[Cine] programa doble; Lo nuevo de Koreeda y una vuelta de tuerca a la IA

Cine

Después de volver de vacaciones, nos encontramos con una oferta cinematográfica en la cartelera zaragozana de lo más interesante. Así que trazamos un plan para olvidarnos de las fiestas del Pilar y ponernos al día en lo que se refiere a películas interesantes. Vamos con las dos primeras.

Kaibutsu [怪物] (2023; 54/20231005)

Hace menos de un año que pudimos ver la incursión en el cine coreano del japonés, Hirokazu Koreeda. Una película que nos dejó un excelente sabor de boca y que es confirmo el interés que el cineasta siente por el tema de la familia. Familia que no siempre es la convencional ni mucho menos. En esta nueva película que en castellano se ha traducido como Monstruo desciende a mirar de cerca a una niñez con sentimientos contradictorios y mal definidos.

Comienza la película siguiendo la vida cotidiana, de una mujer de 30 y tantos años (Sakura Ando), que cría en solitario a su hijo (Soya Kurokawa) en los últimos cursos de la escuela primaria. Sospechará que está siendo maltratado por su profesor (Eira Nagayama). Pero Conforme cambiemos el punto de vista de lo sucedido comprobaremos que nada es lo que parece.

Una película japonesa y otra con muchos elementos asiáticos en ella, así que la ilustrare con algunas fotos tomadas en Kioto.

En mi opinión, Koreeda está magistral en la realización. Realización sobria, cuidada, de una película que se cuece a fuego lento. narrando la misma historia desde distintos puntos de vista, nos recuerda que el narrador en primera persona no es fiable. Y que la verdad de lo que sucede muchas veces es difícil de apreender. No en vano, fue otro director japonés, Kurosawa, quien nos dió la referencia sobre cómo presentar una misma historia desde cuatro puntos de vista. Si eso añades una fotografía excelente, y uno de los últimos trabajos, si no el último, de Ryuichi Sakamoto, a quien está dedicada la película, como compositor de bandas sonoras, tenemos el producto casi perfecto.

Las interpretaciones son de primer nivel. Y la maestría en dirigir a los dos niños protagonistas es un punto más a favor de la película tanto el día mencionado, como ese frágil niño (Hinata Hiiragi) sometido a abusos que acabará siendo su mejor amigo. Están fenomenales. Expresivos. Entrañables.

La película trata temas complejos. la identidad afectiva, los problemas de la educación, las dificultades de una madre soltera, los prejuicios de una sociedad conservadora. Desde mi punto de vista, una película que, más que recomendable, es obligatoria.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

The Creator (2023; 55/20231006)

Venía esta película anunciando fuerte desde hace unas semanas. Muchos voceros de la red de redes, listos en las cosas del cine, estaban creando importantes expectativas ante esta nueva película de Gareth Edwards, un especialista en cine de catástrofes, pero que para esta película venía promocionado como director de una de las películas colaterales de la saga Star Wars, una película interesante, como momentos muy inspirados, pero también con sus rémoras. Si queréis que os sea sincero, dada la evolución reciente del cine de acción… escéptico. Y sobretodo, por el oportunismo de rebautizar a los tradicionales robots o androides, como IA (Artificial intelligence), un concepto de moda, aunque mal comprendido. Para empezar, lo que en estos momentos se conoce como inteligencia artificial no lo es tal, es aprendizaje automatizado. O machine learning para los que lo prefieran en inglés, que no es un inteligencia artificial, por mucho que nos lo vendan así. No hay inteligencias artificiales a la vista en el mundo actual. Todavía.

En cualquier caso, estamos en la de siempre, se han desarrollado seres inteligentes artificiales, que ahora exigen su lugar en el mundo. Una explosión nuclear en Los Ángeles, de la que se culpa a estos seres, inicia una guerra entre Estados Unidos, como defensor de un mundo occidental libre de estos seres artificiales, frente a un país denominado Nueva Asia, en el que seres humanos y seres artificiales conviven. El protagonista (John David Washington), un militar de operaciones especiales desencantado por la muerte de su esposa (Gemma Chan) en una operación en la que esta encubierto, será reclutado para una operación en la que se acabe con el líder humano de las inteligencias artificiales, que ponga fin a la guerra y a estos seres. Pero las cosas no serán como parecen, sobre todo cuando aparezca un pequeño ser artificial (Madeleine Yuna Voyles), un arma que puede acabar con la estación aeroespacial que puede dar la ventaja a los norteamericanos.

