[TV] Cosas de series; el «nordic noir» a la escocesa, los casos del Departamento Q

Televisión

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. En las fotos, Edimburgo, claro. En una estancia caracterizada por el buen tiempo y la falta de lluvia, durante una semana. Lo cual, a priori, no es habitual. Al menos en 2013. Hoy en día, con la crisis global climática, quién sabe.

El nordic noir, es decir, el género negro al estilo escandinavo es uno de los géneros de más éxito de ventas en las últimas décadas. Es lo que se dice una moda. De repente, se empieza a hablar de él, la gente empieza a leerlo, surgen verdaderos fanáticos, se adapta al cine y televisión, primero por los propios países de origen, pero pronto los avispados productores británicos y norteamericanos se apuntan al filón… y ahí está hasta que la gente se canse o surja otra moda. O quien sabe… igual queda como una endemia entre los aficionados a la lectura en general y al género negro en particular, con su nicho estable durante tiempo indefinido. Quizá estemos ya en esa situación. Pero no lo puedo asegurar. No soy un experto. Y no soy de los que se haya enganchado de forma notable al género. El género negro, nórdico o de cualquier otra latitud o longitud, tiene obras muy interesantes, incluso obras maestras, pero también tiene un porcentaje de astronómico de obras que me parecen absolutamente superfluas y todas más o menos iguales o muy similares. Como pasa en todos los géneros destinados más a la venta que al prestigio literario. Literatura de tienda de aeropuerto o estación de ferrocarril.

Alguna cosa he picado aquí y allá de la ficción criminal nórdica. Y eventualmente me ha entretenido. Pero escasamente me ha entusiasmado. Pero tengo un par de amigos/conocidos que llevan largo tiempo hablándome de las excelencias de una saga en concreto, la de los casos del Departamento Q del danés Jussi Adler-Olsen. Hasta el momento, no he sucumbido a estas tentaciones… porque en principio no me tientan en exceso. Y me extrañaba que no hubiese alguna serie sobre la cuestión… hasta que me enteré que se ha ido adaptando en los últimos doce o trece años en forma de largometrajes de producción danesa. Uno de esos amigos/conocidos dice que yo he visto alguna de esas adaptaciones. No me parecía probable, hasta que decidí hacer una búsqueda en este Cuaderno de ruta y resulta que… sí. Que en 2015 fuimos a una sesión doble de la que conservo escasa o nula memoria, y en la que vimos dos de las películas. Ese olvido mío tan característico de las producciones mediocres o anodinas, me acuerdo más de los bodrios rotundos que de lo que ni fu ni fa, ya os pueda dar una idea de lo que me parecieron. Películas vistas en el mes de julio de aquel 2015, en esa época del año en la que la cartelera suele dar pena, y acabas yendo a ver casi cualquier cosa si apetece quedar para ver algo de cine.

Hace unos meses, Netflix anunció la adaptación de la primera novela, del primero de los crímenes del Departamento Q en forma de serie televisiva. Pero con algunos cambios. El fundamental es que la acción se traslada de Dinamarca a Escocia. Se puede discutir si Escocia no debería ser considerado como una variante de los «nórdico»… habría que pensarse si en esas latitudes predomina más la britanicidad o la nordicidad. La segunda cuestión es que se adapta la historia. Y debemos recordar que cuando se adapta una historia, es susceptible de experimentar cambios, más o menos importantes en su narración o en el diseño de personajes. En cualquier caso, bajo el título, casi obvio, de Dept. Q, nos encontramos al grupo de improbables inadaptados, que cargan a cuestas con un bueno número de fantasmas propios, y a los que se les encarga lavar la cara del departamento de policía del lugar, que es Edimburgo, y que sufre la mala prensa de su elevado porcentaje de crímenes no resueltos. El elegido será el de una fiscal desaparecida cinco años atrás, no se sabe si asesinada o raptada, o quizá desaparecida por otros motivos, y que como es lógico tocará las narices de muchos.

