Inu Oh [犬王] (2021; 61/20221204)
Probablemente, para los castellano parlantes, la transcripción más correcta del título japonés de esta película, 犬王, sería inuoo o inuō, el Rey de los Perros. Esa hache es lo que usan los angloparlantes para no pronunciar ou, lo que los japoneses hacen como un o larga. Pero bueno, el inglés es la lengua del imperio dominante… de momento. Cuando vi anunciada esta película de animación japonesa dirigida por Masaaki Yuasa he de reconocer que me intrigó. Pero a punto estuvo de escapárseme. Menos mal que una sesión matinal en versión original lo evitó. Es una película peculiar. Vamos a ver el porqué.

La película está inspirada en hechos reales. Una famosa batalla naval de hace 900 años, la batalla de Dan-no-ura, una lucha entre clanes rivales por el shogunato, que sucedió en el estrecho de Shimonoseki es el desencadenante lejano de los hechos. Tres siglos después, unos individuos contratan a unos pescadores para que se sumerjan en los restos de la flota perdedora para recuperar los símbolos del poder imperial hundidos con el bando perdedor. Y como consecuencia, el pescador muere y su hijo pierde la vista. Este decide vengarse, y se convertirá en un monje de los que narran sus historias acompañados de sus biwas. Paralelamente, los miembros de una compañía de teatro noh, asesinarán a los monjes que cuentan la historia del bando perdedor en aquella guerra. Pero de entre ellos, el hijo deforme de su lider se rebelará, se unirá al joven ciego, y juntos atraerán a las gentes con sus historias, uniendo la música de las biwas con el teatro nō, y dando lugar al favorito de las gentes, el Rey Perro, Inu-oh.
La primera mitad de la película me encantó. Con una animación elegante, muy expresiva, que varía en sus texturas y formas según lo que se cuenta y a quien se cuenta, nos va metiendo en la historia del hijo del pescador y el inicio de su búsqueda. Pero cuando en un momento dado se une al joven deforme,… la película entra en una espiral de anacronismos, que son, a la vez, visualmente fascinantes, pero acústicamente desconcertantes. La música que tocan los músicos es más propio del glam metal, que de la música propia de las biwas y el nō. Me pregunto si el personaje Inu-oh estará inspirado más por gente como Alice Cooper y similares que por el personaje histórico en el que se basa. La consecuencia, en mi caso, es un cansancio auditivo que me desconcentró de la película y casi me saca de ella.
No soy contrario a los anacronismos. Recuerdo lo frecuente que eran en una de mis series de anime favoritas, Samurai Champloo, y lo bien que le sentaban a una historia que era muy profundamente oriental, al remedar de alguna forma el célebre Viaje al oeste de la mitología budista. Pero en este caso, creo se cae en el exceso, y al mismo tiempo en la monotonía musical, frente a la vistosidad y la fantasía de la animación. Por lo tanto, mis sensaciones sobre la película son… raras. Y si al final le doy el aprobado en mi valoración subjetiva es por la brillantez de su animación y de sus imágenes. Pero no me atrevería a recomendarla con carácter general. En general, esta muy muy bien valorada por la crítica, y razonablemente bien valorada por el público afín a la animación. Pero no sé… a mí… lo dicho.
Valoración
- Dirección: ****
- Interpretación: ***
- Valoración subjetiva: ***