Pues eso. Que me aburro de comentar noticias depresivas, así que os voy a contar algo relacionado con la informática. En concreto, con mis herramientas informáticas.
Hace ya unos años, mandé a paseo los PCs y me fue agenciando unos ordenadores de Apple. Primero un portatil, un iBook G4, y después el sobremesa, un iMac de los blanquitos ya con procesador Intel. Hay quien alaba el hardware de Apple como lo más importante. Y sí, son bonitos, funcionan su problemas; lo que se dice, van bien. Pero lo que realmente me gusta es el sistema operativo, el Mac OS X. Es bonito, limpio, claro, razonablemente coherente, de funcionamiento suave,… no se cuelga, no da pantallazos azules ni de ningún otro color,… en fin, la terapia psicológica definitiva para quienes nos hemos pegado 21 años con los sistemas operativos de Microsoft, desde el MS-DOS 3.1 hasta Windows XP. No no he tenido «la fortuna» de trabajar nunca con Windows Vista, pero sigo, en mi puesto de trabajo, bregando con XP.
Cuando compre el iBook, venía con el Tigre. Posteriormente, actualicé tanto el iBook como el iMac al Leopardo, y fue estupendo. Con muchas cosicas nuevas, que la verdad no siempre he aprovechado por que yo soy de necesidades austeras. Y ahora nos ha llegado el Leopardo de las nieves. No viene con muchas cosicas nuevas; nos dicen que la gran novedad es que le han purgado las entrañas. Han buscado que funcione mejor y más rápido.

Pantalla principal de mi iMac con el leopardo de las nieves, iTunes discretamente en un rincón, y Sookie Stackhouse asomándose discretamente al nuevo y limpio Quicktime X
Una cosa que hay que agradecer es que Apple ha hecho que parece novedosa. Hay versiones de actualización a precios más que razonables. Esto está muy bien de cara a prevenir la piratería. Porque hasta ahora había que pagar de canto las novedades. Y luego pasa lo que pasa y se quejan los que se quejan. Pues nada. Todo dentro de la legalidad.

En la pantalla secundaria del iMac, Safari nos muestra los comentarios que The Online Photographer nos hace sobre esa monada que es la Panasonic Lumix DMC GF-1
Otra cosa importante. Después de tener de hace tiempo un disco dedicado al Time Machine, sin haber necesitado más de él, estos días atrás he dado gracias para haberlo hecho. La instalación me ha quedado perfecta. Sistema y selección de aplicaciones desde cero, renovadas, los archivos de trabajo y las configuraciones como estaban. Como me gustan. Sin complicaciones, fácil. El jueves actualicé el Macbook Pro y ayer el sobremesa. Y ya está. A funcionar como si nada. pero más rápido y limpio.
Muy duro tiene Microsoft que yo vuelva al redil.
Mientras, aunque todavía estamos en uno de los veranos más calurosos de los últimos años, las tardes en Zaragoza empiezan a tener color a final del estío. No sé. Vedlo vosotros mismos.