libertad de prensa que del contenido real de los dichos papeles. Una de estas películas que están surgiendo como respuesta a la administración ultraconservadora y manipuladora de Trump. La película es entretenida y está muy bien interpretada, pero no aporta nada nuevo, que no hayamos visto ya en numerosas ocasiones. Además de los protagonistas, que chupan mucha pantalla, muchos ilustres de la interpretación en papelines de poco calado. Muy por debajo por ejemplo de una reciente premiada en los Oscars, en casi todas sus dimensiones.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

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Call Me by Your Name (2017; 09/20180208)

Esta película del italiano Luca Guadagnino, con guion nada más y nada menos que de James Ivory adaptando una novela de André Aciman, había levantado tales expectativas, había venido precedida de tan buenas críticas, que había cierto riesgo de que pudiese defraudar.

Tampoco es una película novedosa, o tan novedosa como algunos proponen. La sensualidad de unas vacaciones de verano en un paraje mediterráneo, en esta ocasión el norte de Italia, no es nueva en el cine como marco para el despertar sexual de un o una adolescente. En esta ocasión se trata del joven Elio (Timothée Chalamet), hijo de un matrimonio de intelectuales italianos de origen judío, que está tonteando, parece que con éxito con la joven y chic francesita parisina Marzia (Esther Garrel). Hasta que llega Oliver (Armie Hammer), un ayudante norteamericano de su padre, el doctor Perlman (), para los trabajos de investigación arqueológica que está haciendo. Bien acogido por este y por su mujer, Annella (Amira Casar), el apuesto nortemericano judío de Nueva Inglaterra pondrá boca abajo los sentimientos de Elio.

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Mentiría si no reconociese que la película, quizá demasiado larga y morosa en su desarrollo, aunque esa morosidad se adapte a la época estival en la que se desarrolla la acción, no tiene momentos absolutamente magistrales. Porque los tiene. Pero a su vez, aquí y allá se rellena de momentos de un buenismo y un buenrollismo de una cierta empalagosidad, y en ocasiones superfluos e incluso poco creíbles. Uno de los que más nos chirriaron es la última de las escenas en la que coinciden en pantalla Elio y Marzia… Las tres féminas que me acompañaban trataron de inverosímil la reacción de una joven de diecisiete años en 1981 a la que han tratado como han tratado. Y qué padres tan perfectos los del joven… pero si su madre les lee el Heptamerón en alemán cuando se les va la luz por las tormentas… ¡Eso es nivel!

No negaremos por lo tanto sus virtudes. Y ciertamente es recomendable. Pero con la sensación de que han exagerado sus virtudes, quizá por la exaltación de lo políticamente correcto en los tiempos que corren. Los dramas de los sentimientos son más dramas, son más sucios, son menos perfectos. Película políglota. Se habla en italiano, francés, alemán e inglés. Sin sentido que no se respeten los idiomas.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

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Repesca: La llamada (2017)

Estrenada en España a principios del otoño, de esta película de Javier Ambrossi y Javier Calvo habíamos leído algunas buenas críticas, aunque su sinopsis, lo de la llamada vocacional monjil de una adolescente durante un campamento de verano nos producía una nula atracción. Aunque no hace muchas semanas que desapareció de la cartelera, ya está en plataformas de vídeo bajo demanda, y le di una oportunidad. Como mucho me temía, la crítica española es excesivamente condescendiente con las producciones nacionales. No es ninguna catástrofe, ni resulta estomagante. De hecho, esta comedia tiene algunos punto muy originales que la convierten casi en un producto indefinible. Pero quizá no se sabe exprimir a fondo la premisa de partida. Y su reparto, aunque se esfuerza, y es un reparto en el que trabaja gente con posibles, tampoco basta para hacer destacar el filme. No pasa nada por verla, tiene algún momento curioso, pero nada más.

