Durante una semana he buscado el fresquito del norte de la Gran Bretaña, Escocia, para huir de los calores y de los follones cotidianos. Vacaciones. He ido mandando algunas imágenes tomadas con el teléfono móvil estos días atrás. Pero creo que es momento de hacer un resumen de lo visto y oído. Si es que la lamentable conexión a internet con la que me he encontrado a la vuelta me lo permite. No ha sido un viaje que ha buscado batir récords de cosas a visitar. De hecho, una parte de los recorrido ya lo conocía. Pero aun así, ha cundido y ha estado bien. Como siempre, lo cuento con fotos. Es larga la entrada. Aviso.
En los próximos días, elaboraré el diario de viaje y prepararé el libros de fotografías del mismo. Os iré manteniendo informados.

La vista más característica de Edimburgo probablemente sea la del castillo sobre la gran zona de jardines de Princes Street Gardens.

Los tejados de la estación de Edinburgh Waverly, la más importante de la ciudad, están pensados para proteger a los viajeros del temperamental clima escocés. Pero en días de calor, raros pero los hay, pueden hacer un efecto invernadero, y convertir el paso por la estación en un agobio. Sucedió este pasado martes.

Muy jovencitos este grupo de chavales que tocaban música con aires celtas con gran entusiasmo en la Royal Mile de Edimburgo.

Holyrood Park es una zona verde privilegiada de Edimburgo. De origen volcánico, tiene su “ben” (montaña), la Silla de Arturo, algunos “lochs” (lagos) y algunos “glens” (valles de origen glaciar), junto con una vegetación que hace que reproduzca en miniatura el paisaje de las Highlands.

Excelentes vistas de la ciudad de Edimburgo se disfrutan desde la agradable colina de Calton Hill.

En el castillo de Stirling tuvimos la oportunidad de escuchar un agradable concierto de una coral de adolescentes, que la verdad es que lo hacían muy bien.

Algunos empleados del castillo de Stirling, caracterizados de época, dan explicaciones de las estancias que sirvieron de palacio.

El Estudio de Culross es uno de los edificios más característicos de esta conservada población medieval a orillas del estuario del Forth.

Uno de los jardines privados de la ladera orientada al sur sobre la que se asienta Culross estaba al público a cambio de donativos para la British Heart Foundation. El trato nos pareció bastante justo. El jardín es muy bonito, con estas amapolas de color lila tan estupendas.

Culross dispone de una vistosa abadía, parte en uso y parte en ruinas, con su correspondiente cementerio. Llama la atención que un lugar tan estupendo tuviera tan escasa afluencia de turistas.

Me encanta que los británicos hayan conservado los semáforos de palanca en muchas de sus líneas férreas, como estos que vemos al paso de un tren en la estación de Stirling.

El largo paseo por los bosques de Cruach Tarbeit fue estupendo. Y estas curiosas tallas en madera que encontrábamos de vez en cuando dan un aspecto de escenario de historia fantástica al lugar.

Tarde tristona y gris a orillas de Loch Lomond, que impidió que lo disfrutáramos más.

Ben Lomond se asoma entre las nubes, visto desde Loch Lomond.

Queríamos pasear junto al mar. Y llegamos hasta Aberdeen, que es una ciudad cuidada pero sin especiales atractivos.

Más interesante fue el circuito senderista en Stonehaven que, entre otros sitios, nos llevó por el frondoso bosque de Dunnottar.

El hito principal del circuito de Stonehaven es el castillo de Dunnotar, en una península a orillas del mar del Norte.

Además de por el castillo de Dunnotar, se puede pasear por las calas que lo rodean, disfrutando un poco del ambiente marino. El mar del Norte estaba muy calmado esos días, pero probablemente habrá momentos de menos paz en estas costas.

El circuito senderista va a dar a unos acantilados que dominan el coqueto puerto de Stonehaven.

Un memorial dedicado a los caídos de la Gran Guerra domina el paisaje de los alrededores de Stonehaven.

Muchas horas de tren para acercarnos hasta Inverness y el famoso lago Ness. Pero se compensan por los bellos paisajes, ya que la ruta ferroviaria cruza los Cairngorms.

Un pintoresco personaje se paseaba por los Victorian Markets de Inverness.

Recorrimos parcialmente el Loch Ness, en su zona más próxima a Inverness, en un barco que nos llevó hasta el castillo de Urquhart.

El castillo de Urquhart es uno de los más famosos de Loch Ness, y recibe muchos turistas. Pero a mí me gustó más el de Dunnottar que vimos el día anterior en la costa del mar del Norte.

El último día lo pasamos en Glasgow, donde es característica la estatua de Wellington con un cono de tráfico en la cabeza. Puesto que está en la entrada de la Gallery of Modern Art, llegamos a pensar que se trataría una expresión artística contemporánea. Pero parece que se trata de una tradición humorística de los habitantes de Glasgow que tiene ya unos treinta años de antigüedad.

Aunque muy oscura por fuera, la catedral de San Mungo en Glasgow es estilizada y muy vistosa en su interior.

Junto a la catedral de San Mungo se extiende la Necrópolis de Glasgow, un amplio cementerio que se extiende por una colina. Aquí comencé yo hace ya 17 años mi costumbre de visitar cementerios en mis viajes.

También junto a la catedral de San Mundo está el Royal Infirmary de Glasgow, gran hospital de gran tradición, donde Lister, cirujano que había oído de los trabajos de Pasteur, comenzó con las prácticas de antisepsia que revolucionarían las ciencias y las técnicas quirúrgicas al evitar las temidas infecciones.

El Kelvingrove Art Gallery and Museum es un museo peculiar. Lo mismo encuentras un Spitfire “sobrevolando” avestruces y elefantes, que un cuadro de Van Gogh o una crucifixión de Dalí. O te explican el follón sectario entre católicos y protestantes de la ciudad de Glasgow.

Lleno de gente disfrutando del sol estaba el jardín botánico de Glasgow, donde encontramos unos invernaderos estupendos dedicados a las plantas carnívoras o a los helechos arborescentes.

Y me despido de este resumen con la “Tardis” que encontamos en Buchanan Street. Por un momento me entró la ilusión de que pudieramos vernos envueltos en una aventura en el espacio y en el tiempo con el Doctor.