Vamos a ver, porque esta película es valorable a dos niveles muy distintos. Como espectáculo de acción, como espectáculo visual, como entretenimiento palomitero, la película funciona de maravilla. Un espectáculo de primer nivel, que me parece superior a muchas de las cosas que se hacen en estos momentos, especialmente en las franquicias más populares, como las de superhéroes. Muy bien. Chula. Bonita en ocasiones. Bien rodada. Bien iluminada. Estupenda. Con unas interpretaciones funcionales, no es una película que se apoye en el trabajo actoral… así que no le daremos muchas mas vueltas a ese tema.

Sin embargo… a un nivel más profundo… es un pastiche. Si uno se va a la página de Wikipedia de la película, se nos cuentan cuales son los las influencias que Edwards tiene para realizar esta película. A ver. Para quien haya visto cine, no hace falta que te las cuenten. Se ven ahí. Porque es una mezcolanza de elementos sacado de un montón de películas. Desde Apocalipsis Now a Blade Runner, pasando por todas las que se ocurran. Lo que digo… no hay originalidad con influencias. Hay copia de elementos de unas y otras. Copia bien hecha, pero nada más. No hay profundidad. Con un planteamiento sensiblero, derivado de su elección como arma definitiva de una niña encantadora, esto ya se les ocurrió a los surcoreanos hace poco en una entretenida aventura espacial, hay muchas películas anteriores que plantean mejor los dilemas que se supone que acompañan al film. Es TOTALMENTE previsible, hay pocas sorpresas, y la única cuestión es que por una vez, los malos son los americanos.

Y a pesar de todo, si quieres pasar un rato entretenido, y teniendo en cuanta que está muy bien hecha, es recomendable.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] JUNG_E (2023)

Cine

JUNG_E (2023; 06/20230122)

Una entrada rápida para el primer estreno del año en Netflix procedente de Corea del Sur. Mi intención para este año es ser mucho más cauto con lo que ven en Netflix en cuestión de largometrajes,… porque tienen muchas pifias. Pero claro, si estamos hablando de una película dirigida por Yeon Sang-ho, responsable de la entretenida Busanhaeng (Tren a Busán), había que darle una oportunidad. Así que vamos allá con este drama de ciencia ficción procedente del país asiático.

Unos paisajes de Seúl nos servirán para ilustrar la entrada; aunque son mucho más luminosos que los oscuros y «bladerunnerianos» ambientes de la película.

En un futuro, en una guerra que no acaba entre algunas colonias espaciales díscolas y una Tierra cuasi postapocalíptica por catástrofes diversas, una empresa cibernética trabaja en un androide soldado, JUNG_E, basado en una célebre capitana, Yun Jung-yi (Kim Hyun-joo), cuyo cerebro y personalidad fueron conservados tras ser herida mortalmente en su última misión (Nota: JUNG_E, el nombre del proyecto, y Jung-yi, el nombre de la capitana, serían homófonos, por lo menos desde el punto de vista del coreaninglés). En el equipo investigador está la hija de la soldado (Kang Soo-youn), pero no consiguen avanzar. En las simulaciones, la androide tiene un gran rendimiento, pero falla siempre en la misma misión. Y además, la situación de la guerra está por cambiar, afectando al proyecto de forma radical.

A pesar de la buena referencia de su director y que su reparto, por lo que he podido comprobar, tiene solidez interpretativa, la película peca de lo que pecan muchas películas de este tipo en el país asiático. Es un pastiche. Mezcla cosas y conceptos que pueden proceder de Blade Runner, Ex-Machina, The Expanse u otras producciones similares. Pero no se centra en nada. Parece que va a haber una tensión geopolítica como en The Expanse… pero eso es un macguffin sin más trascendencia. Podría haber una reflexión sobre la humanidad de la persona artificial, pero se queda a un nivel artificial. Y de los parecidos con Blade Runner… pues como tantas películas que copian ambientes o ideas de la genial película, porque ni reflexión sobre el ser artificial ni crítica profunda real a la gran empresa. Al final, lo que hay es un melodrama mal encajado y mal desarrollado por la peculiar relación madre-hija.