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[Cine] El gran showman (2017), y una repesca

Cine

El gran showman (The Greatest Showman, 2017; 02/20180111)

Un primer aviso antes de pasar a la película de hoy. A lo largo del año, siempre hay alguna película que queremos ver y se nos escapa. En ocasiones, el tiempo que transcurre entre su estreno y su disponibilidad en servicios de vídeo bajo demanda es muy corto. Por lo tanto, se puede ver en casa al poco tiempo de su estreno. Esta posibilidad va a dar lugar a las «repescas». Breves comentarios de películas de «casi» estreno. Y hoy va la primera. No aparecerán en el balance final del año.

El «showman»… el «showman» es P. J. Barnum, personaje real del siglo XIX, muy polifacético, pero que en un momento dado fue precursor del mayor circo de la historia. Que ha desaparecido hace muy poco tiempo. El Ringling Bros. and Barnum and Bailey Circus. Y el «showman» es Hugh Jackman, actor a cuya mayor gloria está hecha esta película dirigida por Michael Gracey. Y aviso, es un musical.

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Me da la impresión que va a haber varias películas relacionadas con Nueva York en los próximos tiempos, y por lo tanto aparecerán fotos de la Gran Manzana con frecuencia. Aquí van unas cuantas.

A grandes y groseros trazos, la película narra los avatares de la vida de Barnum, desde su infancia y matrimonio con su mujer Charity (Michelle Williams) hasta que monta el circo. Pasando por situaciones como la gira que patrocinó de la cantante sueca Jenny Lind (Rebecca Ferguson). Y con un socio, Philip Carlyle (Zac Efron), que no sé si es un personaje real, y su interés romántico, una trapecista (Zendaya). Y la mujer barbuda (Keala Settle), y un enano (Sam Humphrey). Y unos cuantos más, y la reina de Inglaterra. Y todos cantando. Y con poca o ninguna fidelidad a la historia real.

Película anecdótica, que decepciona con unas canciones y unos números de baile más propios de «operaciones triunfos» y «especiales nochevieja» que de la tradición del gran musical americano y del cine musical de Broadway. Mucho pop, y mucho paso de baile apto para casi cualquier grupo de adolescentes al uso. Eso sí, con mucho colorín, escenarios a lo grande y complicados movimientos de cámara.

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Interpretaciones flojas. Incluso en quienes mejor papel esperas. Nunca había visto tan floja a Michelle Williams, a la que además se le nota ya en exceso su paso por «el chapista». ¿Por qué se maltratan tanto a sí mismas las actrices? ¿Por qué se quieren tan poco? Si esta chica era una monada al natural…

En fin. Decepcionante. Floja. Totalmente prescindible. Y encima en versión doblada. Afortunadamente, no las canciones. Aunque da igual. Vete tu a saber. Igual gana alguna de ellas algún óscar. Bah.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **

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Repesca: Hirune-hime: Shiranai watashi no monogatari [ひるね姫~知らないワタシの物語~]

En castellano «Ancien y el mundo mágico», en inglés, más moderno «Ancien and the Magic Tablet», aunque la protagonista no es Ancien, una «princesa», si no su hija Kokone, una adolescente de 17 años, huérfana de madre, y que se ve envuelta en una trama a caballo entre la realidad y el mundo de los sueños. Como curiosidad, Hirune-hime vendría a ser la «princesa siesta».

Dado el buen nivel de la animación nipona, quisimos verla cuando se estrenó en octubre, pero se nos pasó, porque duró muy poco en cartelera. Es simpática, pero no tiene el mismo nivel que el Studio Ghibli, ni las de Makoto Shinkai, ni alguna que otra joya que nos llega de vez en cuando de otros productores/directores. Pero se deja ver, así, en una sobremesa tranquila. En Filmin.

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[Cine] La La Land (2016), y el cine considerado como una de las bellas artes…

Cine

La La Land (2016; 042017-1701)

Llevo unos días pensando en cómo iba a enfocar el comentario de esta película. Película que desde que inaguró la mostra de Venecia en 2016 ha estado en boca de muchos como la gran película del año. Toda una revelación para la crítica que iba a lanzar al estrellato a todos los que en ella intervienen de un modo u otro… Elevadas fueron las expectativas, lo cual hizo que durante muchos meses declinara la posibilidad las noticias que se generaban en torno a este musical, con el fin de llegar a su estreno en nuestro país con las neuronas lo menos «sucias» que fuese posible.