No las tenía conmigo cuando decidí ver la serie. Pero con Matthew Goode al frente, y confiando en el buen quehacer de los intérpretes británicos, de la cual la única que me sonaba es Kelly Macdonald, una actriz muy solida a la que vemos mucho menos de lo que nos gustaría, aquí hace un papelito secundario, me animé. Y no me arrepiento. La serie está bien valorada por los votantes en IMDb y con razón. Está bien hecho y muy bien interpretada. Y no, no sabe a las frías y asépticas producciones nórdicas. Tiene las mañas de los británicos, que hace muchas décadas que han demostrado que saben hacer cine y televisión. Tiene mucho oficio. No sé cuanto durará esta serie. Da para bastantes temporadas, a caso policiaco por temporada. Pero todo dependerá de si a Netflix le salen las cuentas. Si sigo abonado a la plataforma, cosa que me estoy pensando, seguiré viéndola. Si no… probablemente no. Está bien hecha, es entretenida, pero, para mí, es prescindible. Como ya habréis deducido, el género negro… «no me mata».

[Cine] Operation Mincemeat (2021)

Cine

Operation Mincemeat (2021; 35/20220701)

Me entero esta mañana que esta película bélica de espías que lleva en cartelera desde mayo va a estar disponible ya en alguna plataforma en línea de cine bajo demanda desde esta misma semana, coincidiendo todavía con su presencia en las carteleras. La vimos el pasado viernes, día en el que fuimos al cine sin muchas pretensiones, simplemente para vernos y entretenernos un rato en un lugar con aire acondicionado. Y una película británica de época, dirigida en esta ocasión por el veterano director inglés John Madden, parecía una apuesta segura. Incluso si al final no resultaba memorable.

La película gira entorno a los dos principales responsables, Ewen Montagu (Colin Firth) y Charles Cholmondeley (Matthew Macfadyen) [pronúnciese /ˈtʃʌmli/ chamli, más o menos; para qué querrán los británicos tantas letras si luego no las usan] de la operación de engaño que llevaron los servicios secretos británicos durante la Segunda Guerra Mundial en vísperas de la invasión aliada de la isla de Sicilia. Y que llevó el nombre que da título a la película, Operation Mincemeat, aunque en España se ha optado por el anodino título de El arte del engaño. En ella se cuenta toda la peripecia para convertir el cadáver de un hombre galés sin techo muerto por envenenamiento en las calles de Londres en el de un oficial de infantería de marina británico que aparece en las costas de Huelva portando unos documentos que dan fe de las pretensiones aliadas de desembarca en Grecia, y que deben llegar a manos del alto mando alemán. Entre medio, la película se entretiene con un ficticio romance no consumado entre los protagonistas y una funcionaria, Jean Leslie (Kelly Macdonald) cuya foto aparecería en los papeles del finado como su presunta novia. Jean Leslie existió. Tenía alrededor de 20 años,… la actriz que la interpreta tenía esa edad cuando saltó a la fama por su interpretación en Trainspotting en 1996,… así que bueno… aunque se conserva muy bien… pues no. Ficticia esa parte.

Como decía al principio, la elección de esta película era una apuesta segura. Las películas de Madden, alguna de las cuales ha ganado un discutido y discutible oscar, están bien hechas siempre, y son agradables de ver. Los británicos tienen oficio a raudales para hacer películas de época. El trabajo de los intérpretes en impecable desde cualquier punto de vista. Y la película tiene un ritmo razonable que la hace entretenida, aunque, para lo que cuenta, me sorprende que dure más de dos horas. Su rigor histórico también es razonable, aunque se invente alguna cosa, y parece que omita otras. De partida, no todo el mundo cree que esta operación fuera tan trascendente, ya que el plan de engaño era mucho más amplio y ambicioso, y es difícil saber con precisión en qué medida tuvo cada medida eficacia para que los alemanes dispersarsen sus fuerzas en lugar de fijarlas en Sicilia como lugar más probable del desembarco.