Ni siquiera podemos apreciar unas interpretaciones realmente mencionables, más bien nos movemos en los mediocre, en salvar los muebles como se pueda. Y sólo se salva un diseño de producción que sí que salva los muebles, siempre desde el punto de vista de que la película habrá costado su dinero, pero no habrá gastado lo que gasta Hollywood en producciones similares. En general, lo que decía… hay que ser muy selectivos a la hora de ver largometrajes de Netflix. Pero ya no sé que criterios usar para evitar los fiascos. Porque hasta las producciones con nombres de prestigio detrás son flojas. Y todo en medio de la gran crisis de las plataformas de contenidos bajo demanda, que van a tener que tomar medidas, empezar a generar fusiones, desaparecer algunas, porque no hay mercado ni dinero para compensar todo lo que se están gastando en producciones que atraigan suscriptores. Parece que pronto se hablará de burbuja que revienta, si no se está hablando ya.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **

[Cine] Blade Runner; escuchar las «lágrimas en la lluvia» de nuevo

Cine

Blade Runner (1982); vista, de nuevo, el viernes 20 de marzo de 2015.

Nota previa: Me parece absurdo tener que avisar de «spoilers» sobre una película con más de treinta años de vida, pero por si hay alguno por ahí que todavía se tiene que caer del guindo, seguro que en las líneas siguientes se destripa el argumento del filme.

Creo que no es la primera vez que os hablo de Blade Runner (y aquí, y aquí), entre otras ocasiones)  en este Cuaderno de ruta. Para mí es una de las obras cinematográficas de la ciencia ficción. No manifiesto, ni de lejos, el mismo entusiasmo hacia la novela corta de Philip K. Dick en la que se basa y que también leí en su momento.

La última vez que referencié de alguna forma esta magnífica producción fue hace pocas semanas, cuando comenté la enésima aproximación al tema de los androides de aspecto humano y la inteligencia artificial. Una aproximación que llega ni de lejos a la calidad y a la profundidad que Ridley Scott nos ofreció en la aventuras del blade runner Deckard (Harrison Ford) en una paradójica Los Ángeles en la que siempre llueve y a veces nieva. El enfriamiento global en lugar del calentamiento global como escenario cuasiapocalíptico.

No se me ocurría que fotografías poner adecuadas al tema de la película de hoy. Así que me salgo por la tangente, y os muestro algunas diapositivas recientemente digitalizadas de un viaje que hice a Bilbao en noviembre de 2000.

No se me ocurría que fotografías poner adecuadas al tema de la película de hoy. Así que me salgo por la tangente, y os muestro algunas diapositivas recientemente digitalizadas de un viaje que hice a Bilbao en noviembre de 2000.

Es la cuarta vez que veo la película en pantalla grande. La vi con 19 años en el verano de su estreno en España. La película tiene siete u ocho versiones, siete u ocho montajes distintos. Esa que yo vi por primera vez era la destinada en el momento de su estreno al mercado internacional, que se supone era algo más cruda que la destinada al mercado doméstico estadounidense. La vi en los años noventa cuando se anunció por primera vez que había un montaje distinto que modificaba la historia, del que también hubo varias versiones hasta que se anunció el «montaje del director» en 1992. Poco después se estrenó en España en sala grande y la volvía a ver. Este mismo montaje fue el que vi en 2006 en la filmoteca de Zaragoza. Y por último está el llamado «montaje final» que es el que tengo yo en DVD en casa, y que el pasado viernes pude ver por primera vez en pantalla grande. Entre las versiones de 1982 y la de 1992 hay diferencias sustanciales que cambian el sentido de la película, entre la de 1992 y la de 2006 estas diferencias no son tan notables. Si acaso sirven para reafirmar el significado que desde 1992 le damos muchos aficionados a la película.

