¿Mi serie favorita de las que están en activo en este momento? Es muy probable. Sí. Incluso por encima de Game of Thrones. La ucronía de Amazon Prime Video basada en la novela de novel de Philip K. Dick me tiene totalmente atrapado. La historia alternativa del siglo XX en el caso de que los fascismos del Eje hubiesen ganado la guerra, el reparto del mundo entre Japón y Alemania, nos está llevando por unos derroteros de lo más interesantes. Y acaba de terminar su tercera temporada,… y ya lamento no estar viendo la cuarta.
The Man in the High Castle es una serie excelente. Tal vez no perfecta… pero casi. Excelente ambientación, interpretaciones sólidas y contenidas, episodios antológicos que merecen la pena por sí mismos, profundos dilemas éticos, giros argumentales sorprendentes pero nunca anómalos ni forzados. La serie funciona en distintas dimensiones.

Nos vamos a Berlín, la «capital» del «Reich»… hoy día una capital culturalmente diversa y cosmopolita; pero también lo fue en los años 20 del siglo XX y acabó cayendo en las garras del fascismo.
Es una serie para la reflexión política. Para pensar en lo que significan los fascismos. O como se les llama ahora por parte de unos medios de comunicación asquerosamente políticamente correctos, las «derechas populistas». Llamémosles por su nombre, sino queremos convertir el mundo en una distopía de pesadilla a base de los votos de una masa desinformada.
Es una serie de intriga. De «suspense». Sufrimos con las aventuras y desventuras de sus protagonistas, que según Hitchcock era lo que marcaba el género. Hay complots, aventuras, alianzas imposibles, traiciones impensables o simplemente involuntarias. Romance, el justito… casi desapareciendo; que no distraiga de lo esencial. Aquí las mujeres son importantes y fuertes por sí mismas, no porque sean la novia de nadie.
Es una serie para la reflexión ética. No hay blancos o negros morales. El personaje que ayer nos parecía deleznable, hoy podemos desea que se salga con la suya. Para que a continuación realice una acción que nos recuerde que no es el héroe, que es un fascista. Y ya lo dijo Porco Rosso, «Prefiero ser un cerdo que un fascista». La gama es amplia en posturas éticas. Desde la bondad extrema, casi excesivamente ingenua, hasta la maldad absoluta. Pero pasando por una gama muy interesante. Dilemas.
Y es una serie de ciencia ficción y aventuras. El multiverso, la acción de los que se oponen a la perversión. Un mundo mejor es posible, no dejemos que los perversos de aquí estropeen los presentes y los futuros de allá. Luchamos por unos valores, no por una materialidad concreta.
Y todo ello, además, excelentemente interpretado. Con ese cuarteto constituido por Alexa Davalos, Joel de la Fuente (sí, el duro inspector Kido tiene ascendencia filipina, malaya, china, portuguesa y española; japonesa, no), Cary-Hiroyuki Tagawa y un impresionante Rufus Sewell. Sin despreciar absolutamente a ninguno del resto de intérpretes del amplio reparto, muy bien coordinado y compactado.
Deseando ver la cuarta temporada. Aunque imagino que no habrá muchas más. Las tramas se están empezando a cerrar.