Rabia (2009), 31 de mayo de 2010.
Ha debido tener algún problema de distribución esta coproducción mejicano-hispano-colombiana, ya que en la ficha técnica aparece como de 2009, y se estrena en España ya bien entrado el 2010. Ando yo un poco remiso a la hora de acudir a las películas españolas y similares, ya que tengo la sensación de que el cine español anda un poco desnortado. Parece que los temas tengan que ser siempre los mismos, y aquí daba la impresión de que volvíamos a un nuevo drama sobre la inmigración, asunto que puede ser importante, lo es, pero que puede quedar muy manido si siempre le damos vuelta desde similares puntos de vista. De todas formas, alguna reseña por ahí que indicaba algún aspecto novedoso y cierta calidad en el producto, y ante la carencia de auténticas alternativas en una cartelera paupérrima, nos decidimos a probar.
El filme dirigido por Sebastián Cordero nos habla de un inmigrante sudamericano, Gustavo Sánchez Parra, trabajador de la construcción en una ciudad española que probablemente sea Bilbao, que agrede y mata accidentalmente a su capataz. Este inmigrante lleva poco tiempo saliendo con otra inmigrante de su país, una guapa joven, Martina García, que trabaja de interna al servicio de una familia acomodada en una vieja mansión de la parte alta de la ciudad, y que es requebrada con frecuencia por su físico por diversos personajes, lo que hace que salga a la luz el carácter airado del hombre. Tras la muerte del capataz, se refugia en la mansión donde trabaja la chica, sin que ni siquiera ésta lo sepa. Allí será consciente del trato que los señores de Torres dispensan a la chica. A veces amables, otras indiferentes, o condescendientes, en ocasiones es literalmente avasallada por alguno de los miembros de la familia. Lo cual va inflamando esa rabia a la que hace referencia el título del filme.
He de decir que la película esta bastante bien hecha. Si bien las situaciones iniciales que llevan al homicidio del capataz me parecen un poco forzadas, luego vivimos las experiencias de los dos inmigrantes protagonistas dentro de la mansión con bastante interés. La excelente ambientación, el buen manejo de los personajes, lo mucho que se dice con contención, sin muchas palabras ni imágenes explícitas, nos hace meternos en la histora en la parte central del largometraje. Es cierto que al final la historia se deshincha un poco. El momento climático de esa rabia anunciada nos pilla un poco fríos, y a partir de ahí el drama deriva por unos derroteros no previstos, y que sin ser inadecuados, no están a la altura de las expectativas creadas.
El punto fuerte de la película, no obstante, es la interpretación de sus actores. Los dos colombianos ya mencionados están a excelente nivel. En ambos protagonistas hay una combinación excelente entre el físico de ambos, delicado y frágil el de ella aunque con más fortaleza del que sospechamos, y rudo y áspero pero con capaz de mirar con dulzura el de él, con los caracteres desarrollados y con los acontecimientos. Pero además, aunque en papeles secundarios pero trascendentes, los actores y actrices españoles, están también muy bien. Xabier Elorriaga y, en especial, Concha Velasco componen un excelente matrimonio de edad ya avanzada en su torre de cristal que es la mansión que habitan, con sus miserias y alguna grandeza. No muchas. Alex Brendemühl, el hijo, nos ofrece también un papel breve pero decisivo en el devenir de la historia. Icíar Bollaín, la hija, tiene un papel con un recorrido mucho más limitado. En general, todos ellos están bastante bien.
La conclusión que saco es que el esfuerzo por hacer una película diferente manteniendo alguno de los temas de moda en el cine español es notable y de agradecer. La buena factura técnica del conjunto es notable, y ya hemos comentado el buen hacer actoral. Quizá quede como lado negativo una historia que no siempre resulta del todo atractiva, especialmente en su recorrido final. La puntuación que le doy es:
Dirección: ***
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ***