Había expectación con el estreno de esta película en Netflix. Los principales implicados están de moda o son valores al alza. El director, Sam Levinson, y su protagonista femenina, Zendaya, trabajan juntos en una de las series de moda, como creador y protagonista de la misma, aunque sea en una plataforma rival, habiendo recibido algún que otro premio, especialmente para la actriz, muy apreciada por su trabajo. Su protagonista masculino, John David Washington, también protagonizó una de las películas que más expectativas despertó el año pasado. Una de las pocas que se atrevió a estrenar en la ventana veraniega en la que la pandemia pareció remitir en agresividad.
Es posible usar la película Double-X 5222 de Kodak, usada para rodar la película de hoy, reenvasada para uso fotográfico. Yo la he utilizado en alguna ocasión. Aunque ya hace un tiempo. No me suele merecer la pena el coste de la película para unos resultados que se pueden conseguir con otras películas fotográficas. Pero a veces me he planteado si no debería dar más oportunidades al blanco y negro de Kodak.
La película tiene sabor teatral, aunque es un guion original para el cine. Dos únicos personajes, los dos protagonistas, que llegan al final de la noche a su casa, único escenario, aunque es un casa de nivel que ofrece muchos escenarios… salón, jardín, baño, dormitorio… Y un diálogo que comienza de forma banal, con la alegría de él, un director de cine que viene del estreno exclusivo de su película más personal con éxito de los asistentes y, probablemente, de la crítica. Ella llega apática. Simplemente se pone a hacer una cena. Unos macarrones con queso, esa marranada prefabricada que comen los países de cultura anglosajona, y que nada tiene que ver realmente con la honorable pastasciutta italiana. Hasta que empiezan a discutir por un quítame de ahí unas «gracias»… en un diálogo en el que se tratan una serie de temas sobre las relaciones, sobre la droga, sobre el cine, sobre la crítica, sobre el racismo, sobre la pareja…
Rodada en blanco y negro, con película tradicional, la Double-X 5222 de Kodak, con un buen trabajo del director de fotografía húngaro Marcell Rév, que también trabaja en Euphoria, un tipo muy competente, y con una banda sonora interesante que alterna géneros, la película tiene una innegable ambición de trascendencia, de trabajo personal, casi de cine de arte y ensayo… que hace que a ratos caiga en el tópico, en caminos trillados, en discursos previsibles, y que de alguna forma compense a la baja el excelente trabajo actoral, quedándose al final en una película que… ni mucho ni poco, sino todo lo contrario.
Si estás suscrito a Netflix, le puedes dar una oportunidad. La película está bien, lo que pasa es que había levantado muchas expectativas. Y la satisfacción es función de las expectativas cumplidas sobre las expectativas depositadas en algo. Por eso quedé un tanto insatisfecho, un tanto vacío. Pero siendo justos, no está mal. La verdad es que como estoy todavía con «la resaca» de la última película del ciclo de Wong Kar-wai, tan estupenda, de la que os hablaré en unos días,… se queda un poco meh… Y también en aquella se habla de las relaciones…
Tercera película que vemos en las salas de cine tras la reapertura de los mismos tras los cierres por la epidemia de covid-19. Y probablemente una de las más esperadas, si no la más esperada. Bueno… está la cuestión de Disney con sus estrenos en plataforma digital a casi 22 aurelios, más las suscripción. Ahí me parece que hay un puntito de tomadura de pelo… Sobretodo porque hasta ahora todas sus adaptaciones a acción real de películas de animación han estado por debajo en calidad con respecto a sus versiones animadas. Y el tratamiento que dieron en su película de animación a la joven china de leyenda, siempre me ha parecido bastante cutre en su resolución. Pero vamos a centrarnos en la nueva película de Christopher Nolan, que es lo que interesa.
Nolan ha mantenido algunas constantes de su carrera que han aparecido en sus películas, para mí, más interesantes. Y es su tratamiento del tiempo. De atrás hacia delante, historias paralelas que transcurren a distinta velocidad, especulaciones sobre el espacio-tiempo,… También sobre la realidad percibida, las apariencias, frente a la realidad intrínseca. Son juegos o reflexiones complejas de sacar adelante en un medio narrativo como el cine, pero que cuando se consigue, a mí me gustan mucho. Y aquí, en esta película, aborda sin tapujos la cuestión del viaje en el tiempo. De una forma original, pero en la que se mete en algún jardín raro un poco tontamente.
Nolan rueda bien. Planifica bien. Mira bien. Con un buen director de fotografía con el que ya ha contado en otras ocasiones como Hoyte Van Hoytema, ofrece un espectáculo visual atractivo. Y todos estos elementos están en la película. También suele contar con buenos intérpretes a los que dirige bien. Cierto es que en esta ocasión, no profundiza realmente en ellos, ni siquiera cuando tiene oportunidades para establecer interacciones muy interesantes. Ya hablaré de la que más me parecía interesante y que resulta un poco decepcionante… quizá por la limitación de las dos horas y media de duración de la película. Larga en sí misma, corta para algunas cosas.
La película no cuenta tantas cosas, ni tan interesantes. No deja de tener el esquema tradicional de una película de James Bond, con un protagonista que no sería más que una variante de un «James Bond». Los paralelismos son tremendo. Incluso la prescindible secuencia del protagonista, John David Washington, con una desaprovechada y prescindible Clémence Poésy, recuerda a la obligatoria secuencia de 007 con Q, el individuo que le provee de chismes raros para sus misiones. Cuanta con su acto de presentación, de acción trepidente, como las de 007, planteamiento del problema, los vaivenes tradicionales de la aventura y la resolución, también con abundante artificio. La «chica Bond» aquí está representada por el papel de Elizabeth Debicki, y, por supuesto, hay un malo malísimo, casi una parodia de malo ruso, interpretado, muy bien, por Kenneth Branagh. El ingrediente que la diferencia, que le da originalidad y que habría de ser fundamental es el tratamiento del viaje en el tiempo y sus potenciales paradojas.
Este tratamiento del viaje en el tiempo está bastante bien planteado. Aunque Nolan, que ejerce también de guionista, cae en la trampa de intentar dar «explicaciones» «científicas/seudocientíficas» sobre lo que está pasando. Que si la entropía, que si otras mandangas. Explicaciones, diálogos, que son absolutamente prescindibles, para empezar porque desde el punto de vista científico no tienen ni pies ni revés, esto no es especulación científica como en alguna otra de sus películas, y porque alargan innecesariamente la película. Recordemos que Hitchcock nos decía que la naturaleza del macguffin es indiferente. Que la presencia del mismo sólo sirve para mover a los personajes y la acción. En Notorious (Encadenados), el macguffin es un polvo negro en botellas de vino cuya naturaleza nunca es explicada, ni falta que hace, para que la película sea una maravilla, una de mis favoritas. Pues aquí igual. Vale, se viaja en el tiempo. Qué más da cómo y porqué, lo que importa son las paradojas, la tensión en los personajes y la resolución de las tramas en las que se ven inmersos, economizando en secuencias de cháchara seudocientífica, tan habituales en las películas actuales de fantaciencia ficción, y que no hacen más que aburrir.
Me falta empatía con los personajes. El protagonista es razonablemente interesante. Y además lo hace bien. La chica,… meh. El malo es divertido, pero paródico en algunos momentos. Y la gran pérdida de la película, la relación que podía haber dado un interés más humano es la relación el personaje que interpreta Robert Pattinson. No desvelaré detalles, pero me recuerda a la relación del Doctor y River Song en la serie Doctor Who, una relación que animó y dio brillantez a muchos capítulos de esa serie mientras duró y tuvo sentido. Aquí… apenas asoma nimiamente el interés que puede tener. He oído alguna opinión de que la película podría tener secuelas donde esta relación podría explotarse. Pues haber, porque le hace falta ese tipo de elementos a esta historia.
Y tengo algunos problemas con la pirotecnia final. Aunque creo que la seguimos razonablemente bien, no deja de bordear constantemente la confusión. Y hay cosas que chirrían. Un grupo de unas decenas de militares o paramilitares avanzando bajo un fuego intenso de los malos y que no le den a casi ninguno… ¿Es que los malos son stormtroopers de una galaxia muy muy lejana? Detalles. Pero que me parecen impropios de una producción con ambiciones.
Durante la película me entretuve mucho. Me divirtió. Las dos horas y media de película se me pasaron en un vuelo. Pero luego, cuando sales y empiezas a pensar… ves que la película hace aguas, tontamente, por donde muchas películas de acción actuales. Y te quedas con eso. Es entretenida. Curiosa en su tratamiento de los viajes en el tiempo, pero una película más de 007 con una mayor atención a los aspectos visuales y sonoros, que son excelentes. Y ya está.