Recorriendo el barroco en la capital del tacón de la bota.



Recorriendo el barroco en la capital del tacón de la bota.



Tarde en el puerto y el centro histórico de la ciudad.



I trulli, patrimonio mundial UNESCO.



Corta estancia en Apulia, con base en Bari, empezando hoy.



Ya comenté en su momento algunas cuestiones fotográficas relacionadas con el viaje en el día que hice a Toledo a principios de marzo. Sí… llevamos ya más de una cuarta parte del mes de abril y todavía estoy con experiencias fotográficas de principios de marzo. Pero es que este 2022 está siendo animado fotográficamente. Y dentro de una semana me embarco en el primer viaje al extranjero del año, de donde espero venir también con una buena ración de fotografías. Y cuando digo «buena ración» espero que sea en calidad, más que en cantidad.



El caso es que también me llevé a Toledo una cámara compacta con película negativa en blanco y negro. Como hago en estos tiempos en casi todos los viajes, grandes o pequeños. Y ha llegado el momento de mostrar los resultados aquí. Una vez encarrillado mi blog de técnica fotográfica, los aspectos técnicos de las fotos están en Viaje en el día a Toledo – Minox 35 GT-E con Kodak Tri-X 400.



Ayer me fui de excursión con ASAFONA Asociación Aragonesa de Fotógrafos de Naturaleza al Geoparque Mundial Unesco Sobrarbe-Pirineos. No a todo el geoparque que es inmenso, sino a un par de puntos de interés próximos a Aínsa, acompañados por Anchel Belmonte, geólogo, coordinador científico del proyecto; las margas del Pueyo de Araguás y el barranco de Jánovas, con su hermoso anticlinal. Fue un buen día.

Las fotografías en color, de captura digital, fueron realizadas con una cámara que llegó recientemente a mi poder. Lo explico en Adiós parcial a Panasonic y regreso a Olympus – Olympus OM-D E-M5 III. Dentro de unos días espero poder presentaros fotografías realizadas con película fotográfica tradicional en blanco y negro.
Os recuerdo también que en las páginas de ASAFONA tengo una galería de fotos que, a mí por lo menos, me parece interesante.

Cuando estuve en Madrid a principios de febrero, me llevé una cámara para película tradicional y unos rollos de película negativa en color. Las fotos no están mal,… pero la película que usé la mayor parte del día no me acaba de convencer del todo. O metí la pata en algo, lo cual siempre hay que considerar.


Como de costumbre, la reflexión técnica fotográfica está en Madrid con película negativa en color (I) – Pentax MX y Kodak Gold 200. Aquí simplemente os dejo una muestra de las fotos. Fueron dos rollos, así que hay unas cuantas más.


Ayer sábado hice un viaje en el día a Toledo. Con trenes de alta velocidad es factible, y no demasiado pesado. Incluso si Renfe, qué poco se preocupa por sus viajeros esta empresa, se empeña en hacer difíciles y complicadas todas aquellas relaciones que impliquen un transbordo, y no empiecen o terminen en Madrid. Es demencial la forma de (des)organizar que tienen esta gente.

Una amistad tiene que viajar con cierta frecuencia en los últimos tiempos a la capital castellano-manchega. Por unos asuntos familiares. Ya me propuso el viaje hace un par de domingos, pero los trenes convenientes para hacer la excursión en el día y aprovecharla estaban completos. En esta ocasión lo planificamos con tiempo y todo salió bien.

Teníamos algo de miedo, al menos yo que es el que iba por turismo, de que saliese el día gris, bastante nublado como indicaban los pronósticos, y frío. Pero hubo ración más que suficiente de sol, con bonitas nubes adornando los cielos. No llovió nada. Y la temperatura, sin ser cálida, era perfectamente llevadera. Incluso, cuando a mi amistad se le complicó la cosa y no pudimos quedar a comer juntos, me permití el lujo de comer sentado al sol en el exterior de San Juan de los Reyes, unas lonchas de jamón que compré en una tienda de productos típicos y un par de manzanas. Nada complicado. Y manteniendo a raya, como llevo haciendo desde hace nueve meses, las calorías.

Por recomendación de una compañera de trabajo, compré una pulsera que por diez euros incluye la visita a siete monumentos de interés; San Juan de los Reyes, el Entierro del Señor de Orgaz del Greco en Santo Tomé, la antigua sinagoga de Santa María la Blanca, la antigua mezquita del Cristo de las Luces, la iglesia del Salvador con sus resto de antigua mezquita, el colegio de las Nobles Doncellas, y las vistas desde las torres de la iglesia de los Jesuitas o de San Ildefonso.

Y además de visitar los dos puentes más bonitos, el de Alcántara nada más llegar, y el de San Martín poco antes de partir, y recorrer las calles de la ciudad, entré también en la catedral, en la que hace casi 32 años no me dejaron entrar por visitar la ciudad en bermudas un día de casi 40 ºC de temperatura (rancios como antaño, entonces y ahora los clérigos de la Iglesia Católica), el museo Sefardí con la mezquita del Transito, y la iglesia de San Román reconvertida en museo Visigodo.

