In memoriam, José Saramago

Literatura

No he leído muchas cosas del simpático escritor portugués, que ha muerto en su voluntario «exilio» en la isla de Lanzarote. Saramago era más querido, que no necesariamente más comprendido, en España que en su Portugal natal. En algún momento llegó a comentar en público, pecado de difícil perdón entre los lusos, que convendría que su país y el nuestro se unieran en una única nación ibérica. Para quienes pensamos que la existencia de fronteras es una soberana, nunca mejor utilizado el adjetivo, estupidez, esto nos parece lógico. Pero los seres humanos no se mueven por la lógica, mucho menos por la razón; el ser humano es todo tripas. Se mueve por instintos, por emociones, por apetitos,… o arrastrado por las masas. De ahí la existencia de las naciones.

El escritor portugués era escéptico. En lo que se refiere al ser humano, a la política, a la sociedad en general. Y sin embargo, amable. Cercano. Eso es lo que dicen. Yo no lo conocí claro. Leí en su momento el Ensayo sobre la ceguera, pero donde más lo aprecié fue en sus artículos de opinión en la prensa. O en sus intervenciones radiofónicas. Me sonaba bien lo que decía. Sentía afinidades.

Pues se ha ido. Dice una amiga mía que la cantidad de inteligencia sobre la faz de la Tierra es una constante. Y cada vez somos más… Si es así, esa inteligencia del autor se diluirá entre los excesivamente seres humanos. Que se olvidarán de sus enseñanzas. Y seguirán pensando con las tripas. No con la cabeza; ni con el corazón.

En fin.

Calle

Un rincón de Cascaix, un rincón de Portugal; en recuerdo del escritor, aunque nosotros lo quisieramos más - Panasonic Lumix LX3