A pesar de las huelgas «salvajes», he llegado a Barajas, y de allí a Estrasburgo

Viajes

Una vez salvados los problemas huelguísticos en Madrid, y tras una laaaaaarga estancia en el aeropuerto de Barajas, en un avión pequeñín de Air Nostrum, hemos tenido un tranquilo vuelo con buen tiempo hasta Estrasburgo.

Un hotel estupendo, en la Place de la Gare, justo enfrente de la estación, como es lógico pensar.

Muchas flores y muchos tranvías entre los canales que atraviesan el centro de Estrasburgo, una ciudad bastante mona por lo demás.

Restos de antiguas murallas y fortificaciones, flanqueando algunos de los canales de la ciudad.

Una tarde con un tiempo excelente, casi caluroso, invitaba a las gentes a poblar los parques y jardines para estar con los amigos; mucho ambiente.

Por algún motivo que todavía desconozco llaman la "Petite France" un barro de la ciudad que fundamentalmente tiene aspecto alemán.

Unos novios haciéndose las fotografías de boda; la verdad es que los fotógrafos sociales en esta ciudad lo tienen "chupado" para encontrar rincones monos para los ilusionados contrayentes.

Opípara cena al aire libre; si no tenemos cuidados volveremos como toneles, porque los menús son copiosos,... y no muy caros.

Tras la cena, una paseo para rebajar calorías; en algunas zonas, la rotulación de las calles es bilingüe, con un segundo idioma que se parece mucho al alemán que pero que no es,... aunque casi.

Tranvías, muchos tranvías; y en Zaragoza siguen si creerse que es la última tendencia en transporte urbano, moderno y sostenible.