Porque hace tiempo que entendemos que Deckard es un replicante, el que hace que las cuentas salgan. Seis que escaparon de las colonias, más uno experimental en las oficinas de Tyrell Corporation. Si hay uno que queda frito electrocutado antes de que empiece la película. Si Rachael (Sean Young) es la experimental de Tyrell Corporation. Si Deckard retira a Leon (Brion James), Zhora (Joanna Cassidy) y Pris (Daryl Hannah). Si Roy Batty (Rutger Hauer) «muere» cuando ya tenía a Deckard derrotado… Falta uno, ¿verdad? Si a eso sumas los unicornios y las fotos… no sé cómo se puede discutir todavía la naturaleza de Deckard.

En aquel momento, el monumento actualmente más emblemático de Bilbao, el museo Guggenheim, llevaba poco tiempo abierto, y el poco tiempo libre del que dispuse en aquella visita de trabajo fue para visitarlo.

En aquel momento, el monumento actualmente más emblemático de Bilbao, el museo Guggenheim, llevaba poco tiempo abierto, y el poco tiempo libre del que dispuse en aquella visita de trabajo fue para visitarlo.

Y la naturaleza de Deckard es lo de menos. Porque si el tema central de la película, elaborado a través de una excelente trama de cine negro en lugar de la pedantería psicológica de hace un par de semanas, es la naturaleza de la humanidad, la naturaleza de la inteligencia, qué es ser persona, qué significado tiene la muerte, y el instinto de supervivencia de quien está vivo, el personaje principal, el que realmente alimenta nuestras reflexiones no es Deckard, ni Rachael, ni la palabrería de Eldon Tyrell (Joe Turkel), sino la energía, el ímpetu, el deseo de saber y el ansia por sobrevivir de Roy Batty, que con cada revisión que hago del filme, sea en la pantalla grande o en la pantalla de mi televisor, se me presenta cada vez más como el auténtico protagonista de la función. Y sobre todo, el fabuloso monólogo de Batty, Lágrimas en la lluvia, que es lo que definitivamente llena, no de personalidad, sino de humanidad al Nexus 6. Cuando se lamenta por la pérdida de los recuerdos y las experiencias que acarrea la «muerte», la no existencia.

I’ve… seen things you people wouldn’t believe… Attack ships on fire off the shoulder of Orion. I watched c-beams glitter in the dark near the Tannhäuser Gate. All those… moments… will be lost in time, like tears… in… rain. Time… to die…

Ese es el momento cumbre de la película. El fundido a negro cuando se cierran las puertas del ascensor, tras encontrar el pequeño unicornio de papel en la huida de Deckard y Rachael… sólo es la forma elegante de terminar una historia que no termina aquí, pero que inteligentemente se deja al espectador para que la continúe en su propio pensamiento. Como crea conveniente. Independientemente de la interpretación que le quieran dar sus creadores y protagonistas.

Sólo me queda añadir un cosa… Me parece un herejía, un oportunismo lamentable, que un fabricante de teléfonos mancille el nombre «Nexus-6», asignándolo a uno de sus estúpidos terminales. Por perfecto que sea, nunca se me ocurriría compra una desvergüenza tal. Y si alguien no ha visto todavía la película, ya está tardando.

Tenía olvidades y sin digitalizar aquellas diapositivas, realizadas con la Olympus mju-II, qué excelente cámara, en el marco de unas jornadas sobre evaluación de tecnologías sanitarias, muy interesantes. Pero que no avanzaron por el terreno de las tecnologías que puedan llevar a la creación de vida artificial o androides de carne y hueso... "skin jobs", pellejudos en la versión española, apelativos a los que se homenajearía posteriormente en la versión moderna de Galactica...

Tenía olvidades y sin digitalizar aquellas diapositivas, realizadas con la Olympus mju-II, qué excelente cámara, en el marco de unas jornadas sobre evaluación de tecnologías sanitarias, muy interesantes. Pero que no avanzaron por el terreno de las tecnologías que puedan llevar a la creación de vida artificial o androides de carne y hueso… «skin jobs», pellejudos en la versión española, apelativos a los que se homenajearía posteriormente en la versión moderna de Galactica…