Como sucede cuando periódicamente llega un musical, generalmente con tono de gran producción, que va a recuperar el género, que «no está muerto» para algúnos,… o sí, para otros, te encuentras con la eterna expresión. Es mucha la gente que te dice… «a mí es que el musical no me va mucho». Lo cual es casi como decir que el cine no te va mucho. Porque junto con el western son los eternos muertos, enterrados y periódicamente resucitados, pero fueron los géneros que hicieron en gran medida del cine lo que es.

Aunque es la ciudad de Los Ángeles la tercera protagonista de este drama musical, son numerosas las referencias a la ciudad de París. De la primera no tengo fotos, de la segunda, en abundancia.

Aunque es la ciudad de Los Ángeles la tercera protagonista de este drama musical, son numerosas las referencias a la ciudad de París. De la primera no tengo fotos, de la segunda, en abundancia.

No en vano la «primera» película sonora fue The Jazz Singer (El cantor de jazz)… un musical. Con el jazz como tema y con un aspirante a músico de jazz, anoten coincidencias,… y cuya línea inicial,

«Wait a minute, wait a minute. You ain’t heard nothing yet»

(Espera, espera un momento. No has oído nada todavía),

iba a revolucionar totalmente al que se iba a considerar el séptimo arte.

Pero en esas estamos, en que una mezcla de incultura musical y cinematográfica, prejuicios sobre lo que uno debe ver o no ver, sobre lo que es o no es un musical, el miedo «aterrador» del españolito medio a los idiomas ajenos y a los subtítulos en las película, el sexismo social que define lo que es apropiado para chicas y lo que es apropiado para machotes,… hace que mucha gente que no se cosca gran cosa de qué va la feria asegura muy seria… «a mí es que el musical no me va mucho».

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Luego llega y Cabaret se lleva 8 de 10 candidaturas a los oscars, Chicago se lleva 6 de 13, Les Miserables se lleva 3 de 8, Moulin Rouge se lleva 2 de 8, All That Jazz se lleva 4 de 9, Fiddler on the Roof se lleva 3 de 8, Yentl se lleva 1 de 5,… y no me meto con los éxitos de las películas de animación de Disney que son en muchas ocasiones también películas de carácter musical, o al menos peliculas con canciones. Sólo he mencionado películas posteriores a 1970, cuando el musical era un género «muerto». Y a la gente no le gusta el musical…

Luego está la otra. «Es que a mí no me gusta el jazz», cuando el 90-95 % de la música pop/rock actual es hija más o menos bastarda del mismo, y los mismo memos que aseguran que el jazz es un rollo se entusiasman en los conciertos de «rock» cuando el guitarrista se marca un solo que no será probablemente más que una mera sombra, un pálido reflejo, de las improvisaciones esenciales en el jazz que dieron origen a lo que vino después. Y esta película no sólo es un musical, sino que además manifiesta una marcada nostalgia por el género musical probablemente más influyente del siglo XX.

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Otra cuestión. Antes hemos mencionado al cine como el «séptimo arte». Mmmmmm… el cine puede ser arte, pero no todo lo que se hace en cine es arte.  Pero cuando lo es, necesariamente entra en diálogo con la historia del arte. En la historia del arte, muy de vez en cuando, nace un genio que lo revoluciona todo. Pero el estado esencial del arte es la inspiración, la copia descarada en ocasiones y la referencia a lo que se ha realizado previamente. Pocos artistas, casi ninguno, es genuinamente original. Y de algunos, por ejemplo Picasso, se dice que el mismo reconocía que no sólo copiaba,… robaba de las obras de los que le precedieron. Lo importante en el arte, y en otras disciplinas también, por ejemplo la ciencia, es la conversación global en la que se involucran los trabajos de los autores. Y son buenos aquellos autores, aquellos artistas que aportan algo nuevo a la conversación, aunque sea poco, aunque sean matices, aunque sean variaciones.