Pero el objetivo que nos propusimos se cumplió sin problemas. Un rato entretenido para una producción bien hecha… aunque probablemente olvidable, por ser un producto más que sale de la factoría británica de películas de época, sin más. Todavía está en el cine. Pero también se puede ver en línea, por lo que parece. En cualquier caso, adecuada para los calores veraniegos. Por cierto, según Wikipedia y otras fuentes, el ministro de Marina español en la época, el militar fascista Salvador Moreno, responsable de muchas muertes civiles en Andalucía por sus bombardeos indiscriminados desde el mar a las columnas de refugiados entre Málaga y Almería, ascendió a almirante en 1950, pero en la película se le da ese rango militar. Sería contraalmirante o vicealmirante, o algo parecido. Algunos políticos «democráticos» españoles lamentaron que su nombre desapareciera del callejero de alguna ciudad… Qué cosas.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

No es país para viejos (2007)

Cine

No es país para viejos (No country for old men, 2007), 9 de febrero de 2008.

Siempre he mantenido dos cosas. La primera, que los Coen, Ethan y Joel, han sido y son una de las parejas de cineastas más personales y creativas de las dos últimas décadas, y que han aportado lo suyo a este arte que tanto nos ocupa, el cine. La segunda, que los Coen no han hecho habitualmente un cine para todos los públicos. Y con estas premisas, vayamos a la película que nos ocupa.

Y la película que nos ocupa es un drama que necesariamente está abocada a la tragedia. Es una película que va sobre la violencia, sobre la venganza, sobre cierto tipo de «principios», sobre una tierra dura en la que es difícil vivir,… sobre muchas cosas. Es un western, situado en la década de los ochenta. Todo ello aderezado con el especial punto de vista de los directores, que lo mismo te horrorizan que te arrancan una sonrisa. Esto último en contadas ocasiones. Desde ningún punto de vista estamos ante una comedia. Esto no es Fargo, donde al mismo tiempo que te cuentan una tragedia constántemente te mantienen con una media sonrisa, a veces franca, a veces irónica. Aunque tiene cosas que ver con aquella excelente película. Todo ello magistralmente filmado. Con un ritmo adecuado, a veces más rápido, a veces más lento, hasta llegar a un final que no contenta a muchos, pero que es adecuado, aunque quizá se arrastra sobre sí mismo durante demasiados minutos. El espectador sale con sensación de insatisfacción, porque los Coen corren el riesgo de no satisfacer la complacencia del habitualmente adocenado público, y no solamente juegan con la tragedia, sino que se regodean con ella. Pero ya he dicho que no creo que hagan cine para todos los públicos. «Palomiteros», abstenerse.

La interpretación es una de las claves de este filme. Qué decir que no se haya dicho ya sobre el trabajo de Javier Bardem, que aunque sea clasificado como «actor de reparto» es el auténtico protagonista del largometraje, paseándose por la frontera tejana con el peinado más imposible que he visto últimamente en la gran pantalla, películas de época aparte. Pero están al mismo nivel el siempre competente Tommy Lee Jones, auténtico relator de este drama, y Josh Brolin, motor con su osadía y sus decisiones de toda la acción. Además de otros secundarios que van apareciendo, siempre con fortuna, haré una mención a Kelly Macdonald, actriz escocesa que me gustó mucho en Trainspotting y en Gosford Park, que se prodiga poco en la gran pantalla, y que siempre he pensado que tiene muchas más posibilidades que las que les dan. Su personaje es modesto, pero fundamental a la hora de generar la final desazón en el espectador.

En resumen, una gran película, aunque no perfecta, pero que hará la delicias de los amantes al buen cine, aunque causará la insatisfacción e incluso el malestar de quienes buscan productos más comerciales. Yo le pongo un ocho, con un nueve en la interpretación y otro ocho en la dirección.

En una película donde la muerte es el otro gran protagonista, que otra fotografía podría poner.

La tumba ¿del pirata?

(Pentax K10 D; SMC-A 100/4 Macro)