Pues no. No hay que viajar a Japón para disfrutar de las «sakura» en primavera. «Sakura», la tan apreciada flor del cerezo en el País del Sol Naciente, también llega puntual a fines de marzo a los campos de Bolea, en la Hoya de Huesca, en las estribaciones de las sierras de Gratal y Caballera.
Ayer domingo, modorro perdido, más por haber trasnochado un poquito que por el cambio de hora, recibí una llamada a mitad de mañana que me llevó a coger el coche, unos cuantos pasajeros, y desplazarnos a un lugar de cuyo nombre no puedo acordarme no lejos de Ayerbe. Donde comimos y charramos, entre otras cosas. Cuando se nos hizo la hora de volver, decidimos tomárnoslo con calma, ya que una de las pasajeras del coche no había estado en el castillo de Loarre desde niña. Así que nos asomamos al formidable monumento medieval.
No estuvimos mucho rato. Lo justo para echar un vistazo y hacer alguna foto tonta. Salvo en algún momento en el que las nubes se conjuraban para proporcionar una bella luz al conjunto, lo cual sucedía de forma muy azarosa, las condiciones no estaban mucho mejor que cuando estuvimos en el mes de julio pasado. El conjunto de las fotos de ayer no son mejores, con alguna excepción, que las que hice entonces.
Y además es que hacía mucho frío. Como diez grado menos que en el valle, pero con un desapacible viento que no se notaba en altitudes más modestas. En conclusión, la sensación térmica estaría rozando los 0 ºC, pero no llevando más que ropa de abrigo ligero.
Así que nos volvimos a Zaragoza, pero no sin antes visitar los cerezos en flor de los alrededores de Bolea. Y disfrutar de la luz del atardecer, algo más modorra de lo que convenía. Pero bueno, aquí os dejo unas cuantas «sakura» aragonesas.