Para poder disfrutar plenamente de esa conversación, volvemos a hablar de cine, no podemos considerar la disciplina como un mero acto de entretenimiento aislado. Ha de ser un gusto cultivado e interiorizado. «Cultivado» y «cultura» tienen la misma raíz etimológica, una raíz que tiene su sentido original en labrar y hacer crecer en la tierra aquello que nos alimenta. Si nos alimentamos de comida basura, con abundancia de azúcares, grasas y salsas groseras, difícilmente apreciaremos los mejores platos de sabores sutiles, combinaciones a veces extrañas que nos resultan ajenas. Seremos siempre como esos niños de 6 años que se niegan a comer ciertos alimentos nuevos porque no los han probado y desconfían de todo aquello que han establecido como «lo que les gusta». Con el cine, con la música, con la cultura en general nos pasa algo parecido. Nos acostumbramos en la infancia a unos «sabores», productos de consumo rápido y fácil, y luego no salimos de ahí, salvo que crezcamos en un entorno cultural privilegiado, o realicemos un fuerte ejercicio de disciplina personal en abrirse a lo diferente y en comprender lo que no entendemos.

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La La Land no es una película perfecta. Pero es una obra de arte. Es el fruto de la concepción y la creatividad de su director Damien Chazelle, que copia y roba a mansalva de un sinnúmero de referentes para contribuir a la conversación a través de un musical sumamente honesto y pensado. A través de la relación romántica entre Mia (Emma Stone) y Sebastian (Ryan Gosling), y en el marco del tercer protagonista de la historia, la Ciudad de Los Ángeles, es ciudad de estrellas que «todo venera y nada valora», citando a uno de los protagonistas, hace un ejercicio de reflexión sobre el acto de convertirse en creador o artista, y los costes personales que tal cosa conlleva. Especialmente si creemos firmemente en lo que queremos ser y hacer, y le echamos a la tarea la pasión y la dedicación necesarias para tener una oportunidad de éxito. Lo cual lleva, inevitablemente, a una historia fundamentalmente agridulce.

Con la excelente música compuesta por Justin Hurwitz, la excelente iluminación y fotografía de Linus Sandgren, la colosal dirección de arte de Austin Gorg, y con dos protagonistas en estado de gracia absoluta, que para colmo de bienes se compenetran y complementan como si fueran un engranaje de precisión, la película es una producción notable, que merece un puesto destacado en la historia del séptimo arte.

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El entrar en el detalle de todas las referencias de las que bebe el filme,… sería extraordinariamente prolijo para una entrada que ya me está quedando muy extensa. Daría para un comentario muy largo en sí mismo. Desde las desdichas de una paragüera en Cherburgo, a un niño que recorre las calles de París tras un globo rojo, el musical clásico norteamericano, la Bergman,… infinitas.

Se habla de ella como la gran triunfadora del 2016, la que va arrasando en la temporada de premios. ¿Los merece? Merece muchos. ¿Todos? No. El mundo del cine está lleno de conversaciones de nivel, y han sido varias las que nos han tocado la fibra en este 2016, o las que están por venir por culpa de lo que tardan en estrenarse en nuestro país. La película no es perfecta. Sufre alguna ruptura de ritmo entre su primera mitad y su segunda mitad… Hay una transición, conformada alrededor de una serie de escenas clave, que no acaba de tener la suavidad debida. Pero son problemas menores que no empañan el buen tono general del filme, que nos regala un epílogo final, con mucha, mucha, mucha chicha tanto artística como conceptual y que nos pone en paz con el mundo. El real y el de «La la land»… Ese país de los sueños o de los soñadores, que siguiendo el juego de palabras implícito en el título de la película, alguien ha situado en L.A., en las colinas de Hollywood.