También me sirvió para familiarizarme con mi cámara viajera… aunque de esa peripecia,… hablaré otro día, especialmente en mi blog de técnica fotográfica. Espero haber dejado atrás una pequeña pesadilla que ha hecho que probablemente nunca vuelva a comprar un producto de Panasonic. Por lo menos, mientras el servicio técnico oficial en Zaragoza sea el que es en la actualidad.

Y bueno… no tengo mucho más que contar… porque fue un día tranquilo, si eventos desagradables. Todo bien, todo tranquilo. Relajado de mente, aunque cansado de cuerpo de todo el día de un lado a otro, caminando o de pie. Aunque antes de comenzar el retorno a la estación, en un bracito agradable y tranquilo del casco histórico nos tomamos unas IPA de factura artesanal toledana que nos supieron bien ricas.

No hace muchos días os presentaba fotografías realizadas con película en blanco y negro en Olite. Ese rollo de fotografía se agotó antes de que terminase mi excursión a la bonita ciudad navarra. Y lo cambié por otro, del que proceden las fotografías de hoy. Más contrastadas, más expresivas, ni mejores ni peores, distintas. Cada cual, según sus gustos preferirá unas u otras.


El rollo lo terminé en Madrid un par de días más tarde. Los detalles técnicos, para aquellos que podáis estar interesados, los encontraréis en Olite y Madrid con película en blanco y negro – Olympus mju-II con Kodak Tri-X 400.


Ya os hablé de la escapada en tren a Olite el último domingo del mes de enero. Y os presenté fotos en color realizadas con cámara digital. Perto también me llevé una pequeña compacta con película en blanco y negro.


Aquí van algunas fotos de uno de los rollos que usé. Los detalles técnicos en Olite con película en blanco y negro – Olympus mju-II e Ilford XP2 Super.



Ayer martes me cogí un día de fiesta. En Zaragoza tuvimos festivo oficial el lunes, y como vengo haciendo en estas fechas en los últimos años, me cogí un día extra. Cuatro días seguidos de descanso, que no es lo mismo que de no hacer nada. Si el domingo pasamos la tarde en Olite, como ya os conté el lunes, ayer nos fuimos a pasar el día en Madrid.


Tradicionalmente, todos los años voy a pasar un día o dos en la capital. Tengo allí algunas amistades que se remontan al invierno de 2000, a quienes me gusta ver de vez en cuando. También se acercan cuando pueden por Zaragoza. Pero desde que comenzó la pandemia de covid-19 sólo he ido a Madrid de paso para coger algún avión con otro destino. Ya tocaba una escapada, que hice con otra amiga, que luego ya salió hacia su casa en Sevilla en un AVE a las siete de la tarde, a la misma hora en que yo volvía a Zaragoza.


Por la mañana nos dimos un paseo por el parque del Retiro, donde había un par de exposiciones, una de ellas de arte contemporáneo, en el palacio de Velázquez, que interesaba a mi amiga. Cosas de ser historiadora del arte, pero que no me viene mal. Lo curioso es que aunque visito Madrid, como he dicho, prácticamente todos los años, no visitaba el Retiro desde que pasé un año estudiando en la capital en 1990. Es que nunca ha sido un parque que me llamara en exceso la atención.


Tras hacer un par de compras que nos venían bien ya que estábamos en la capital, fuimos al restaurante en el que habíamos quedado para comer con nuestras amistades madrileñas. Y tras los correspondientes cafés, nos dimos un amplio paseo por el centro de la ciudad, sin un destino concreto, simplemente conversando de nuestras cosas.


Nos despedimos con las vistas del parque de la Montaña, donde se encuentra el templo de Debod, una de esas rapiñas de los países occidentales. Aunque según creo en esta ocasión fue una donación voluntaria de Egipto, por ser uno de los monumentos condenados a ser sepultados por obras hidráulicas «faraónicas». Así que borro lo de rapiña.


No tuvimos tiempo de ver la puesta de sol. Tuvimos que escaparnos antes a la estación de Puerta de Atocha, para no hacer tarde al tren. Si hubiéramos estado en Zaragoza, a lo mejor hubiéramos podido aguantar, porque el sol se pone quince minutos antes que en Madrid… pero… es lo que hay. Hasta la próxima.


Ayer ya comenté el viaje en el día que hicimos el domingo a Olite y su bonito palacio castillo real (del reino de Navarra). Aquí vuelvo a poner, mientras hago una escapada de un día a Madrid, he programado esta entrada con antelación, unas cuantas fotos de la excursión.



Las he utilizado en mi evaluación como cámara viajera de mi reciente adquisición de formato medio digital. Quien esté interesado en los detalles, puede visitar Viajando con formato medio digital – Fujifilm GFX 50R en Olite. Para los demás, os dejo las fotos.


