[Cine] The tragedy of Macbeth (2021)

Cine

The tragedy of Macbeth (2021; 03/20220116)

Parece que los hermanos Coen se han «divorciado» cinematográficamente hablando. No sé si para esta película o ya para los restos. El caso es que esta adaptación de una de las más célebres tragedias de William Shakespeare la firma en solitario, tanto en la dirección como en el guion que adapta el texto del Bardo, Joel Coen. Hay que decir que, aunque la mayor parte de las películas de los hermanos Coen sean acreditadas popularmente a ambos, en los créditos oficiales suelen aparecer ambos como guionistas, pero en sus largometrajes hasta 2003 sólo aparecía Joel como director. Oficialmente. En cualquier caso, ya adelanto que esta adaptación teatral no es una película al estilo de lo que se entiende por «coenesca» en mi opinión. Aunque sí homenajea a directores o estilos cinematográficos del pasado. Véase el expresionismo alemán. Cuando menos visualmente y con la inestimable ayuda del director de fotografía Bruno Delbonnel, que se sale del estilo que le ha hecho más famoso.

Mi última visita a Escocia, al castillo de Stirling en concreto, en blanco y negro, como la película.

Macbeth es una de las tragedias más conocidas del Bardo. Pero decir que sea una tragedia popular me parece un exceso. No es fácil de digerir. Quizá en su tiempo, a principios del siglo XVII, con un público acostumbrado a su lenguaje y su métrica, y con una mayor comprensión de las analogías del drama histórico con los acontecimientos políticos de los que eran contemporáneos… se podría considerar popular. Pero en la actualidad, para quien no tiene el inglés como lengua nativa, seguir una versión original de la obra, aun con los subtítulos como ayuda, exige esfuerzo y mucha atención. La obra sobre las nefastas consecuencias morales de una fuerte ambición por el poder por parte del rey de Escocia Macbeth (Denzel Washington), encarnada en esa voz de la conciencia nefasta que es Lady Macbeth (Frances McDormand),… no es fácil. Por eso llama la atención su difusión a partir de una plataforma de contenidos online como es Apple Tv. Aunque ya vengo notando un patrón en estas plataformas, por el que incluyen obras en sus catálogos menos atractivas para la masa de espectadores, pero que den prestigio a la plataforma.

Rodado en blanco y negro digital, en formato 1,375:1, formato estándar académico normalizado en 1932, con amplia profundidad de campo, uso de angulares y juegos de formas luces y sombras muy característicos, como ya adelantaba antes, formalmente se inspira y homenajea al cine expresionista alemán. Y a otros grandes filmes inspirados por aquel, como la famosa película de Orson Welles que también era un enorme retrato de la ambición. Cuando veo este tipo de tragedias no puedo dejar de recordar lo que decía la solapa de las tapas de mi primera versión de El Señor de los Anillos, «la capacidad corruptora del poder afecta incluso a los más poderosos». O algo así. Pocas pegas se le pueden poner a los aspectos formales del largometraje, que muestran el dominio del director y su equipo para hacer un cine de alto nivel.

Y qué decir del reparto. Ya de entrada, el director confía en su esposa para el siempre difícil, complejo, papel de Lady Macbeth. Lo cual es jugar sobre seguro, puesto que McDormand es una de las mejores intérpretes y más versátiles de la actualidad. Y cuando digo «actualidad» digo a estos tiempos en los que más se le reconoce, porque su capacidad interpretativa está más que constatada desde hace décadas. Y Washington tampoco tiene mucho que demostrar a estas alturas, aunque su carrera incluya también algún pestiño que otro. Pero la labor actoral se puede considerar también impecable.