Nota: aunque era algo que se venía fraguando desde hace un tiempo, me considerado ya total e incondicionalmente enamorado de Emma Stone.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: ****

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[Cine] Into the Woods (2014)

Cine

Into the Woods (2014); vista el domingo 25 de enero de 2015, en sesión de tarde/noche.

Ya decía yo el lunes que el fin de semana pasado fue cinematográficamente muy «disney». Y es que si el domingo por la mañana lo dedicábamos a la animación de esta productora, en ambiente familiar, por la tarde adelantamos un día nuestra visita programada semanal a las salas de cine y nos íbamos a ver el musical dirigido por Rob Marshall, adaptando la obra de Broadway del mismo título, también por gentileza de la factoría Disney.

Marshall llegó al cine procedente del mundo de la escena, donde cosechó éxitos codirigiendo y coreografiando una de las puestas en escenas del inolvidable Cabaret (la obra teatral, no la película). En el cine, tras alguna producción televisiva se estrenó como director con un gran éxito, la multipremiada Chicago. Esto siempre levanta expectativas aunque es cierto que nunca ha vuelto a alcanzar el mismo nivel.

Ayer, día festivo en Zaragoza, día de San Valero, nos acercamos al museo Pablo Gargallo en la jornada de puertas abiertas. Es decir, no hay que pagar entrada.

Ayer, día festivo en Zaragoza, día de San Valero, nos acercamos al museo Pablo Gargallo en la jornada de puertas abiertas. Es decir, no hay que pagar entrada.

En esta ocasión el musical tira de la recopilación de cuentos de los hermanos Grimm, entrelazando la historia de un panadero y su mujer, que no pueden tener hijos por la maldición de una bruja, con las tramas de Caperucita Roja, Cenicienta, Rapunzel y Las habichuelas mágicas, y que como podemos suponer por el título (en inglés tanto en la versión original que vimos nosotros, como en la doblada al castellano), sucede mayormente en el famoso bosque que suele salir en todos los cuentos.

He de decir que no me acabó de enganchar. Por un lado, el material de base no me acaba de convences. Parece que va a ser una especie de parodia de los cuentos de hadas, pero llega un momento que parece que se toma en serio a sí mismo,… y no sé… creo que no tienen claro qué quiere ser este libreto. Tampoco la música tiene la riqueza y variedad de otros musicales. Bien es cierto que todo musical tiene una serie de motivos que se suelen repetir dando unidad y coherencia, pero creo que en esta ocasión la cosa es excesiva. Y luego está el paso de la escena a la pantalla, que me parece normalita. Nada que ver con la intenidad visual y la espectacularidad de Chicago, por hablar de una obra del mismo director, que también pinchó con Nine.

Nos servirán las esculturas del escultor aragonés para representar el mundo de las leyendas, con "profetas" o "samaritanos", gentes exóticas diversas...

Nos servirán las esculturas del escultor aragonés para representar el mundo de las leyendas, con «profetas» o «samaritanos», gentes exóticas diversas…

El reparto es llamativo, con gente como Meryl StreepEmily BluntAnna KendrickJohnny Depp o James Corden. Que además ponen sus propias voces y no lo hacen mal. Pero no existe un protagonista claro que cargue con el peso de la historia, cuyas aventuras y desventuras nos muevan a meternos en la historia y que los demás complementen. La película es de una amplia coralidad, donde todos están razonables pero sin destacar. Streep lo hace bien como de costumbre, pero su candidatura al óscar me parece excesiva. No justificada.

Por ir acabando, una producción que ha levantado una expectativas que luego no ha cumplido, que se puede considerar relativamente interesante, pero lejos del nivel de otros musicales. Marshall dio el pelotazo con su primera película para la gran pantalla, pero después no ha sabido estar a la altura de las circunstancias aunque no le ha faltado dinero para ello. Una pena.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

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… o incluso, por qué no, el áspid en la cesta de higos que envenenó a Cleopatra, que sea leyenda o verdad, parece antecesora de envenenamientos relacionados con fruta que aparecen con frecuencia en los cuentos de hadas.