Truman (2015); vista el 6 de noviembre de 2015.
Película con DNI español, dirigida por Cesc Gay, pero con abundante ADN argentino. Y lo que hace atractivo esta película es especialmente la parte del reparto que nos llega del otro del Atlántico. Veamos lo que ha dado de sí.

La película se presenta en Montreal… en un Montreal completamente cubierto de nieve y no primaveral como en la fotografía.
Tomás (Javier Cámara) es un ingeniero español que está casado y vive con su esposa y sus niños en las afueras de Montreal. Un día coge un avión, ante la llamada de Paula (Dolores Fonzi), la prima de su mejor amigo, Julián (Ricardo Darín), y se viene a Madrid. Este último esta enfermo, con un cáncer de pulmón, y el pronóstico no parece ser bueno. Tendrán cuatro días para poner sus cosas en orden. Entre ellas, encontrar unos «padres» o «madres» adoptivos para Truman, el perro de Julián.
Nos llega esta película rodeada de críticas muy positivas. La película, desde el punto de vista de su realización, está dirigida y producida con oficio. El guion… es previsible. Quizá demasiado previsible. Una buena parte de las situaciones y los personajes están un poco estereotipados, aunque hay varios diálogos disfrutables o interesantes, moviéndose siempre en el terreno del drama con notas de humor.

Se desarrolla la mayor parte del tiempo en Madrid… un Madrid muy tranquilo y recogido.
Indudablemente, como decía, siempre es interesante ver lo que nos ofrece Ricardo Darín. Y efectivamente, este actor suele ser capaz de levantar una película del aprobado al notable alto con una habilidad poco frecuente. Y en este caso el punto de partida estaba algo más arriba que el aprobado. Javier Cámara siempre me ha parecido un actor limitado en su registro. Y esta película no me va a hacer cambiar de opinión a pesar de las alabanzas que he leído sobre el papel que hace. Lo que sí es cierto es que me resulta fácil empatizar con su personaje, que está bien adaptado a sus características. A pesar de sus limitaciones, no deja de ser un acierto de reparto. Es esa persona que no parece capaz de expresar de forma muy abierta o efusiva sus sentimientos, sin que eso implique no los tenga y sean profundos. Me identifico hasta cierto punto con el personaje. Además de esto, la muy atractiva desde todos los puntos de vista Dolores Fonzi sería la tercera pata del banco, aunque su presencia sabe a poco. Varios ilustres de la interpretación española aparecen en intervenciones que son poco más que cameos en varias ocasiones.
Película que se deja ver bastante bien, incluso bastante recomendable a pesar de su previsibilidad, aunque en los últimos tiempos nos han llegado propuestas más interesantes sobre los enfermos que afrontan una enfermedad potencialmente terminal. Como las que nos llegan de la fría escandinavia, o las historias de adolescentes enfermos. Incluso la película japonesa que acabo de ver y que comentaré dentro de unos días, cuando la haya reposado.
Valoración
- Dirección: ***
- Interpretación: ****
- Valoración subjetiva: ***

E incluso les da tiempo a pasear por los canales de Amsterdam.