Aunque hace ya tres semanas que comenté el segundo libro de la trilogía de Tora de Herbjørg Wassmo, en realidad fue el libro que leí inmediatamente anterior a este. Lo cierto es que después del abrumador final de ese libro, necesitaba algo con otro tono, presuntamente más ligero, antes de afrontar el tercer libro de la trilogía. Por si acaso llegaba a tener el mismo tono desesperanzador que el anterior. Así que me fui a por este librito con dos relatos del escritor norteamericano escandaloso por excelencia, Henry Miller, de quien no había leído nada hasta ahora. En versión original en inglés.
Quiet Days in Clichy
Henry Miller
Grove Press, 2007
Edición electrónica

Pasearemos hoy, claro está, por París. Por los ambientes más bohemios, bien sea en Montparnasse…
El libro consta de dos relatos. El que lleva el mismo nombre que el volumen, Quiet Days in Clichy, y un segundo con el título Mara-Marignan. El primero nos habla de forma general de las andanzas de Joe, un escritor norteamericano alter ego del autor, y su compañero de piso en los alrededores de la Place de Clichy en París, Carl, un checo expatriado que trabaja en la redacción de un periódico. Ambos viven en un ambiente bohemio, que se centra en la supervivencia cotidiana, búsqueda de dinero y de comida, o bien en la búsqueda de relaciones sexuales con todo tipo de mujeres, de prostitutas en Pigalle a jovencitas adolescentes más o menos descarriadas. Y eventualmente, escribir. En el segundo, donde encontramos los mismos protagonistas, nos trasladamos a los Campos Elíseos, donde en un episodio más íntimo, tras una fiesta con Carl y otras mujeres, tendrá un encuentro con una mujer que le evocará otros momentos y otras relaciones de su vida.

… o por qué no por los Campos Elíseos, inmersos en la niebla, en las vísperas de Navidad…
Miller alcanzó buena parte de su fama por escandalizar a las sociedades anglosajonas más puritanas con sus textos en los que los encuentros sexuales se tratan con descripciones explícitas, con cierta crudeza en ocasiones. Hoy en día hay mucha literatura con el mismo nivel de descripción física, mucha con ínfima calidad literaria incluso si goza de éxito, y estas cuestiones no nos asombran ni escandalizan con carácter general. En aquellos momentos, Miller aspiró a que en la literatura el erotismo apareciera como un componente más de las relaciones humanas y con el mismo nivel de detalle que otros. De hecho, estos relatos se escribieron en 1940, son ficción a partir de las experiencias del escritor en su estilo de vida bohemio parisino, pero tardaron todavía mucho tiempo en ser admitidas para su publicación en su país natal, los Estados Unidos.
Personalmente, considero que tienen un interés literario innegable. El tema de las descripciones explícitas de los actos sexuales hace tiempo que me parece secundario. A veces pueden aparecer y ser convenientes, y otras ser gratuitas. No faltan ejemplos de erotismo intenso en el que se insinúa más que se describe. Son otros valores los que dan prestancia a la obra literaria. Dicho lo cual, descartado el efecto «escándalo»… no creáis que me ha interesado mucho lo que cuenta Miller sobre su estilo de vida en París, que me parece lleno de contradicciones personales. Pero bueno, es un libro que se lee bien, y no es muy extenso. Sus poco más de 150 páginas son una dimensión adecuada para iniciarse en el autor.

… o desde Pigalle o la place Clichy subiremos a Montmartre para elevarnos por encima del mercadeo de sexo de las faldas de esta colina parisina.