¿Es recomendable, por lo tanto, esta adaptación de la tragedia teatral? Para los aficionados de la obra de Shakespeare y del cine de autor, sin duda. Imprescindible. Pero el gran público… tendrán que ser espectadores dispuestos a asumir riesgos, a salirse de los caminos mil veces trillados del cine actual. En esas condiciones, olvidándose de las palomitas y de ingerir las venenosas pizzas a domicilio, centrándose en la experiencia cinematográfica pueden encontrarse con una experiencia muy gratificante. Si no…

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Televisión] La BBC, Shakespeare y los reyes de Inglaterra; The Hollow Crown

Televisión

Creo que esta serie de la televisión pública británica de toda la vida merece una entrada para sí sola. Con motivo de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, la BBC preparó una especie de olimpiada cultural entre cuyos contenidos se encontraba esta serie, The Hollow Crown. Básicamente, detrás de esta serie está la adaptación para televisión de cuatro dramas de William Shakespeare, la denominada henriada, que ve el ascenso al trono de Enrique IV tras conspirar contra Ricardo II, y la sucesión del primero por su hijo Enrique V. Esta tetralogía está relacionada con otra que escribió con antelación y que está centrada en la Guerra de las Dos Rosas, cuyo drama más conocido es Ricardo III. Para Shakespeare, por algunos pasajes de las obras que hoy nos ocupan, la responsabilidad de la inestabilidad de la monarquía inglesa durante el siglo XV está en el derrocamiento de Ricardo II por Enrique IV. No obstante, a la larga, el héroe de esta serie de obras es Enrique V, conocido por haber reiniciado las pretensiones al trono francés de la monarquía inglesa que dieron lugar a la Guerra de los Cien Años, y por la significativa victoria de su ejército en Agincourt, lo que le daría fama y gloria, y lo que provocó la prolongación del conflicto anglo-francés.

Las cuatro obras adaptadas a televisión son:

Ricardo II

Enrique IV, parte 1

Enrique IV, parte 2

Enrique V

Previamente yo conocía esta última, que ha tenido ya varias adaptaciones cinematográficas. Entre ellas, soy consciente de haber visto la densa adaptación que hizo en su momento Kenneth Branagh. Adaptación que me atrevería a decir que ha influido en las cuatro obras que constituyen esta serie.

Catedral de Canterbury

Mucho escenario gótico en esta serie de adaptaciones teatrales, como gótica es la catedral de Canterbury.

Así pues, tenemos en realidad cuatro largometrajes para televisión, adaptación fiel de los textos de William Shakespeare, que duran en torno a dos horas de duración cada uno. Un par de ellos más. La fidelidad histórica y ambiental está tremendamente cuidada, siempre teniendo en cuenta que el bardo no necesariamente fue fiel por completo a los hechos históricos. Lujosa producción, con excelente fotografía, rodada en escenarios naturales y en edificios de la época, mucho gótico.

Por supuesto, un gran merito recae sobre los intérpretes, entre los que encontramos nombres muy conocidos del cine, la escena y la televisión británica. El protagonismo de tres de las obras recae en Tom Hiddleston que interpreta al rey Enrique V. Pero también destacamos el Falstaff interpretado por Simon Russell Beale, el Enrique IV interpretado en las dos partes que llevan su nombre por Jeremy Irons, mientras que en la primera de la serie es interpretado por Rory Kinnear, el Ricardo II interpretado por Ben Wishaw, o el Hotspur a quien da vida Joe Armstrong. Incluso la guapa Clémence Poésy como la reina Isabel de Valois. Con carácter más anecdótico, hay papelitos la actualmente muy en boga Michelle Dockery, o Geraldine Chaplin.

De las cuatro obras, he disfrutado mucho con la segunda y la última. Quizá porque son las más digeribles, las que más acción contienen, siendo las otras dos más densas. No me atrevo a recomendarlas con carácter general, porque reconozcámoslo, el nivel de medio del telespectador no casa bien con los textos clásicos del dramaturgo de Stratford-upon-Avon. Pero para quien busque algo más, quien tenga inquietudes por las obras clásicas, por la historia, y por la televisión de alta calidad, es una serie que podríamos clasificar como imprescindible. Desconozco si en algún momento alguna televisión española se atreverá con su difusión.

Los Burgueses de Calais, tras el palacio de Westminster

El episodio de los Burgueses de Calais, que inmortalizó Rodin, también se basa en un episodio anterior de la Guerra de los Cien Años, bajo el reinado de Eduardo III, cuyo hijo Eduardo, el Príncipe Negro, es padre de Ricardo II y está enterrado en Canterbury.